Alfonso Castillo
En medio de tormentas políticas, el gobierno democrático en cabeza de Gustavo Petro ha completado la primera mitad de su período. Los logros durante estos dos años han sido bastante evidentes, impulsando el cumplimiento del Acuerdo final de paz y la Reforma rural integral y otras.
El logro de la Reforma pensional beneficia a miles de adultos mayores y contribuye a disminuir las cifras de miseria. El compromiso que sigue es aprobar la reforma laboral y salud, así como con la reforma a la educación, las cuales han tenido la oposición de grandes grupos económicos y partidos políticos de la derecha y la ultraderecha, que han intentado cerrarle todos los caminos al cambio.
La determinación de lograr la paz, con el establecimiento de la política de Paz Total, es también un importante objetivo que, en estos dos años, ha abierto escenarios de diálogo con distintas organizaciones armadas; unas con orientación política-ideológica y, otras, dedicadas al narcotráfico, con las cuales avanzan procesos de conversación y acuerdo. Estos procesos deben continuar y exigir, a quienes se sientan en la mesa, mayores compromisos con el cumplimiento de lo pactado, a fin de garantizar a la sociedad, golpeada por tanta violencia, que mientras se dialoga, no involucrar a la población civil en las acciones de confrontación.
Estos logros y los que vienen, exigen de las organizaciones sociales, populares, alternativas, de jóvenes, mujeres, indígenas, grupos étnicos, trabajadores y organizaciones sindicales, elevar los compromisos para relanzar el proceso de cambio. Esta acción debe garantizarse fortaleciendo los procesos de educación popular, de pedagogía, que explique al conjunto de la sociedad, especialmente a las organizaciones sociales y populares, la complejidad de lograr el cambio en medio de la campaña mediática desatada por los grandes grupos económicos y las élites más poderosas, que buscan desprestigiar el Gobierno, acción que debemos contrarrestar con un vínculo más estrecho con el pueblo.
Hoy el desafío para las organizaciones que impulsaron el triunfo del proyecto progresista, está en revitalizar los procesos organizativos y de movilización, para garantizar que, en el proceso electoral del año 2026, se logre tener un fortalecimiento y continuidad de los propósitos establecidos.
Es importante que la sociedad comprenda que cambiar un país gobernado durante 200 años por élites criminales y corruptas, no es acción que se logra en poco tiempo. Hace falta avanzar, ampliando la representación de los sectores democráticos y populares en el Congreso de la República, al mismo tiempo que se permita, como lo ha indicado el presidente, avanzar en la creación de un poderoso movimiento constituyente, capaz de garantizar, democráticamente, la continuidad del proyecto del cambio iniciado en este período de gobierno.
