martes, abril 16, 2024
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Recordando a Ciro Ferrer Bula

Ante el fallecimiento de este líder de la UP, quien murió de un infarto en la madrugada del domingo 15 de junio

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Ciro Ferrer nació el 7 de diciembre de 1937 en Barranquilla. Se vinculó al Partido Comunista en 1959 a través de la Juventud Comunista (JUCO) que por esa época realizaba las brigadas Voz de la Democracia.

Hasta la puerta de la fábrica de confecciones Universal-Vanytor, donde trabajaba Ciro, llegaron para invitarlo a participar. Él pertenecía al recién creado sindicato de esa empresa barranquillera.

Con el paso del tiempo, Ciro se convirtió en secretario general de ese sindicato, pero se retiró un tiempo después y empezó a trabajar como funcionario administrativo del Partido Comunista en el Atlántico.

Era un hombre supremamente activo, realizó brigadas, pegaba carteles, cuidaba el equipo de sonido del partido durante las manifestaciones y en 1962 fue enviado a la escuela de Puerto Brasil, en Viotá, para continuar con su formación política.

En 1967 llegó a Valledupar, luego de ser trasladado de Santa Marta. En esta ciudad se convirtió en presidente de la Federación Sindical de Trabajadores Libres del Cesar (Festralce) e hizo parte del Comité Regional del Partido Comunista Colombiano en el Cesar. En 1969, era miembro y secretario del Sindicato de Pequeños Comerciantes.

Por su trabajo como funcionario del Partido no recibía sueldo, pero su compromiso y cualidades de líder fueron reconocidos con un viaje a Moscú, para realizar un curso político de seis meses, tras los cual continuó con su dedicado trabajo en Valledupar.

Ciro era imparable. Contribuyó a la creación de la Central Única de Trabajadores de Colombia (CUT) y nunca le tembló la voz para denunciar cualquier situación que afectara a los trabajadores, como ocurrió en el año 1991 con el incremento del precio de la carne.

Fue concejal en cuatro oportunidades en Valledupar. La primera, en 1974, a nombre de la Unidad Nacional de Oposición (UNO); la segunda, 1976; la tercera, 1978, en representación del Frente Democrático; y la cuarta, 1986, elegido como suplente a nombre de la Unión Patriótica (UP), en coalición con el Partido Liberal.

Ciro fue activo en la conformación de la Unión Patriótica en el departamento de Valledupar cuando surgió este partido en 1985. Ese mismo año, a la UP le fue negado el permiso por parte de la Gobernación para realizar su convención y la residencia de Ciro fue allanada el 12 de noviembre, sin orden judicial, por el Ejército.

En esa oportunidad, a Ciro le tomaron fotografías y la explicación que le dio el capitán que lo retuvo es que: “eran gajes del oficio”. Pero la persecución no terminó ahí. Su casa fue allanada dos veces más en los años 1988 y 1989.

En esa época la Unión Patriótica denunciaba los abusos de la Fuerza Pública contra el campesinado indefenso y aclaraba que no se oponían a la presencia de la Fuerza Pública, ni a que persiguieran a la guerrilla. La UP pedía, eso sí, que cesaran los atropellos contra la población acusada de colaborar con la guerrilla.

El 4 de marzo de 1989, un día después del asesinato del reconocido líder de la UP José Antequera, Ciro sobrevivió al atentado con dinamita que le hicieron en su casa a las 11:35 pm, cuando él y su familia dormían.

Las puertas, las ventanas y la pared de su hogar fueron destrozadas, al igual que las de algunos de sus vecinos del barrio Primero de Mayo. Ciro salió ileso, pero el hecho traumatizó a su familia. A raíz de este hecho abandonó Valledupar durante tres meses.

Dos años más tarde, en 1991, las amenazas se hicieron más frecuentes. El 9 de abril de ese año El Diario Vallenato registró la preocupación de la Junta departamental de la UP por un comunicado anónimo que circuló -en medios de comunicación- en el que se hablaba de un complot de familias vallenatas. En una última entrevista que concedió Ciro -a un equipo de Reiniciar- mencionó que le habían dicho que estaban entre otras familias los Gnecco y Araújo, para asesinar a diferentes personas, incluidos miembros de la UP.

El 20 de septiembre de 1991, el Diario Vallenato informaba en su página 5 que los miembros de la UP recibieron una llamada, en la sede del partido, en la cual una voz ronca decía: “Dígale a Ciro Ferrer que se cuide, que lo vamos a quebrar”.

Ciro en respuesta a estos ataques, invitó en las páginas del mismo diario a aislar a los enemigos de la paz pues para entonces se desarrollaban los diálogos regionales de paz. Además, denunció el hecho ante la Procuraduría, solicitó una investigación seria y pidió protección.

Lamentablemente, ninguno de sus llamados de paz surtió efecto. En 1992, los asesinatos contra los dirigentes de la Unión Patriótica no cesaban y Ciro tomó la decisión de marginarse de la vida política para salvar su vida y la de su familia.

Sin embargo, eso no significó la muerte de sus ideales, ni de su lucha. Ciro mantuvo contacto con algunos de sus compañeros y creía en las causas que defendió como militante y sindicalista. Él mismo dijo en una de sus declaraciones para Reiniciar: “(…) hoy en día se mantiene medio viva la llama que nos deja el partido deseando un verdadero cambio (…)”. Además, Ciro pertenecía a la Coordinación Regional de Sobrevivientes de la UP en el Cesar, que hace parte de la Coordinación Nacional de Víctimas y Familiares del Genocidio contra la Unión Patriótica.

La Corporación Reiniciar lamenta el fallecimiento de este líder de la UP, quien murió de un infarto en la madrugada del domingo 15 de junio y que apagó para siempre esa llama de la que él hablaba pero no su invaluable legado. Paz en su tumba.

Reiniciar

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