La libertad condicional a un oficial sudafricano causante de muertes y torturas durante el régimen del apartheid en Sudáfrica es comentada hoy en distintos medios de prensa.
Eugene de Kock, un coronel identificado como «el asesino número uno» durante el gobierno segregacionista sudafricano, fue condenado en 1996 a doble cadena perpetua y 212 años de cárcel por su participación como represor de los activistas antiapartheid.
El ministro de Justicia, Michael Masutha, argumentó que esta decisión se tomó «en el interés de la reconciliación nacional» y defendió la medida. No existe remordimiento, según una entrevista concedida al canal ANN7.
