Los datos muestran que el reto está en proteger a mujeres contagiadas por parejas estables y jóvenes vulnerables, mientras se combate el estigma que obstaculiza la prevención. ONUSIDA y el Gobierno avanzan en detección y tratamiento, pero la batalla contra los prejuicios sigue tan vigente como la lucha médica
Anna Margoliner
@marxoliner
En los últimos días las redes sociales dejaron en evidencia, una vez más, la serofobia que sigue existiendo entre la población colombiana. Esto no solamente se debe a los sesgos homofóbicos que suelen estar ligados al Virus de Inmunodeficiencia Humana sino a la falta de corroboración en la información que se consume en estos sitios y el criterio para difundirla sin profundizar en lo que realmente ocurre.
Precisamente porque el supuesto brote de VIH fue desmentido por el mismo Ministerio de salud en un comunicado, después de casi una semana de pánico en las tendencias de redes, mencionando que: “no es cierto que exista un brote de VIH en el país. Esta aclaración responde a la información falsa que circula en redes sociales sobre un avance descontrolado del VIH/SIDA. Afirmaciones en redes sociales sobre un “alarmante aumento de casos de VIH en Colombia” corresponden a una mala interpretación y, en ocasiones, exageración del aumento de casos y muertes por VIH.
“Para el año 2024, según reporte del Instituto Nacional de Salud, se diagnosticaron 20.008 casos nuevos, lo cual corresponde a 38.0 casos diagnosticados de primera vez por cada 1000.000 habitantes. En términos prácticos, durante el 2024 se diagnosticó un promedio de 55 casos nuevos de VIH por día. De esta manera, este incremento refleja una mejora en la detección de los casos de quienes viven con la infección, tras la disminución en los diagnósticos que hubo durante la pandemia de Covid-19.
¿Qué es el VIH?
El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) es un virus que ataca el sistema inmunológico, específicamente a las células CD4, que son clave para combatir infecciones. Con el tiempo, si no se trata, el VIH puede debilitar gravemente el sistema inmunológico, lo que lleva al Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). El VIH se transmite a través de ciertos fluidos corporales, como la sangre, el semen, las secreciones vaginales y la leche materna. Entre las formas de transmisión más comunes están las relaciones sexuales sin protección, el uso compartido de agujas y, menos frecuentemente, de madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia.
Apoyo para hacerle frente
En Colombia ONUSIDA ha desempeñado un papel fundamental en la coordinación de los esfuerzos nacionales para combatir la epidemia del VIH/SIDA. Como programa conjunto de las Naciones Unidas, su labor se ha centrado en brindar asistencia técnica, movilizar recursos y promover políticas basadas en evidencia científica. Según su informe de 2023, ONUSIDA ha trabajado estrechamente con el gobierno colombiano para alinear las estrategias nacionales con los objetivos globales 95-95-95, buscando que el 95% de las personas con VIH conozcan su estado, reciban tratamiento y alcancen carga viral indetectable.
Un aspecto clave del trabajo de ONUSIDA ha sido el fortalecimiento de los sistemas de salud. La organización ha apoyado al Ministerio de Salud en la actualización de protocolos clínicos y en la mejora de los sistemas de información epidemiológica. Esto incluye el desarrollo de herramientas para el monitoreo y evaluación de la epidemia, permitiendo una toma de decisiones más precisa. Además, ha jugado un papel crucial en la descentralización de los servicios de atención, facilitando que ciudades como Bogotá, Medellín y Cali implementen programas adaptados a sus contextos locales.
Estrategias y proyección
En materia de prevención, se han impulsado estrategias innovadoras dirigidas a poblaciones clave. La organización ha promovido la implementación de la PrEP (profilaxis preexposición) en varias ciudades del país, en colaboración con organizaciones como Profamilia. También ha apoyado campañas de distribución de condones y lubricantes en zonas de alta prevalencia, incluyendo poblaciones especialmente vulnerables como trabajadores sexuales y personas privadas de la libertad. Un logro destacable ha sido la reducción de la transmisión vertical del VIH a menos del 2%, gracias a la ampliación de las pruebas rápidas durante el control prenatal.
A pesar de los avances, se han identificado importantes desafíos pendientes. El financiamiento de la respuesta al VIH sigue dependiendo en un 60% de la cooperación internacional, lo que plantea riesgos de sostenibilidad. Además, persisten brechas significativas en el acceso a servicios en zonas rurales, donde solo el 40% de los municipios cuenta con disponibilidad completa de antirretrovirales. Preocupa especialmente el aumento de nuevos casos entre jóvenes de 15 a 24 años, que representan el 35% de las nuevas infecciones según datos de 2023.
Este episodio demostró cómo los prejuicios homofóbicos asociados al VIH siguen distorsionando la percepción pública, ignorando una realidad epidemiológica crítica: miles de mujeres colombianas son contagiadas cada año por sus parejas estables en relaciones heterosexuales, un fenómeno silencioso que contradice el estigma que vincula el virus exclusivamente a poblaciones LGBTIQ+, según el Instituto Nacional de Salud.
Los datos oficiales confirman que el aparente «aumento alarmante» de casos (20,008 diagnósticos en 2024) refleja, en realidad, una mejora en los sistemas de detección tras el subregistro durante la pandemia. Sin embargo, esta misma cifra expone vulnerabilidades estructurales: el 35% de las nuevas infecciones ocurren en jóvenes de 15 a 24 años, y persisten barreras de acceso en zonas rurales, donde solo el 40% de los municipios tiene cobertura completa de antirretrovirales