Pese a múltiples denuncias y jornadas de protesta pacífica y un gran número de tutelas falladas a favor, la situación no mejora y, al contrario, la última administración del teniente coronel (r) Gonzalo Alberto Barriga Flechas sólo dejó una huella nefasta
Los prisioneros del Establecimiento Penitenciario de Alta y Mediana Seguridad de Valledupar, La Tramacúa, acompañamos la jornada nacional de protesta y denuncia convocada por el Movimiento Nacional Carcelario a partir del 20 de octubre de 2014, por una pronta solución al drama que vivimos en las cárceles del país.
La Tramacúa sigue siendo la Guantánamo de Colombia, el centro número uno de tortura y violación sistemática de los derechos humanos. Pese a múltiples denuncias y jornadas de protesta pacífica y un gran número de tutelas falladas a favor, la situación no mejora y, al contrario, bajo la última administración del teniente coronel (r) Gonzalo Alberto Barriga Flechas, retrogradó a épocas pasadas y detrás de su salida sólo dejó una huella nefasta que podemos resumir así:
1. Que con la partida presupuestal de 2.100 millones de pesos para reparar la red hidrosanitaria se dio inicio hace un año a la reparación, pero hace cuatro meses suspendieron las obras sin terminar siquiera la primera torre. Nadie da razón de ese elefante blanco.
2. El programa educativo está embolatado. Los internos no son llevados a los salones a recibir las instrucciones. La biblioteca no funciona.
3. Hay un gran retraso en expedir certificados de redención de penas.
4. No se desarrollan actividades culturales ni deportivas. No hay una dotación básica para estas actividades. Las históricas olimpiadas de la Virgen de las Mercedes, que se hacen en todas las cárceles del país, en ésta no se realizaron.
5. Los servicios de obligatoria prestación por la institución están parados. No hay peluquería, lavandería, ni clases de sistemas.
6. Tienen represados los casos especializados de salud. Las mismas dificultades del cáncer terminal de Caprecom.
7. Las condiciones habitacionales no se mejoran: malos olores, falta de baterías sanitarias, falta de recipientes para almacenar el agua, falta de lavaderos, problemas de salud por diarrea y enfermedades de la piel.
8. Se popularizó el uso del “tábano” –descargas eléctricas–. El gas y el garrote siguen a la orden del día del equipo de expertos en tortura en cabeza del capitán Malagón, del teniente Gómez y el cabo Rivera.
9. Lo único que faltaba era el hacinamiento que dio inicio hace algunos meses de a seis por celda donde uno debe dormir en el piso de una celda de dos por tres metros, teniendo el agravante de las altas temperaturas, falta total de agua en las celdas en donde se permanece encerrado durante más de 14 horas, la prohibición de ventiladores y toldillo, los problemas infraestructurales y una torre, la 6, vacía sin explicación alguna.
10. No hay mejoramiento de las salas de visita, no hay parques de juegos infantiles, falta poner baños portátiles en el ingreso del penal para solucionar en algo las ya condiciones degradantes en que deben esperar su entrada los visitantes, incluidas mujeres y niños.
Por lo anterior, nos declaramos en alerta y expectativa frente a los compromisos iniciales hechos por la nueva directora del establecimiento, la doctora Yolanda Rodríguez Fernandez y el cónsul de Derechos Humanos de la Regional Norte, el dragoneante Arcesio López.
Igualmente nos identificamos con la plataforma de lucha del Movimiento Nacional Carcelario, por:
1. Regionalización de los presos por acercamiento familiar y procesal, que alivianará nuestras penurias.
2. Rebaja de penas para todos los condenados.
3. No a la extradición.
4. Conformación de la mesa nacional con participación de los presos, que aborde las reformas que requiere la política criminal del Estado.
Fraternalmente,
Presos Penitenciaría La Tramacúa, Valledupar
Octubre de 2014