Ortelio González Martínez
No hay satélite espía que pueda medir la capacidad movilizadora de los cubanos cuando se trata de defender cualquier pedazo de tierra chica, que también forma parte de la patria grande.
Lo confirmó una compañía de Infantería en Ciego de Ávila que en unas pocas horas estuvo en completa disposición combativa, lista para cumplir las más difíciles misiones dentro del Ejercicio Estratégico Bastión 2013 que se desarrolla en todo el país.
José Alfredo Rojas Torres, de 22 años, refiere que desde bien temprano en la mañana llegó la orden de movilización: “La recibió mi esposa, porque yo estaba en el trabajo. Enseguida me lo comunicó y, según lo establecido, me fui para el área de atención y en menos de una hora estaba en el lugar indicado”.
Unos movilizados demoraron más; otros, menos, pero todos lo hicieron en el tiempo previsto para estos casos.
En el área de recepción del personal prima la organización. A cuentagotas, o en grupo, llegan los hombres, muchos muy jóvenes, casi acabados de salir de las filas del Servicio Militar Activo, pero acuden con gusto al llamado de defensa de la Patria.
“Hoy es un ejercicio, pero los yankis son capaces de cualquier cosa. La situación puede tornarse real y para entonces no habrá que improvisar, porque todos sabemos qué hacer y en qué momento”, asegura el santiaguero Oscar Plana Girón, quien desde hace varios años labora en el Contingente Agrícola III Frente Oriental, perteneciente a la Empresa de Cultivos Varios El Mambí.
Muy cerca de él se encuentra Yuniesky Román Pérez, quien conoció a Plana en una de las tantas movilizaciones de la compañía. “Somos buenos amigos, comenta. Aquí todos nos llevamos bien y eso nos hace más fuertes en el combate real, porque también es parte de la cohesión de la tropa”.
A esta especie de coloquio en el Área de Recepción asisten jóvenes y no tan jóvenes. A todos se les observa la serenidad, sin miedo, como lo hicieron muchos de los que un día partieron a otras tierras a brindar internacionalismo desinteresado.
“Cuando yo tenía 17 años, en 1984, partí para Angola. Ahora me veo entre estos jóvenes y siento que formo parte de ellos, solo con la particularidad de que a mis 46 años tengo más experiencia. Cualquiera se sentiría seguro de tener bajo su mando una tropa así”, comenta el capitán Onel Elías Doreska, jefe de la compañía.
Ocupado en los detalles más inimaginados se encuentra Modesto, quien funge como sustituto del Jefe del Área de Atención para la Recepción y Entrega del Personal.
“Aquí todo fluye con rapidez. Observamos una tropa con alta disposición combativa, pese a que algunos son reservistas que salieron de las unidades regulares hace tiempo; pero le digo que esta mezcla de jóvenes y veteranos haría fracasar cualquier aventura imperial de querer poner un pie en nuestra patria”, dice con la dignidad y el valor aflorándole por los poros.
Diario Granma
