Zabier Hernández Buelvas
Estamos desarrollando un proceso político electoral lleno de emotividad, solidaridad y convicción por parte de la gente que nos rodea y apoya. Los y las candidatas de la Unión Patriótica, al entrar en contacto con mujeres, hombres, jóvenes y sectores diversos, perciben un ambiente constructivo y diferente, un ambiente de ansias de cambio, de gran anhelo porque el proceso de paz siga y llegue a buen término, porque se acaben los TLC, porque se acabe la ley 100 y se vuelva a una salud pública gratuita y humana. Esa es la gente de la UP.
La gente no nos tiene lástima, ¡nos admira! Al entrar en contacto con ella, cuando se le presenta la propuesta política de la UP, la gente profesa una reverente admiración por nuestra resistencia y persistencia, superando nuestros miedos y poniéndonos por encima de la historia de terrorismo de Estado que se dio y se sigue dando en contra de nuestros candidatos.
La gente de la UP asume las propuestas que presentamos como parte de la profunda crítica que hay hoy en contra de las maquinarias corruptas, de las clientelas, de los nepotismos y de las demagogias que representan los partidos tradicionales. La gente está hastiada del uribismo, de la mermelada corrupta del Estado, y reconoce en la UP la posibilidad de cambiar el estado actual, las cosas negativas y perjudiciales para los y las ciudadanas.
Al mencionar y decir que somos de la UP, a las personas se les alumbra la cara, se les nota la alegría de saber que hemos vuelto para vivir y luchar con ellos y por ellas, se sorprenden gratamente al saber que hay una opción limpia, transparente y de izquierda, en medio de tanta desidia y desgobierno. Nuestras sedes reciben a cada minuto, a jóvenes, trabajadores, mujeres, campesinos, afros e indígenas que conscientemente se acercan a dar su apoyo, sin otra condición que cumplir a cabalidad con nuestra tarea de oposición, control político y de avanzar hacia una representación en las corporaciones públicas ligada a las luchas del pueblo.
La gente de la UP valora y sabe que el país está a las puertas de un cambio, pero sabe también que este cambio, no será posible sin la participación y la movilización del pueblo, de las masas excluidas. La gente de la UP nos recibe siempre con una sonrisa, escucha con atención a nuestros candidatos, pregunta sobre nuestro quehacer actual y futuro, pero sobre todo la gente de la UP asume el compromiso de juntar sus rebeldías y participar activamente en los procesos populares, que van más allá de las elecciones.
Así es la gente de la UP, sencilla, capaz de recobrar sus sueños, de volver a sonreír y creer en la alternativa de cambio, de infundirnos confianza y convicción. De hacernos saber que ¡Sí se puede cumplir el reto de elegir candidatos populares en la actual coyuntura!
