Las 1.526 minas de oro registradas en Antioquia, arrojan anualmente 100 toneladas de mercurio a ríos y lagunas, que contribuyen a un rápido y prolongado envenenamiento de las personas que habitan la región
Ricardo Arenales
En el Bajo Cauca antioqueño está concentrada la mayor contaminación medio ambiental por efectos de vertimientos de mercurio en ríos y lagunas, de acuerdo a estudios efectuados por el Ideam, Corpoica y la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Antioquia.
De acuerdo a la información consolidada de las tres entidades, desde el año 2009, las mineras de Antioquia han importado alrededor de 520 toneladas del venenoso metal, que ingresan al país desde mercados de Estados Unidos, Alemania, España, Países Bajos, y México, material que interviene de manera decisiva en el procesamiento del oro.
En el departamento existen 1.526 minas de oro, de las cuales apenas 186 están legalizadas. En regiones tradicionales de explotación aurífera, como Segovia, los operarios invierten 14 gramos de mercurio para extraer un gramo de oro. Expertos indican que Colombia es la región de América Latina en que más mercurio se utiliza para la manipulación minera, en comparación con otros países.
En estas condiciones, los ríos y lagunas de Antioquia reciben cada año 100 toneladas del mortífero metal, que envenenan los peces y el ecosistema y después a los seres humanos, en el curso de la cadena alimentaria.
Agente cancerígeno
La comunidad científica internacional ha establecido que la combinación más letal es la del metilmercurio, precisamente la que se utiliza en el tratamiento del oro en las minas. Puede acumularse en la cadena alimentaria y alcanzar altas concentraciones mediante el proceso metabólico. Si está en el pescado, por ejemplo, es fácilmente absorbido por el cuerpo, a través del estómago y esparcido en la sangre.
El mercurio, ya en el organismo, puede afectar el sistema circulatorio y el corazón, el sistema nervioso central, e incluso hay indicios de que puede producir cáncer. Esta última hipótesis es admitida por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, IRC, de los Estados Unidos.
En el caso de Antioquia, hay mineros y pobladores de las regiones con mayor número de explotaciones mineras, que padecen problemas de memoria, de equilibrio y la mayoría de los hombres sufren de impotencia, que se refleja en el alto consumo de viagra.
La semana pasada, varios medios de comunicación informaron de la muerte de 37 niños indígenas, de la comunidad embera katía, en el Chocó, después de haber bebido agua contaminada por efectos de la explotación minera. En el caso de Antioquia, las autoridades informan que este mismo fenómeno afecta la salud de los habitantes de 16 municipios del bajo Cauca, el suroeste, el nordeste y el Magdalena Medio. El Ideam asegura que ríos de la región como el Nechí, Tarazá, Porce, Cauca y San Agustín, son los más contaminados del país.
En todo el país
El proceso de envenenamiento de aguas es de tales proporciones, que afecta a regiones vecinas como La Mojana, Bolívar y Sucre. Los cultivos de arroz de esas regiones ya están afectados por el riego con aguas contaminadas con mercurio. En 17 lagunas de zonas como Soplaviento y Simití, se detectan altos niveles de contaminación.
El mercurio no es el único agente contaminante. En la minería ilegal de la región se emplean también plomo, cianuro, cromo y arsénico, que son consumidos especialmente por los peces. Con estos venenos, mensualmente llegan a las plazas de mercado de Medellín nueve toneladas de pescado contaminado.
Una tendencia preocupante es que la minería, que arroja utilidades hasta del mil por ciento, está desplazando a la ganadería, a otras actividades agrícolas y hasta el narcotráfico, que ve en estas actividades mayores oportunidades de enriquecimiento.
En una mirada más amplia del problema, un estudio de la Contraloría General de la República dice que en el país hay 80 municipios, en 17 departamentos, donde se presentan altos niveles de contaminación con mercurio, debidos a la extracción minera. El organismo advierte que la contaminación se presenta no solo en la ingesta de alimentos, sino por inhalación a través de los pulmones, y luego al riego sanguíneo, con secuelas como desórdenes neurológicos, de comportamiento, temblores, pérdida de memoria, insomnio y daño en los riñones.