Como un proyecto innecesario y burocrático calificó el profesor de geografía de la Universidad Nacional Giovanny Avendaño el proyecto hidroeléctrico del Sumapaz, con lo cual se busca construir ocho minicentrales a lo largo de 50 kilómetros del río del mismo nombre, para generar 156 megavatios de energía.

En el marco de un ciclo de conferencias de geografía de montaña, Avendaño aseguró que el proyecto de la empresa generadora y comercializadora de energía Emgesa es un proceso burocrático basado en políticas de desarrollo que en su criterio no benefician realmente a las comunidades.
“Estos planes funcionan dentro del marco discursivo del desarrollo y el progreso, pero esto no se ve reflejado en las comunidades locales. Por el contrario, ocasionan el desplazamiento de muchas familias de tradición campesina e impactan su territorio y sus tradiciones”, dijo al hablar de la existencia de una ‘hidrocracia’, como una burocracia que se crea alrededor de la gestión, control, distribución del agua.
El profesor consideró que la construcción de las minicentrales alteraría el ciclo hídrico del río, produciendo problemas ambientales por la obstrucción del curso libre del agua.
“El curso del río Sumapaz y sus afluentes ha beneficiado durante muchas décadas a los campesinos que se encuentran asentados en dicha región. Incluso, hay canales de riego que se verían afectados por la disminución del caudal, producto de la retención que se piensa hacer con hidroeléctricas sobre el río”, precisó.
De acuerdo con Avendaño, en la región del Sumapaz hay casi un 92% de cobertura de energía eléctrica, lo que haría el proyecto hidroeléctrico innecesario.
“Este sólo será una apropiación de los elementos de la naturaleza para su mercantilización, y ésta en nada beneficia a las comunidades locales”, destacó el docente, quien afirmó que los excedentes de energía que obtendrían no irían para la región sino para Ecuador y Panamá.
Las obras del Proyecto del Sumapaz se establecerían en una longitud de 50 kilómetros a lo largo del río en la zona de influencia de Cabrera, Venecia y Pandi en Cundinamarca, y el municipio de Icononzo, en Tolima.
Este no es el único frente de crítica que ha tenido que enfrentar Emgesa ya que esta es también la encargada de la hidroeléctrica de El Quimbo, en el Huila, que ha tenido una fuerte resistencia por parte de las comunidades locales reunidas en Asoquimbo.
Ese proyecto, según Emgesa, permitirá atender el 8% de la demanda de energía del país, junto con la Central Betania ubicada también el Huila. Como parte de sus obras, fue desviado el cauce del río Magdalena en medio de protestas de habitantes de los municipios de Gigante, Garzón, Tesalia, Altamira y Paicol en Huila.