Este sábado 15 de febrero, decenas de miles de personas se movilizaron en el centro de Caracas para repudiar la violencia de extrema derecha desatada durante la última semana, que tuvo como resultado tres personas asesinadas y al menos 66 heridos. Exigieron justicia y respaldaron al presidente Nicolás Maduro, quien expresó en su discurso: «Voy a seguir en el poder, porque el pueblo está en el poder».
El pueblo acompañó la convocatoria del gobierno bolivariano desde la mañana, con alegría y mucho color. En la marcha se destacó la juventud, desmintiendo con su masiva presencia que los jóvenes sean mayoritariamente opositores.
Tambores y música acompañaron la movilización, que partió al mediodía desde plaza Venezuela. A los costados de la Avenida Bolívar había canchas deportivas, espacios de juego para niños y niñas, música y múltiples actividades culturales.
Una columna de estudiantes de la UCV se aproximaba saltando y cantando sus consignas, mientras diferentes banderas daban cuenta de la unidad en la diversidad que tiene el chavismo. Se escuchaba salsa y varias parejas bailaban con la alegría característica del pueblo venezolano. Señoras hacían bicicleta fija en un gimnasio móvil, en una curiosa postal para una marcha política.
Niñas y niños dibujaban con pinturas en cinco o seis atriles, con educadores que los acompañaban. Los diferentes grupos de jóvenes o familias pasaba hacia un lado u otro, cada vez arrimándose más hacia la tarima mayor, llegando a la plaza Diego Ibarra. Así era la previa del discurso del presidente constitucional, a quien venía a respaldar esa cantidad de gente.
«Ni un sólo milímetro»
Al dirigirse a la multitud, Maduro agradeció el apoyo brindado en esta semana y convocó a formar un ejército de paz, para construir el poder comunal y el socialismo.
«Yo quiero decirles a esos locos fascistas que nada ni nadie me hará renunciar ni un sólo milímetro del poder que me dio el pueblo de Venezuela», expresó. «Voy a seguir en el poder, porque el pueblo está en el poder. ¡Nada me sacará de construir el camino de la Revolución Bolivariana que nos dejó Hugo Chávez!», exclamó, mientras estallaban los aplausos y los vivas.
A 195 años del Congreso de Angostura, la cara de Bolívar estaba presente junto a la de Chávez por todos lados.
El presidente acusó a un declarado opositor a la integración latinoamericana, el ex presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez, de financiar a las corrientes fascistas venezolanas. Llamó cobarde a Leopoldo López, por convocar a acciones violentas para derrocarlo mediante un golpe de Estado y luego no hacerse cargo, y confirmó que el coordinador del partido Voluntad Popular se encuentra prófugo de la Justicia.
Maduro juró que se haría justicia y advirtió sobre la continuidad del plan de desestabilización, más allá del pico de violencia del 12 de febrero. Informó que el viernes 14 fueron atacadas con piedras y molotovs las unidades de transporte público que circulan por el este de la ciudad, las zonas más acomodadas del Gran Caracas. «¡40 unidades destruidas por los fascistas! ¿Es esto justo? ¿Varios trabajadores y usuarios heridos?», se preguntó.
«Atención los barrios, están buscando muchachos para que salgan a matar y están buscando unos sicarios para que salgan a matarme. ¡Pero no podrán con nosotros!», afirmó.
«¡No volverán!», clamaban miles de voces al terminar el discurso presidencial, mientras se empezaba a escuchar la voz de Alí Primera, el cantor del pueblo, que afirmaba con la claridad y la anticipación de siempre que «no basta rezar: hacen falta muchas cosas para conseguir la paz».
Discurso completo
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