jueves, marzo 28, 2024
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“Los pueblos que se han independizado de los Estados Unidos, hoy tienen mejor vida”

Testimonio de vida del camarada José Miguel Neira

Camarada José Miguel Neira. Foto Nelosi.
Camarada José Miguel Neira. Foto Nelosi.

Nelson Lombana Silva

El municipio de Valle de San Juan se encuentra ubicado sobre la gran vertiente oriental de la cordillera Central, exactamente en la región noroccidental del departamento de Dulima o Tolima, el gran país de la nieve.

Limita con los municipios de Rovira, San Luis y Ortega. Antes de llegar los avaros españoles con la espada y el crucifijo a arrasar la cultura y las costumbres de los nativos en este paraje, existía en este bello y ubérrimo sitio un poblado indígena panche llamado Itaima, al parecer fundado en 1702, durante la presidencia de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá de don Diego de Córdoba y Lasso de la Vega.

Conocedores los ibéricos de la inmensa riqueza aurífera en la zona, invadieron el caserío y tomaron posesión del poblado acudiendo a los más diversos ardides.

Como se trataba de domesticar a los residentes para los españoles poder fácilmente quitarle sus riquezas, en 1729 construyeron el templo católico, siendo el primer cura Juan de Herrera.

El 7 de agosto de 1884, mediante la ley número 42, fue elevado a la categoría de distrito. En 1860 durante las escabrosas guerras civiles esta población fue incinerada, perdiendo su categoría de distrito mediante decreto Nº 650 de octubre 13 de 1887, decreto que fue derogado por el Nº 70 de 1889.

Se encuentra localizado a 48 kilómetros de Ibagué. Tiene un área total de 198 kilómetros cuadrados. Sus actividades principales son la ganadería y la agricultura, destacándose el cultivo del maíz. Su altitud promedio son 600 metros sobre el nivel del mar y su temperatura 25 grados centígrados. Su nombre se debe a la belleza del valle y a la fiesta tradicional de San Juan Bautista. El municipio fue fundado el 24 de junio de 1702.

En este bello territorio tolimense nació el camarada José Miguel Neira, el 7 de julio de 1933, siendo sus padres Miguel Vega Torres y María Elena Neira. Una familia humilde, noble y trabajadora.

Su vida es de lucha, de duras vicisitudes y limitaciones económicas. En medio de la tempestad borrascosa de la violencia, el analfabetismo político y la teocracia avasallante, José Miguel Neira descubre el Partido Comunista, estudia su programa y se une a la causa revolucionaria.

Su relato se constituye en una verdadera página histórica de singular valor para las presentes y futuras generaciones. Es un relato directo, crudo y sin ambages. Un relato ciertamente apasionante:

“Infancia pobre”

“Mi infancia fue relativamente muy pobre. Nosotros nacimos en el Valle de San Juan y después por necesidad nos tocó trasladarnos al municipio de Líbano (Tolima). Yo vivía con mi padre y un hermano que se llama Leonardo Neira. Él se encuentra en la actualidad en Bogotá”.

“Los estudios míos sólo fueron primero y segundo. Allá conocí el primer avión que pasó por Colombia. Todo el mundo salió a ver ese aparato por allá si la memoria no me falla en 1940”.

“De este municipio nos trasladamos a Ibagué y nos ubicamos en la calle 21 con carrera tercera. Hasta allí llegaron los camaradas Pedro Ignacio Villamarín y Pedro J. Abella, dirigentes prestantes del Partido Comunista”.

“Mi padre era secretario del sindicato de los sastres de Ibagué, con el camarada Marcos Díaz. Con el tiempo nombraron a mi padre tesorero y más tarde resultó siendo el tesorero del Partido Comunista en Ibagué”.

“Con los escasos años de estudio, me dediqué a trabajar por mi cuenta: cargar maletas en el campo, vender prensa y actividades fortuitas que se iban dando para uno de pobre”.

“En esa época no se comía bien, mucha gente moría de hambre, a pesar de la abundancia de comida pura que había por todas partes, porque la gente no sabía comer. Nosotros nos comíamos una gallina cada año para los 24 de diciembre. Costaba 15 centavos. Pero para conseguir esta suma de dinero era duro y complicado”.

“Hoy con el progreso de la tecnología, pues come gallina todo mundo y todos los días. Son épocas en las que la gente comía mal, la gente moría de 30 y 40 años. Hoy en día con la revolución tecnológica la gente llega hasta los 70 y 75 años”.

“Me entusiasmaba la música”

Me entusiasmaba la música y haciendo un esfuerzo personal aprendí a tocar acordeón en 1948, cuando se invadió el barrio Alaska en Ibagué por parte de los comunistas. Hoy en día nadie sabe quien fundó ese barrio. Porque el barrio Pedro Ignacio Villamarín le había puesto por nombre Volgogrado en honor a la II Guerra Mundial y el triunfo de los soviéticos”.

“Pero a los dos días, era la época de Laureano Gómez, apareció el barrio llamándose Alaska. Así quedó bautizado este barrio levantado por los comunistas”.

“Hoy día no quedan con vida fundadores. Tampoco los que habitan saben la historia de ese barrio. El Partido está en mora de rescatar esa memoria para que los habitantes actuales sepan el origen de la lucha de los comunistas por la vivienda en Ibagué”.

“Claro, este barrio no fue el único que tuvo el rótulo de los comunistas. Vinieron después el barrio 7 de agosto y siete barrios más. La gente de hoy no sabe cómo fue la lucha para su fundación. Barrios como la Gaitania, Pedro Ignacio Villamarín, el Yunque, El Restrepo, Yuldaima, etc.”.

“Volviendo al caso de la música, yo comencé con una dulzaina, después con unas botellas que colgaba como marimba. Nadie me enseñó. Uno de joven es inquieto. Al fin compré un acordeón y armamos un conjunto. Salíamos a tocar a cuanta fiesta nos invitaban. Muchas veces no nos invitaban, nosotros nos aparecíamos y decíamos: ¿Es acá la fiesta? Todo lo hacíamos por meternos y tocar. La dicha de nosotros era tocar. Era más o menos la década de 1950”.

“Después vinieron los festivales que organizaba el Partido. Con mi grupo tocaba en ellos gratuitamente. Eran vallenatos y aires musicales decembrinos como ‘La víspera de año nuevo’. Era la música que se oía antiguamente con tanto entusiasmo”.

“Al calor de la música y las relaciones públicas que esta actividad genera, reclutamos al camarada Evelio Villarreal, amante también de la música”.

“Ese acordeón lo vendí por 500 pesos, nos había costado 200. Se lo vendí a Jorge Martínez porque le habían robado su acordeón. Cuando eso yo trabaja en el club de tejo Los Bohemios. Un buen día llegó allá llorando que le habían robado el acordeón y se lo vendí en esa suma de dinero. Hoy vale más de uno, dos, tres y cuatro millones de pesos”.

“Posteriormente compré otro y todavía lo conservo, el cual tiene ocho bajos, no tengo compañero para tocar y por eso lo tengo arrumado en la casa”.

“El primer conjunto musical se llamaba Neira y sus muchachos. Tocábamos en emisoras, fuimos a Girardot (Cundinamarca). No me acuerdo de sus integrantes. Algunos de ellos ya murieron. El único que queda con vida es el camarada Evelio Villarreal. Estuvimos tocando hasta en la región de Viotá, Armero, etc. Era el conjunto del Partido”.

“Como estábamos jóvenes tocábamos hasta el amanecer y no cobrábamos. Le dedicábamos toda esa actividad artística al Partido”.

“Repito: Nadie me enseñó a tocar acordeón. Yo aprendía a través de una dulzaina. Con ella comencé a ensayar con mucha constancia y dedicación en los ratos libres hasta que aprendí. Somos autodidactas”.

“La música es una actividad muy buena porque hace uno muchas amistades, relaciones humanas e integración. Yo me la pasaba en eso”.

“Llego al Partido a través de mi padre”

“Bueno, llego al Partido a través de mi padre. Mi padre, como le dije, era tesorero del Partido y necesitaban un vendedor del Diario Popular. Mi papá me propuso y me contrataron. Todos los días, a las tres de la tarde, esperaba el tren. Creo que llegaban cincuenta o cien números y mi tarea era distribuirlos”.

“Eso con el tiempo se acabó. Mi padre compró una máquina de escribir y yo aprendí junto con mis tres hermanos a escribir en esa máquina. En dos meses aprendimos. Nos vendaban los ojos. Eso fue ya que aprendimos”.

“Por esos días, llegó el camarada Álvaro Vázquez del Real, que era inspector de trabajo, creo que en 1945. Recuerdo porque en El Tiempo salió la bomba atómica. Yo estaba no de escribiente sino de mandadero. Me pagaban cinco pesos mensuales”.

“Antes, la oficina del Partido Comunista quedaba en la calle 18 con carrera tercera. Era Leonidas Castañeda el dirigente. Yo trabajé allá como tres o cuatro meses de mandadero y me dieron diez pesos, y cuando llegué a la casa me di cuenta que los había botado. Me puse muy triste y aburrido”.

“Yo aprovechaba la distribución del Diario Popular para leerlo. También me gustaba el dibujo, la caricatura. Hacíamos brigadas para su difusión, sobre todo cuando aparece el semanario Voz de la Democracia. Yo pintaba las caricaturas del maestro Calarcá e incluso de otros caricaturistas. Las ampliaba y las colocaba en una esquina de la calle pública. De esta manera, vendíamos 40 y hasta 60 números”.

“Poníamos las caricaturas en las paredes con el camarada Juan Vélez, que ya murió. Había comenzado a pintar. Nadie me enseñó. También fui autodidacta. Toda esa actividad también se la he dedicado al Partido. Incluso, en los últimos festivales regionales de VOZ La verdad del pueblo, hemos hecho exposición de caricaturas pintadas por mí, de todos los periódicos del país, no solamente del periódico comunista”.

“Sobre quién realmente me recluta para el Partido no podría decirlo, aunque dije atrás que había sido mi padre. Yo resulté en el Partido. Cuando vivíamos en Alaska yo vivía con el camarada Pedro Ignacio Villamarín. Parecía su hijo. Hasta para ir a visitar su concubina tenía que acompañarlo, pero también íbamos a jugar tejo y todo eso. Bueno, resulté nombrado como secretario de agitación y propaganda. Yo era el que recibía y distribuía el periódico cada ocho días”.

“A estudiar a la Unión Soviética”

“En 1963 me enviaron a estudiar a la Unión Soviética. Me tocó dejar tres hijas solas con su mamá, mientras cumplía con la actividad formativa. Más tarde, en 1975, volví a hacer otro curso con el camarada Calarcá. Estuvimos los dos, como tres o seis meses, no recuerdo bien. Era haciendo un curso de propaganda y dibujo. Vine con la idea en esa época de hacer las letras grandes. Me puse a hacer avisos del Partido con ese tipo de letras”.

“Al mes, había un pintor del político Alberto Santofimio Botero y me calcó la propaganda que eran de cuatro metros la letra y se veía de varias cuadras. Fue una iniciativa que traje de la Unión Soviética y me la calcó la burguesía liberal-conservadora. Esa idea la puse en práctica en la campaña del compañero Julio César Pernía, cuando la Unión Nacional de Oposición (UNO)”.

“La complejidad de la unidad”

“El tema de la unidad es muy compleja. Ha habido muchos desacuerdos y ha sido una lucha difícil. Hemos pedido al comité central que nos mande algún funcionario y muchos han salido siendo verdaderos ‘gusanos, gusaneras’. Hemos sido de malas. Han mandado como tres y los tres se han ‘podrido’.

“Eso ha debilitado muchas veces al Partido. La desunión es mortal. Cuando estábamos en la Unión Soviética casi me expulsan del Partido en Ibagué, con el compañero Montenegro. Regresamos cuando estaba el compañero Lelio Rodríguez. Se encuentra enfermo en Bogotá”.

“Me iban a expulsar por las divergencias que habían. Yo no tenía nada que ver, estaba en la Unión Soviética, no tenía muy claras las razones. Iban a expulsar un camarada que ya murió y cuyo nombre no recuerdo, pero eso a la final se arregló”.

“Había diferencias en los métodos de lucha del Partido. Eso, ¿por qué? Pues por falta de estudio de los documentos del Partido. Sin el debido estudio muchos compañeros van asumiendo una postura liberal y salen de la línea del Partido”.

“¿Por qué sucede esto? Porque los compañeros muchas veces leen muy poco. Se contentan con leer únicamente a VOZ La verdad del pueblo y muchas veces a medias y creen que con eso es suficiente. Desconocen que los procesos avanzan y nuevos conocimientos aparecen, los cuales hay que asimilar para entender el momento y proyectar el futuro”.

“La aciaga violencia en Colombia”

“Uno de los periodos más aciagos de la historia de Colombia fue la violencia de 1948, cuando el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán. Mi padre murió cuando estaba Salomón Tovar el empresario de Huevos Vigor, Álvaro Vásquez del Real, Pedro Ignacio Villamarín. Era una conferencia y la represión los cogió a todos en 1951, si no estoy mal, y los tuvieron 15 días a la intemperie. Mi padre al salir de esa, a los ocho días, murió porque él era asmático”.

“Me dolió esa situación, pero no aflojé, seguí con los camaradas en la lucha, especialmente con el camarada Pedro Ignacio Villamarín. Era una situación dura, porque cuando no estaba preso, los militares me andaban buscando, porque manteníamos haciendo consignas, pegando propaganda y por esas razones, cada nada lo metían a uno a la cárcel. Además, por la lucha por la vivienda. Siempre participamos activamente en las diversas invasiones a pesar de la dura represión”.

“Cómo no recordar el Yunque en el barrio Departamental hoy, lo mismo el José Antonio Galán y tantos otros barrios donde estuvimos en primera línea luchando por la vivienda”.

“La última vez que llegué de la Unión Soviética en 1964, me pusieron policía en toda la cuadra con el cuento de que había llegado el dirigente de la Unión Soviética. Crearon todo un ambiente de pánico y zozobra, porque dizque había traído armamento sofisticado de Rusia. Toda una patraña para aislarme del pueblo y justificar lo injustificable”.

“Finalmente, me detuvieron. Yo trabajaba. Cercaron la oficina como 200 policías y ejército, me llevaron y me tuvieron casi un año en la cárcel con mi hermano y otros dirigentes que ya murieron. Fuera de otras. Creo que seis o siete más. Todo por la lucha revolucionaria”.

“Nos veía el sistema como auxiliadores de la guerrilla”

“Me persiguieron no tanto por difundir el semanario VOZ La verdad del pueblo, sino porque nos veían como auxiliadores de las guerrillas. Por supuesto, nosotros no teníamos nada que ver con la guerrilla. Nuestra lucha era política y abierta. Por eso nos buscaba la represión y cada rato teníamos que escondernos, lo mismo que pasaba en Bogotá con el camarada Gilberto Vieira, sobre todo cuando la era Carlos Lleras Restrepo. Esa era la lucha: unas veces escondido y en otras trabajando, pero jamás sin perder la moral revolucionaria y la certeza de un socialismo humanista, democrático y científico”.

“Hoy en día pienso que la lucha es más difícil incluso que en la época del monstruo Laureano Gómez”.

“En lo crudo de la violencia estuvimos en Viotá (Cundinamarca). Allí conocí al camarada Juan de la Cruz Varela. Hay que decir que la ciudad de Ibagué no ha sido tan golpeada por la violencia como en otras regiones. De alguna manera hemos sorteado las dificultades y las amenazas manteniendo en alto las banderas del Partido Comunista”.

“Claro, uno sufre mucho por la persecución que han sido víctimas otros compañeros y los que han matado. El recuerdo latente de esos grandes luchadores del Partido lo conserva uno en la memoria y eso le da honda indignación y ganas de seguir batallando”.

“No recuerdo a los compañeros que hicieron parte de mi célula. Hace mucho tiempo. Estamos hablando de 60 años atrás. Uno es como un carro viejo: Todos los días aparece un ‘gallo’ nuevo, entonces mantiene uno es en urgencias casi todos los días”.

“A pesar de los achaques late en nuestro corazón la idea de hacer Partido”

“Que nos duele un brazo, que nos duele una pata, que nos duele la barriga. Sin embargo, con todos esos achaques todavía late en nuestro corazón y en nuestra conciencia la necesidad de hacer Partido y de luchar por el socialismo. Es como una necesidad inclaudicable”.

“Hacemos lo que podemos. Estamos en una célula, la ‘célula moderna’ que tenemos en Ibagué y que es un ancianato completo. Eso es de 81 años para arriba. El compañero Marcos Díaz que hace poco falleció era el mayorcito y tenía 95 años”.

“No me arrepiento un ápice de ser comunista”

“A pesar de ese azaroso recorrido de lucha revolucionaria, que tuvo ciertamente momentos de alegría, porque no todo es tragedia, no me arrepiento ni un ápice de ser comunista, porque a través del Partido nos hemos fortalecido, educado, formado. Nosotros no tuvimos la oportunidad de estudiar en el colegio o en la universidad. Nos hemos capacitado gracias a las escuelas permanentes del Partido”.

“Uno puede enfrentarse a cualquier abogado, cualquier tipo y lo puede ‘aplanchar’ políticamente. Esa gente es ignorante. No sabe nada. Sabe solamente lo que dice la televisión y la gran prensa de la burguesía, y allí no dice nada a favor del pueblo. La televisión es un mercadeo, es basura simplemente para idiotizar”.

“Es muy complicado que el pueblo colombiano se capacite. Sobre todo que sea crítico y analítico. Estos medios masivos son para adormecer, embrutecer. Esa es la realidad. No sería erróneo decir que ayer era la religión el opio del pueblo, hoy son los medios de comunicación masivos”.

“El pueblo vive bajo el embrujo de la televisión”

“El pueblo vive bajo el gran embrujo de la televisión, los medios de incomunicación, los púlpitos e incluso lo que se enseña en escuelas y colegios, entonces le resulta al pueblo muy complicado unirse para reclamar sus derechos. El pueblo vive engañado. Así la lucha es difícil, pero no imposible. Mientras el pueblo no se eduque políticamente el camino se hace largo y escabroso”.

“Me parece que el comunista debe tener ciertas características. La principal ser buen lector. Un compañero que no lee está atrasado. Con el material que tiene el Partido se puede formar un cuadro excelente. Pero para ello hay que leer las obras de Carlos Marx, Federico Engels, V.I. Lenin, son los clásicos primordiales. Después, leer los documentos que presenta el Comité Central. Ese es el camino para entender la lucha y enamorarse de ella”.

“El Partido es el motor impulsivo”

“La misión principal de los comunistas a través de toda su historia, son tomar el poder y construir el socialismo. El Partido es el motor impulsivo, el organizador de las masas. Si no hubiera Partido, tendríamos miles de años para hacerlo, pero tenemos un Partido, no solamente nacional sino internacional. Y repito: Es el motor que debe impulsar un gran frente nacional para tomar el poder. Esa es la lucha del momento, al lado de la paz y los diálogos de La Habana (Cuba) y la defensa del medio ambiente”.

“La crisis del sindicalismo”

“Hay que decirlo con franqueza: Todavía el capitalismo es poderoso. De tal manera que, para hacer lo que he planteado, el capitalismo utiliza la violencia para descabezar a los principales dirigentes. Él sabe que la serpiente se mata por la cabeza. Eso lo tiene claro. Eso demora y prolonga más la lucha revolucionaria. Mire: tenemos tres centrales obreras que prácticamente están al servicio del gran capital. Muchos directivos hacen parte de la ‘gusanera’ del gran capital”.

“Con todo, hay que tener en cuenta el papel de la lucha sindical. Hoy el sindicalismo pasa por una terrible crisis. Los sindicalistas consecuentes con su clase social vienen siendo asesinados, estigmatizados y cooptados por un capitalismo bárbaro e inescrupuloso. Los sindicatos de clase están desapareciendo en Colombia. Eso retarda el triunfo socialista. Repito: lo retarda”.

“La Marcha Patriótica: La gran esperanza del momento”

“La Marcha Patriótica, que es la que está sacando la cara en el momento con seriedad, impulsada por las masas populares, campesinas, indígenas y sindicales y por supuesto el Partido Comunista. El Polo Democrático Alternativo se volvió una ‘gusanera’, ya no se puede contar realmente. Son procesos complejos y duros pero vamos para adelante. No podemos aflojar. Tarde o temprano triunfará la clase obrera en Colombia. Eso lo dice la historia y la historia es sabia”.

“Vimos la revolución rusa. Cayó –me parece– porque los líderes se aburguesaron, se durmieron en los laureles. En pocas palabras eso fue lo que ocurrió. No leían los materiales que publicaba el Partido Comunista. Hasta el comité central se aburguesó. Vino la ‘gusanera’, el gran capital y los tumbó sin tirar un tiro. Son experiencias que hay que tener en cuenta cuando estemos en el poder”.

“Con la desintegración de la Unión Soviética y la caída del muro de Berlín, se dijo que el socialismo había perdido vigencia. Qué embuste. El comandante Hugo Chávez reivindicó con fuerza el socialismo del siglo XXI. Sigue vigente y será producto de la revolución para más adelante dar paso al comunismo. Vuelvo y digo: la historia no miente”.

“El comunismo se demora todavía mucho tiempo. Tenemos que estabilizarnos en el socialismo. Tenemos que tener nuestra maquinara y nuestras fábricas para tener un verdadero socialismo, un desarrollo, pero estas fábricas y maquinarias deben estar en poder del pueblo y no de particulares como ocurre en el capitalismo. Todo es un proceso. Miremos cómo en Venezuela todavía no se puede hablar de un socialismo pleno. Todavía el capitalismo es fuerte. Lo importante es que el proceso avanza”.

“Para ser claro debo decir que en Rusia no se llegó al comunismo, estuvimos muy cerca al socialismo. Esa etapa es importante, como es importante la etapa democrática y la búsqueda de la paz. En ese período estamos mediante los diálogos de La Habana (Cuba) entre el presidente Santos y las FARC-EP, etapa que tenemos que apoyar decididamente con las más diversas iniciativas. Hacer que el pueblo en su diversidad se sienta reflejado en este proceso. Esa es la tarea prioritaria de los comunistas hoy”.

“¿Cómo construir el socialismo en Colombia?”

“Me pregunto, ¿cómo construir el socialismo en Colombia? Me respondo: llegando la clase obrera al poder. ¿Cómo vamos a edificar un piso sin tener el lote? Se trata de ir edificando el socialismo poco a poco, organizando las masas. Si las masas no leen, no estudian, resulta muy complejo avanzar. Hay que tener en cuenta que en el largo recorrido mucha gente se ‘pudre’, pierde su horizonte, se cansa o simplemente traiciona el proceso. Eso también enseña la historia”.

“El caso del Polo Democrático Alternativo: Fue un movimiento que comenzó fuerte y con muchas esperanzas. Eso asustó a la burguesía y comenzó todo un trabajo sucio para desintegrarlo. Estigmatizó, encarceló, amenazó de muerte, otros fueron cooptados y otros se entregaron como mansas palomas al Establecimiento. Los pocos que quedaron en la dirección nacional fueron tan estúpidos y mediocres de expulsar al Partido Comunista. La derecha tomó posesión de esa dirigencia cobarde y antidialéctica”.

“Queda claro que esos dirigentes eran liberales oportunistas, no eran comunistas, eran liberaluchos de pacotilla, que no les importaba nada tirar por la borda semejante esfuerzo nacional de unidad de la izquierda colombiana”.

“El momento actual me parece maravilloso de todas manera para la izquierda. El surgimiento de la Marcha Patriótica, el Congreso de los Pueblos, La Minga Indígena, etc., indica que la izquierda con todos sus matices avanza y avanza con paso firme. Claro, este desarrollo en Colombia tiene sintonía con los procesos que se vienen dando en Europa y América Latina”.

“Hacía muchos años no se veía –por ejemplo– la movilización multitudinaria de los estudiantes. El año pasado lo vimos en varias partes del mundo. En Chile y en la misma Colombia. Eso resulta emocionante, compañero. En esas condiciones hay un gran reto: preparar cuadros para orientar esos procesos, para orientar las masas sedientas de cambio. En cualquier momento puede estallar la revolución y preguntemos: ¿Tenemos cuadros bien formados política, ética e intelectualmente para reemplazar a los hijos de la oligarquía? Hay que estar ‘moscas’, compañero, porque los procesos avanzan. La perspectiva revolucionaria es fuerte, no hay que perder las esperanzas”.

“El sector fuerte del momento es el campesinado”

“La Marcha Patriótica, reemplazo del Polo Democrático Alternativo, va para adelante. En la actualidad el sector fuerte en Colombia es el campesinado. El problema de la tierra es latente. El 70% de la tierra esta en manos de muy pocos terratenientes. Las mejores tierras que tenían los campesinos fueron despojados de ella violentamente a través del paramilitarismo y el militarismo recalcitrante. El campesinado, insisto, es el motor revolucionario del momento, porque la clase obrera está muy poca, muy desorganizada y muy golpeada por el Establecimiento”.

“Ahora, ¿cuál debe ser el papel que debe jugar el Partido Comunista en la Marcha Patriótica? El Partido Comunista impulsó la Marcha Patriótica con decisión y sin duda de ninguna naturaleza al lado de otras corrientes políticas y pensamientos críticos. Debe permanecer allí ayudando, orientando, apoyando y dinamizando procesos. No se puede marginar un solo milímetro. En todo ese proceso el Partido Comunista es también motor”.

“La guerra como negocio para la burguesía”

“Se vienen sucediendo cosas interesantes. Miremos –por ejemplo– los diálogos entre el gobierno Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Tuvieron que pasar más de 20 años para que se presentara nuevamente una ocasión de esta envergadura. Sea porque avance o sea porque no avance, de todas maneras el diálogo es muy importante”.

“Hay cosas para analizar con cuidado: el gobierno hace el diálogo, pero él mismo es el primero en torpedearlo, con el fin de aparentar ante la comunidad internacional que quiere el diálogo, pero a su lado están la ‘gusanera’, los paramilitares y muchos militares incentivando la guerra, la violencia, casi que como negocio”.

“Al capitalismo no le gusta la paz. Es un negocio para él la guerra. Vende armas, hay ayuda internacional de los Estados Unidos, etc. Y Claro, los hijos de los ricos no van al frente de batalla. Estoy seguro de que si no hubiera guerrilla la burguesía se hubiera inventado otra cosa para justificar la maldita guerra”.

“Antiguamente el malo del paseo era el Partido Comunista, hoy –según el gobierno– son las guerrillas. ¿Por qué? Porque la guerrilla, caso de las FARC son muy políticas y van por la toma del poder. Por eso se dice ‘Ejército del Pueblo’. Es posible que los diálogos de La Habana (Cuba) lleguen a buen destino. Hay que ser optimistas y meterle pueblo a la discusión. La paz es problema de todos”.

“El gobierno reprime al pueblo para que no exija sus derechos”

“La situación de orden público en estos momentos es caótica. El gobierno pretende reprimir al pueblo al extremo para que no exija sus derechos. Diríase que pretende calmar el hambre del pueblo a punta de bala y represión. Mire usted cómo está el centro de la ciudad de Ibagué. Toda llena de carretillas y de personas en busca del medio sustento diario. Y el gobierno en vez de desarrollar planes para salir de esa situación, la única respuesta es la represión”.

“Hoy vive el país una dictadura disfrazada de democracia. Todos los días el gobierno invierte dinero sólo en fortalecer las fuerzas armadas. El pueblo se encuentra jodido. La única solución posible para el pueblo consiste en desarrollar esta fórmula: estudiar, leer, unirse, organizarse y actuar”.

“Los pueblos se vienen levantando hoy”

“Son importantes los procesos que se vienen dando en América Latina. Hace 30 años estuve en la Unión Soviética; hicimos la primera escala en la república de Haití. No nos dejaron bajar del avión ni en Venezuela, que era una dictadura, ni en Haití. Eso era pavoroso allá. Era una represión y sumisión total”.

“Hoy en día se vienen levantando los pueblos en diversas partes del mundo. En estos momentos vemos a la república bolivariana de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, Nicaragua, Cuba, Brasil, etc. Hay un proceso fuerte antiimperialista en América Latina que debemos admirar y ayudar a profundizar. Venezuela es el país líder en estos momentos. Hay buenas perspectivas y eso ayuda a Colombia en la lucha revolucionaria”.

“Cuando venía de regreso de la Unión Soviética hicimos escala en Cuba y duramos cinco horas. Tuvimos la oportunidad de conversar con varios cubanos y nos decían que vivían bien, que no pagaban salud, educación, todo es gratis, gracias al comandante Fidel Castro. No tenemos violencia. El pueblo se está educando. Estamos produciendo cosas”.

“Hoy sucede lo mismo en Venezuela, ya la educación es prácticamente gratuita, lo mismo la salud, los arriendos son más baratos y hay fuentes de trabajo. Allí, hay miles de colombianos y colombianas. Pero la mala propaganda, la mala leche, como se dice, tergiversa y presenta el proceso como algo malo para el pueblo y la democracia. Hay que decir: Los pueblos que se han logrado independizar del yugo de los Estados Unidos hoy tienen mejor vida”.

“¿Qué es ser comunista?”

“¿Qué es ser comunista? Ser comunista es ser libre, autónomo, humano y solidario con sus semejantes. Ser ejemplo. Amar la ciencia y luchar por el cambio. Tener perspectiva y jamás resignarse a vivir en la miseria y bajo el yugo de la explotación. Es entender que otro sistema es posible y diferente al capitalista”.

“Breve mensaje a la juventud”

“Bueno, ya para terminar este reportaje contado rápidamente, me gustaría dirigir un breve mensaje a la juventud, especialmente a la Juventud Comunista (JUCO). Diría que siendo estudiantes de carreras profesionales, se preocupen también por ser profesionales de la revolución colombiana, a partir del estudio detallado de las obras de Carlos Marx, Lenin, Federico Engels. Esos grandes que nos mostraron el camino de la ciencia y de la libertad y la justicia social. Ese es el camino de la revolución”.

“Al lado de la lectura crítica, debe aflorar también la acción, porque el marxismo-leninismo es teoría y práctica. Lean los documentos del comité central, los documentos que publican las direcciones intermedias. Son ustedes el futuro, los que habrán de tomar el poder. Nosotros estamos de vuelta. La lectura del semanario VOZ La verdad del pueblo debe ser permanente. El único periódico revolucionario que hay en Colombia, a mi parecer”.

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