María Eugenia Ramírez Brisneda (*)
Diversas expresiones del movimiento social y popular de mujeres hemos acordado participar en la Consulta popular, decisión política sustentada en múltiples razones que consideramos importantes.
Se busca garantizar un trabajo digno para las mujeres ─libre de violencias y acoso laboral─, empleo decente que fortalezca la autonomía económica de las mujeres, el acceso a recursos y el ejercicio pleno de sus derechos a la educación, la salud, la toma de decisiones y una vida libre de violencia doméstica.
Superar las brechas de desigualdades en el trabajo remunerado que desempeñan las mujeres, el reconocimiento del trabajo de los cuidados no remunerados que es asumido por 3.3 millones de personas, de las cuales el 70 % son mujeres, según el Dane (2024).
Es necesaria la reducción de la jornada de trabajo para las mujeres, de modo que puedan dedicar tiempo no sólo para las actividades del cuidado, sino también para su formación, recreación y su propio cuidado.
Según cifras del Dane (2025), la tasa de informalidad femenina en Colombia es del 53,6 %. En la ruralidad, esta cifra se eleva al 85,7 %, las cuales no cuentan con empleo formal. Por ello, la formalización del trabajo en condiciones dignas es una aspiración legítima de las mujeres.
El reconocimiento de los derechos laborales de las mujeres madres comunitarias es una tarea urgente y justa. Cerca de 60.000 mujeres, responsables del cuidado y la educación de niños y niñas de primera infancia en los Hogares Comunitarios del Instituto de Bienestar Familiar, continúan enfrentando una deuda histórica: el pleno respeto y garantía de sus derechos laborales.
Según datos oficiales del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, en 2023 se reportó que, aproximadamente, el 78 % de las mujeres en zonas urbanas contaban con acceso a servicios de salud sexual y salud reproductiva, mientras que en áreas rurales esta cifra descendía a cerca del 55 %, representando a más de 1.5 millones de mujeres afectadas por la desigualdad en la cobertura.
Esta disparidad refleja un escenario en el que la salud y la autonomía reproductiva se ven comprometidas por limitaciones en infraestructura, recursos humanos y logísticos. Garantizar los derechos de las mujeres a la salud es parte esencial del cambio.
Estas son las razones por las cuales respaldamos el Sí a las preguntas propuestas en la Consulta. A la vez, en esta lucha nos constituimos como sujetas políticas, con plena capacidad para decidir los cambios que necesita el país.
Creemos en una democracia ciudadana, participativa, deliberativa, viva, sostenida con la fuerza social y popular, con la fuerza de las mujeres. Las mujeres diversas, urbanas y rurales, las mujeres populares, las mujeres que con su fuerza de trabajo contribuyen a la economía del país y enriquecen las empresas, sin embargo, enfrentan la explotación, la negación de sus derechos y el derecho a vivir con dignidad.