Laboristas sepultan 14 años de gobiernos conservadores

El cambio político que prometen impulsar a partir de ahora, debe considerarse como “una oportunidad para poner fin al interminable caos conservador”

Ricardo Arenales

El Partido Laborista, que finalmente consiguió un rotundo éxito electoral en las elecciones parlamentarias del Reino Unido, el 4 de julio pasado, considera que, con la confirmación de su líder, Keir Starmer, como nuevo primer ministro, el cambio político que promete impulsar a partir de ahora, debe considerarse como “una oportunidad para poner fin al interminable caos conservador”.

Starmer, que recibió la confirmación como primer ministro de parte del rey Carlos III, asegura que el cambio llega en un momento en el que “el lugar del Reino Unido en el mundo es incierto” y su “economía está atrapada en un crecimiento vacilante y una crisis del costo de la vida, que perjudica a los trabajadores”.

En sus primeras declaraciones, conocidos los resultados de las urnas, Starmer aseguró que ahora el país puede “volver a mirar hacia adelante, caminar hacia el mañana”. Podrá apreciar “la luz de la esperanza, pálida al principio, pero cada vez más fuerte a lo largo del día, brillando una vez más sobre un país con la oportunidad de recuperar su futuro después de 14 años”, precisó.

Promesa hecha pedazos

Cuando hace referencia al “interminable caos conservador”, Starmer hizo eco de las declaraciones de la portavoz de Economía de la campaña laborista, al asegurar, sin lugar a dudas, que “la promesa del primer ministro británico Rishi Sunak de que haría crecer la economía, ha quedado hecha pedazos, ya no tiene credibilidad para asegurar que su plan de recuperación está funcionando y que está dando la vuelta a la situación después de 14 años de declive conservador”.

Un estudio del Instituto Nacional de Investigación Económica y Social (NIESR) asegura que la décima parte más pobre de los hogares británicos ha sufrido una reducción del 18 por ciento, casi una quinta parte de sus ingresos desde 2019.

La enorme disminución del poder adquisitivo de las familias más pobres de la clase trabajadora, después de la anterior década de austeridad, es devastadora y está provocando una explosión de la pobreza absoluta. Millones de familias no pueden llegar a fin de mes, aseguran varios analistas. Estas fuentes confirman que esa debacle ha sido por la incapacidad de los líderes conservadores para conectarse con las verdaderas necesidades de la población.

Medidas ‘dolorosas’

Según el portal de investigación Bloomberg, el próximo gobierno de Starmer, de todas maneras, “se verá acorralado por una deuda elevada, altas tasas de interés y bajo crecimiento”. El Instituto de Estudios Fiscales (IFS) cree que, para cumplir con el presupuesto, el nuevo gobierno tendrá que elegir entre opciones muy complicadas, como bajar ‘dolorosos’ recortes del gasto en servicios públicos o una subida de impuestos, hoy en los topes más altos en los últimos 80 años.

Paul Johnson, jefe del IFS, había señalado antes de las elecciones que “el dinero es escaso. Los servicios públicos están crujiendo, los impuestos están a niveles históricamente altos y ambos partidos están limitados por sus claras promesas de reducir la deuda”.

En respuesta a esta situación, el Partido Laborista, considerado por los británicos como una agrupación de centro izquierda, bajo el lema “un partido al servicio de los trabajadores”, asegura contar con un plan que abordará todos los problemas del país a largo plazo.

Por fuera de la UE

En el plano interno, cuentan con un paquete de diez políticas, entre las que se cuenta eliminar las barreras a planes de desarrollo, mejorar el salario mínimo de los trabajadores y reforzar las fronteras nacionales para contener las migraciones de ciudadanos extranjeros.

En política exterior, el Reino Unido permanecerá fuera de la Unión Europea, atendiendo la orientación del bréxit, pero buscará relaciones de cooperación y seguridad con los miembros del bloque. Eliminará barreras innecesarias al comercio multilateral, reafirma sus compromisos con la OTAN, con Estados Unidos, al que considera “aliado indispensable”, pero al mismo tiempo contempla desarrollar un enfoque estratégico con China y la India, potencias emergentes.

De Keir Starmer se puede decir que es un novato en la política británica. Abogado de profesión, fue fiscal general de Inglaterra y Gales entre 2008 y 2013, y nombrado Caballero por su papel destacado en el cargo. De origen humilde, es hijo de una familia de bajos recursos económicos.

Un partido de centro

Con 61 años, llegó a la política en 2015 como diputado a la Cámara de los Comunes, y en menos de cinco años a la dirección del Partido Laborista. Arrastró a la colectividad desde posiciones de izquierda hacia una ideología política de centro. Tuvo posiciones de coincidencia con Jeremy Corbyn, de tendencias socialistas en el laborismo, pero rápidamente se apartó de ellas. Bajo su liderazgo, el laborismo subió en las encuestas.

En esta ocasión, como han informado ampliamente los medios, en las elecciones parlamentarias anticipadas el laborismo obtuvo 412 escaños, alcanzando la mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes, lo que le permitió asegurarse el puesto de primer ministro para los próximos cinco años. Se trata de la primera victoria del partido liderado por Starmer desde 2010, y con esta victoria pone fin a catorce años de gobiernos conservadores en el Reino Unido.

Por su parte, el Partido Conservador, del saliente primer ministro Rishi Sunak, consiguió apenas 131 escaños parlamentarios, seguido del Liberal Demócrata, con 71, mientras el Partido Nacional Escocés y el partido irlandés Sinn Fein, consiguieron nueve y siete congresistas, respectivamente.

Lo que podría considerarse una ‘luna de miel’ dentro de la política británica, no lo es tanto, si se tiene en cuenta que la participación electoral total fue la más baja en veinte años y el nuevo primer ministro alcanzó apenas el 33.9 por ciento del voto popular. Lo que indica que, si en una carrera contra el reloj no logra materializar algunas o las principales promesas de su campaña, podría correr la misma suerte de los anteriores gobiernos conservadores.