miércoles, noviembre 26, 2025
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Julián revivirá en las luchas del pueblo

Asesinan a dirigente campesino, integrante de la Unión Patriótica, justo una semana después de que el Estado pidiera perdón por el exterminio a este partido político

Juan Carlos Hurtado Fonseca
@aurelianolatino

Como de costumbre, la noche del 17 de noviembre, Edier Julián Rincón Arenas, más conocido como Julián Arenas, se desplazaba para su casa en la vereda Las Juntas, del municipio de Chaparral en el departamento de Tolima. Eran más o menos las ocho y media.

Esta vez lo hacía con su compañera sentimental y una niña de ella. Iban los tres en una moto. Todo era normal, aunque el portón en la vía, que siempre estaba abierto, estaba cerrado y amarrado con un neumático. Su compañera se bajó para abrirlo y en ese momento le dispararon a Julián en dos oportunidades. La maraña nocturna no permitió ver nada. Una de las balas fue letal.

Julián Arenas apenas tenía 38 años. Era dirigente campesino y el secretario político de la Unión Patriótica, UP, en su municipio.

Justamente a esa organización política y cumpliendo la Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el pasado 9 de noviembre, el presidente Gustavo Petro, en nombre del Estado colombiano, le había pedido perdón por el genocidio sufrido. Una matanza que parece no haber terminado.

“Como jefe del Estado, sin que el Estado esté aquí, sino nosotros, la cúpula militar y policial y el gobierno civil, a nombre de ese Estado que no está aquí y el que está aquí, le pido perdón a la Unión Patriótica porque este Estado fue corresponsable del genocidio político”, exclamó el primer mandatario de los colombianos en Santa Marta.

El dirigente

Por su parte, la dirección nacional de la UP emitió un comunicado: “La violencia política no puede repetirse en Colombia. En días recientes, el Estado colombiano pidió perdón a las víctimas y sobrevivientes del genocidio contra la Unión Patriótica por su responsabilidad, tanto por acción como por omisión, en estos crímenes. El discurso de odio y la estigmatización contra los sectores de izquierda, populares, progresistas y democráticos no pueden servir de justificación para atentar contra la vida de dirigentes sociales y políticos, como ha ocurrido en la historia reciente del país”.

En esta oportunidad, Petro escribió en su cuenta de Equis: “Han asesinado a Julián Arenas militante de la Unión Patriótica y del Pacto Histórico en Chaparral”, y etiquetó a la Policía y a la Fiscalía, en señal de exigencia de adelantar las investigaciones.

Julián Arenas siempre fue un dirigente social y político. Había participado en las manifestaciones del estallido social, al lado de la juventud: “Era un compañero muy entregado a la lucha agraria porque, a través del trabajo organizado en la región, luchaba por la protección de las comunidades, organizando eventos en su defensa. Hacía eventos culturales, deportivos, grandes actividades folclóricas en los corregimientos”, recuerda Jaime Ramírez, presidente de la UP en Chaparral.

Amenazas cumplidas

De la misma manera lo recordó la senadora Jael Quiroga: “Julián fue un hombre bueno, correcto, profundamente comprometido con su comunidad: trabajador del desarrollo rural, apicultor, militante de la Unión Patriótica y del Pacto Histórico. Su labor en la organización comunitaria y en la construcción de alternativas productivas para Chaparral lo convirtieron en un referente para muchas familias del sur del Tolima”.

Sobre los móviles y los causantes del crimen solo hay especulaciones. El dirigente ya había sido amenazado en varias oportunidades, y compañeros de la organización política aseguran que había buscado seguridad en la Unidad Nacional de Protección, UNP, pero no se la habían otorgado.

Para los campesinos de los corregimientos de Las Hermosas, El Limón, Amoyán y La Marina, vereda Las Juntas, era costumbre ver a Julián llegar en su moto a ayudar en la organización de eventos, el arreglo de las vías, la planeación y construcción de placas huellas, y en la organización de las comunidades.

Ese trabajo hizo que lo lanzaran al Concejo Municipal, aunque la votación no le alcanzó. No obstante, la Secretaría de Desarrollo Rural le abrió las puertas, y desde allí logró avanzar en el trabajo para fortalecer el desarrollo agrario: “Promovía una asociación de apicultores y trabajaba con el tema de materiales para desarrollarla. Era un muchacho muy juicioso, muy trabajador en el tema agrario y ambientalista, y como defensor de los derechos humanos, que es algo que se trabaja mucho en la región”, comenta el presidente de la UP del municipio.

Un hasta siempre

También se había destacado en la organización de la audiencia pública para la conformación de la Zona de Reserva Campesina Vida y Paz, ubicada en los corregimientos de La Marina, El Limón y Amoyá. “Esa es una reserva campesina que estamos esperando que nos legalicen”, dice el líder de la UP, a propósito del trabajo del dirigente asesinado.

Julián Arenas deja una niña pequeña, pero también un legado y un ejemplo reconocido por el campesinado de Chaparral.

La senadora Jael Quiroga, expresó con dolor: “Su sencillez y su fraternidad permanecerán en la memoria de quienes seguimos luchando por la vida, la verdad y la justicia. Te vamos a extrañar mucho, Julián”.

A la vez que exige justicia, Jaime Ramírez expresa con firmeza: “Nosotros, a seguir luchando, compañero, porque usted sabe que los de la Unión Patriótica, estamos viviendo desde el 86 para acá una violencia muy cruda, pero no nos hemos afligido. Vamos a seguir en la lucha política y social, y a seguir apoyando al Gobierno del cambio”.

Las palabras de este dirigente son como si le dieran respuesta a la petición de Petro en el acto de Santa Marta: “Les pido perdón a nombre del Estado para que revivan sus muertos a través de la lucha del pueblo que viene”.

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