Las continuas agresiones israelíes contradicen el espíritu de los compromisos asumidos para detener las hostilidades, con la mediación de Qatar y Egipto, y reflejan el fracaso de los esfuerzos internacionales para detener la guerra y levantar el bloqueo
Ricardo Arenales
Solamente en dos días de ataques nocturnos de la aviación israelí sobre la Franja de Gaza, los días martes y miércoles de la semana pasada, las tropas sionistas de ocupación asesinaron a 104 palestinos, entre ellos a 46 niños, según reporte del ministerio de Salud palestino. De las bombas arrojadas sobre la ciudad de Gaza, varias de ellas cayeron sobre campos de refugiados, afectando viviendas, tiendas de campaña y el patio de un hospital.
El viernes siguiente, la organización humanitaria EuroMed, aseguró que el régimen israelí ha asesinado un promedio de diez palestinos por día en territorio palestino, desde el 10 de octubre, cuando entró en vigor un acuerdo destinado a implementar la primera fase de un plan para poner fin a la guerra de genocidio que Tel Aviv libra en la zona.
A pesar de la declaración del alto al fuego, la ofensiva no se detuvo y se cuenta con un registro de 236 palestinos muertos y 600 más afectados de distintas formas. Las autoridades locales informaron además de 502 cuerpos recuperados de entre los restos de viviendas destruidas.
Contra la ayuda humanitaria
Las continuas agresiones israelíes contradicen el espíritu de los compromisos asumidos para detener las hostilidades, con la mediación de Qatar y Egipto, y reflejan el fracaso de los esfuerzos internacionales para detener la guerra y levantar el bloqueo que impide el ingreso de ayuda humanitaria.
Según la ONU, la mayoría de los hospitales de Gaza están destruidos o fuera de funcionamiento, mientras el hambre y las enfermedades infecciosas avanzan entre los desplazados. El sistema médico en Gaza enfrenta un colapso total tras más de dos años de agresión y asedio.
Pero los intentos de Israel por desconocer todo lo pactado van más allá. Las fuerzas de ocupación atacan al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, como parte de la campaña para socavar las operaciones humanitarias y expulsar a las agencias de la ONU de la Franja de Gaza. El viernes de la semana pasada, denunció EuroMed, las fuerzas israelíes arrestaron a Raed al-Afifi, de 45 años, miembro del personal de la Unicef, mientras realizaba sus funciones oficiales.
Occidente cómplice
Un día antes del arresto, el ejército israelí ordenó a Unicef retirar sus caravanas de ayuda y suministros de un cruce fronterizo y posteriormente bloqueó la enterada de envíos médicos destinados a hospitales en el norte de Gaza. Según la organización denunciante, los suministros incluían vacunas para recién nacidos y suplementos nutricionales para niños.
El ministerio de Salud de Gaza informó también que los nuevos bombardeos israelíes demolieron edificios residenciales en el oriente de Khan Yunis, en el sur de Gaza; en el barrio de al-Shujaiya, y efectuaron disparos contra el campamento de refugiados de Al-Bureij, en el centro del enclave. Un nuevo informe de la Relatora de la ONU para la región, Francesca Albanese, destaca que el genocidio en Gaza “es un crimen colectivo” y de su responsabilidad no escapan los países occidentales cómplices.







