Hace rato el colegio Juan Lozano y Lozano viene luchando para que la institución Los Andes le devuelva el inmueble para ser demolido y construir una institución que responda a las expectativas de la comunidad estudiantil y los padres de familia.
Nelson Lombana Silva
La institución educativa Hermano Arsenio, propiedad del colegio público Juan Lozano y Lozano de la ciudad de Ibagué (Tolima), se encuentra deteriorada, en cualquier momento puede caerse, generando una tragedia de vastas proporciones por cuanto allí estudian centenares de estudiantes. La irresponsabilidad corre por cuenta del colegio privado Los Andes, que lo viene explotando hace más de 20 años, según el rector del colegio Juan Lozano y Lozano a través de comodatos oscuros.
Hace rato el colegio Juan Lozano y Lozano viene luchando para que la institución Los Andes le devuelva el inmueble para ser demolido y construir una institución que responda a las expectativas de la comunidad estudiantil y los padres de familia. El 31 de diciembre de 2015, en horas de la mañana, la secretaría municipal le hace entrega formal de esta institución al rector del Juan Lozano y Lozano. Sin embargo, ese mismo día en horas de la noche la entonces funcionaria Martha Pilonieta, le renueva el comodato al colegio los Andes.
El rector Germán Chaves Chaves, mediante documento presenta la queja ante el recién posesionado alcalde, Guillermo Alfonso Jaramillo, quien una vez escucha el informe de los asesores jurídicos da por terminado unilateralmente dicho comodato. La decisión es apelada por el colegio Los Andes, recurso que le fue negada, siendo obligado legalmente desde mediados de marzo a entregar dicha institución. Sin embargo, a la fecha de redactar esta nota, sigue funcionando campante.
Ante la negativa de entregar y el inminente peligro que corren estudiantes y docentes, el consejo directivo del colegio Juan Lozano y Lozano, que se encuentra ubicado en el barrio Jordán II Etapa, se reunió con la actual secretaria municipal de Educación, Leidy Tatiana Aguilar, para expresar su indignación por el no cumplimiento de la determinación tomada por el alcalde y a su vez, expresar la preocupación por el riesgo que corren estudiantes y profesores. La funcionaria dijo que había tomado la decisión de darle plazo hasta el 30 de noviembre de 2016, contrariando la orden inicial del alcalde.
Ante esta medida, el consejo directivo del colegio Juan Lozano y Lozano dejó claro que salvaba toda responsabilidad por lo que pueda ocurrir en los próximos meses con la institución habida cuenta del alto grado de deterioro en que se encuentra. De igual manera, manifestó su preocupación por el incumplimiento de la palabra empeñada por el colegio Los Andes, pues hace más de 20 años viene diciendo lo mismo y nada que cumple con su palabra empeñada.
De igual manera, el colegio Juan Lozano y Lozano no tiene coliseo para la práctica del deporte y las actividades culturales. El rector gestionó una ayuda importante para su construcción pero la tramitología engorrosa viene dificultando seriamente el desembolso de los recursos que ya se encuentran en fiducia. La comunidad estudiantil exige voluntad política tanto al gobernador como al alcalde para que esta obra sea una realidad en la mayor brevedad posible. “La paz se construye fundamentalmente con obras, con acciones de buena voluntad y no con simples y floridos discursos”, dijo un miembro del consejo directivo del Juan Lozano y Lozano.