La diferencia de horarios provocó que, mientras en Saná sonaban las alarmas y despertaban a miles de familias que se habían acostado tarde tras participar en una fiesta religiosa tradicional, Donald Trump disfrutaba de una caminata por el campo de golf en su residencia de Mar-a-Lago
Redacción internacional
A la media noche del pasado sábado 15 de marzo, aviones de guerra norteamericanos atacaron zonas residenciales de Saná, la capital de Yemen, y otras siete localidades del país. Según funcionarios del Departamento de Defensa del país agresor, este ataque marcó el comienzo de una campaña militar a gran escala contra los hutíes, grupo rebelde también conocido como Ansar Allah. Este grupo, que al estallar las hostilidades en Gaza había declarado como objetivos militares a barcos de guerra e instalaciones norteamericanas en la región, lo hizo en solidaridad con el pueblo palestino.
Es la primera vez, desde el inicio de su mandato, que el presidente Trump autoriza una acción militar a gran escala contra un país extranjero. Esto ocurre a pesar de que, durante su campaña electoral, prometió no solo poner fin a la guerra en Ucrania en las primeras 24 horas de su gestión, sino también que jamás declararía otra guerra en el mundo.
La diferencia de horarios provocó que, mientras en Saná sonaban las alarmas y despertaban a miles de familias que se habían acostado tarde tras participar en una fiesta religiosa tradicional, el gobernante norteamericano disfrutaba con tranquilidad de una caminata en el campo de golf de su residencia de Mar-a-Lago.
Ataque demoledor
The New York Times informó, pocas horas después, que los ataques del sábado en Yemen afectaron radares, defensas aéreas y sistemas de misiles y aviones no tripulados, aunque no se estableció si fueron averiados importantes arsenales de armas con que cuenta el país agredido.
Trump dio luz verde a los ataques a Yemen el viernes después de sostener reuniones a alto nivel con los principales asesores de seguridad nacional en la Casa Blanca. En una publicación en su red Truth Social, el presidente describió los ataques como “una acción militar decisiva y poderosa”, culpando a los hutíes de una “campaña implacable de piratería, violencia y terrorismo contra barcos, aeronaves y drones estadounidenses y de otros países”.
Culpó al expresidente Joe Biden, a quien calificó de “patéticamente débil”, sugiriendo que intensificaría significativamente los ataques contra Yemen. «A todos los terroristas hutíes: “vuestro tiempo se ha acabado y vuestros ataques deben parar a partir de hoy”. ¡Si no lo hacéis, el infierno caerá sobre vosotros como nada que hayáis visto antes!», escribió el actual mandatario.

Uno de los mayores ataques
Fuentes de las agencias de seguridad norteamericanas afirmaron que los ataques tuvieron como objetivo al menos a un alto comandante hutí, aunque no ofrecieron detalles. Pero los ataques aéreos y marítimos afectaron más a zonas residenciales, principalmente en Saná y en la provincia de Saada.
Los operativos estadounidenses, que continuaron en las primeras horas del domingo, marcaron uno de los mayores ataques en un solo día sobre Yemen, desde octubre de 2023, con un saldo inicial de 32 personas muertas y más de cien heridas, en lo que los hutíes dijeron que fueron 47 ataques aéreos.
Informes preliminares desde Saná indican que al menos trece personas murieron a causa de los bombardeos y nueve resultaron heridas. Al norte de la capital, en Saada, cuatro niños y una mujer también murieron y otras quince resultaron heridas en ataques contra dos viviendas. “La mayoría eran mujeres y niños”, declaró Anis al-Asbahi, portavoz del Ministerio de Sanidad en Saná. El funcionario agregó que los equipos de rescate seguían sacando víctimas de los escombros y advirtió el número de muertos podría aumentar.
Los ataques aéreos se produjeron después de que el movimiento hutí anunciará la semana pasada la reanudación de su bloqueo naval a los barcos israelíes que transitan por el Mar Rojo. Abdulmalik al-Hutí, líder del grupo, indicó que la medida se tomaba como respuesta al anuncio de Israel de prohibir en forma total el ingreso de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, anuncio que viola el acuerdo del alto al fuego suscrito en enero entre Israel y Hamás.
Barcos sionistas no pasarán
Tras el anuncio del acuerdo con Gaza, los hutíes cesaron por completo sus ataques contra las rutas marítimas. El 8 de marzo pasado, el líder hutí advirtió que sus fuerzas reanudarían las operaciones navales, si Tel Aviv no permitía la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. El 13 de marzo, las fuerzas militares, controladas por los hutíes, emitieron un comunicado anunciando que cualquier barco israelí que intentara romper el bloqueo sería atacado hasta que Israel permita la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, incluyendo alimentos y medicamentos.
En respuesta a la agresión extranjera, las fuerzas armadas yemeníes afirmaron haber lanzado dieciocho misiles balísticos y de crucero y un avión no tripulado contra el buque estadounidense Harry S. Truman en el Mar Rojo.
Los rebeldes hutíes han cobrado protagonismo en la geopolítica del Medio Oriente, especialmente en torno a la estratégica ruta comercial del Mar Rojo, tras la escalada del conflicto palestino-israelí. Los hutíes son un importante movimiento en auge, cuyo nombre real es Ansar Alá que, en árabe, significa “seguidores de Dios”.
Es un movimiento zaidí, una de las ramas del islam chií, fundado por Sayyid (título honorífico musulmán) Hussein Badraddin al Houthi a principios de la década de 1990 en la provincia de Saada, en el norte de Yemen.