El Comité Nacional Preparatorio del XIII Festival ha convocado a las y los jóvenes de todo el país a sumar esfuerzos por la democratización, la justicia social y la construcción de paz. El evento se perfila como un escenario de unidad en torno a los cambios que necesita Colombia
María Camila Díaz
La juventud colombiana ha desempeñado un papel protagónico en diversos espacios de movilización y participación social desde distintos ámbitos de acción. Su principal contribución en el proceso de construcción del país se expresa mediante lo político, cultural y artístico, como símbolo de emancipación y resistencia colectiva, y motor de grandes transformaciones.
Estas manifestaciones han impulsado luchas que abarcan desde la mejora de las condiciones laborales, la exigencia de una educación de calidad y con amplia cobertura en todos los niveles, condiciones dignas para el sector rural, hasta la promoción del deporte, la ciencia, la tecnología y la cultura como pilares fundamentales para el desarrollo del país.
Participación amplia y diversa
Desde la capital y bajo el lema “Unidad juvenil por los cambios, la paz y la vida”, se alista el primer gran encuentro que dará inicio al XIII Festival Nacional de la Juventud. Programado para el 7 de junio de 2025, este espacio busca congregar, sin distinción ideológica, a organizaciones, colectivos y parches juveniles de todos los rincones del país, con el propósito de diseñar una hoja de ruta que definirá los ejes temáticos, metodológicos y logísticos.
El trasfondo del Festival parte de la convicción: la juventud colombiana, a pesar de haber sido golpeada históricamente por la desigualdad, la violencia y la precariedad laboral, tiene la energía y la creatividad necesarias para impulsar los cambios requeridos para un modelo de país más justo.
En un contexto marcado por la crisis global del capitalismo neoliberal y la transición hacia un orden multipolar internacional, la dirigencia juvenil identifica en el gobierno de Gustavo Petro una oportunidad histórica para avanzar en la democratización real de las instituciones y la profundización de los derechos sociales para la paz con justicia social.
El Comité Nacional Preparatorio, CNP, es un amplio órgano de definición del Festival, que establece criterios tales como la inscripción desde corrientes organizadas hasta jóvenes no agremiados, sin importar afiliación política, credo religioso, identidad de género o creencias. A su vez, se contempla la conformación de delegaciones territoriales, departamentales y municipales, que contarán con igualdad plena en la toma de decisiones de cara al desarrollo de los espacios preparatorios.
El propósito es garantizar que la voz de las juventudes rurales, afrocolombianas, indígenas, disidencias sexuales y de las periferias urbanas resuene con fuerza, que supere a los sectores políticos tradicionales que han desangrado el proyecto de paz y el futuro para la juventud.
Perspectiva antipatriarcal e interseccional
El proceso histórico social del movimiento juvenil reconoce que la lucha contra el patriarcado, las violencias de género, la xenofobia y el racismo son inseparables de la batalla contra la opresión económica.
Por ello, el XIII Festival se construirá desde un enfoque interseccional. Cada espacio del encuentro deberá incorporar el mandato de transversalizar la perspectiva de género, asegurando que mujeres, disidencias sexuales y poblaciones étnicas encuentren espacios seguros y de equidad en todas las etapas de su organización y realización. Así se busca que la construcción del movimiento nacional juvenil asuma como eje central la lucha contra todas las formas de opresión y la explotación del capitalismo.
Desde la rebelión social y popular de 2021 hasta el protagonismo en el triunfo del Pacto Histórico en 2022, la juventud ha demostrado su capacidad para articularse y forjar alianzas en defensa de la educación pública, el trabajo digno y la paz con justicia social. Muchos de los “combos territoriales” que emergieron en las calles en 2021 podrán encontrar en el Festival una plataforma para consolidar procesos de base y tejer alianzas que trasciendan la coyuntura.
El XIII Festival va más allá de un evento puntual; se proyecta como un puente entre las iniciativas juveniles emergentes y las instancias de poder político. Se concibe como una plataforma donde confluyan la cultura, la música, el arte urbano y el debate ideológico, fortaleciendo la cohesión social y la paz.
Como fruto de este proceso, se busca avanzar hacia la democratización real en las próximas elecciones de 2026, cuando una nueva generación de liderazgos juveniles y agendas de impacto irrumpan en el escenario político. La paz, la vida y los cambios estructurales comienzan aquí: con la construcción de un poder popular juvenil capaz de redefinir el rumbo del país.
