sábado, mayo 24, 2025
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“Estamos listos para buscar soluciones”: Embajador de Rusia

El diplomático hizo referencia a un abanico de conflictos y a los esfuerzos del Kremlin por alcanzar soluciones definitivas y pacíficas que pongan fin a la confrontación

Alberto Acevedo

Nikolay K. Tavdumadze es el actual embajador de la Federación Rusa en Colombia, cargo que ocupa desde el 10 de enero de 2021. Nacido en Moscú en 1956, se graduó en 1977 en el Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú, tras lo cual inició su carrera diplomática.

Ha ocupado diversos cargos en la Cancillería rusa en Moscú, así como en representaciones diplomáticas en varios países. En la actualidad, ostenta el rango de Embajador Extraordinario y Plenipotenciario.

En este mes de mayo, Rusia celebró el 80 aniversario de la victoria sobre el fascismo alemán. ¿Cuál es la importancia de esta epopeya? ¿Qué mensaje envía su país al mundo?

Ante todo, deseo señalar que las amenazas del régimen de Kiev y de la Unión Europea, de algunos países de esta unión, son una vergüenza, porque no se puede manipular un aniversario de esa magnitud, que es la derrota del nazifascismo en Alemania, que fue el último bastión del nazismo.

Las celebraciones que se organizaron en nuestro país estuvieron dedicadas a la memoria de todos los que lucharon contra el fascismo y de todos los que perdieron la vida durante ese período. Fue, además, una clara demostración de que en nuestro país recordamos muy bien el mérito de todas las personas que contribuyeron a la derrota del nazifascismo.

Claramente, las tentativas del régimen de Kiev de enviar drones a territorio ruso ─durante las celebraciones─ para amenazar a los pueblos de nuestro país, a los participantes en las distintas paradas que se organizaron no solamente en Moscú, sino en otras ciudades, es un ejemplo de doble estándar cuando las autoridades de ese país dicen que quieren la paz, pero en realidad los hechos demuestran que no es así.

Imponente desfile militar en la Plaza Roja de Moscú, para conmemorar el 80 aniversario de la derrota del fascismo alemán. Foto Alexander Vilf / Presidencia Rusia

¿Tienen perspectivas las negociaciones que se adelantan en Turquía con el régimen de Kiev?

Las negociaciones no se pueden descartar nunca. Además, dependen mucho de la voluntad de los participantes de estas consultas de llegar a una resolución del conflicto. Para nosotros, es un asunto importantísimo para eliminar las raíces de esta crisis.

Ellos mismos se vetaron

Ahora, sabemos perfectamente que Zelenski no tiene legitimidad, porque su mandato terminó hace más de un año. Con el pretexto de que su país no es controlado por las autoridades locales, no quieren realizar nuevas elecciones presidenciales. En realidad, lo que no muchos recuerdan es que en octubre de 2022, a nivel legislativo, las autoridades de Ucrania han prohibido tener cualquier negociación entre la parte ucraniana y la parte rusa, mientras Putin sea el presidente de nuestro país.

Eso representó, en la práctica, un freno que ellos mismos se impusieron para consultas de ese tipo. Lo que pasó tres años atrás en Estambul cuando las autoridades ucranianas propusieron un documento con el objetivo de poner fin al conflicto ruso-ucraniano y la parte rusa aceptó ese borrador, lo corrigió y lo sometió a consideración de la parte ucraniana.

Sucedió que visitó a Kiev el señor Boris Johnson, con el respaldo de la administración demócrata de Estados Unidos, le indicaron a Kiev: ustedes no deben firmar nada, ustedes deben ganar en el campo de batalla a Rusia, que no tiene posibilidades de derrotar a Ucrania. Así que ustedes deben continuar la confrontación. Ellos se retiran de las conversaciones de Estambul, tres años atrás.

Nuestra delegación está en Turquía y espera la posibilidad de conversar. Aunque hemos avisado a la parte ucraniana que los territorios actualmente bajo nuestro control, permanecerán bajo jurisdicción rusa.  Esta situación tiene sus raíces claramente en las políticas discriminatorias aplicadas por las autoridades ucranianas que confrontan a la población rusa en esos territorios del oriente del país, que extrañamente la parte ucraniana todavía considera que son territorios que les pertenecen.

Debe volver a ser neutral

El presidente Putin ha dicho que no le interesa un alto el fuego momentáneo, sino una solución definitiva al conflicto. En esa perspectiva, ¿se logró el objetivo de la desnazificación de Ucrania?

Eso tiene sus dificultades, lamentablemente, porque la parte ucraniana no quiere reconocer que esa situación todavía continúa. Para nosotros es claro que fue así antes y continúa manifestándose ahora, porque sabemos perfectamente que las autoridades en distintas ciudades de Ucrania desmantelan monumentos de los héroes de la Gran Guerra Patria y proclaman como héroes a los exmiembros de tropas pronazis ucranianas, que fueron identificados durante el proceso de Nuremberg como criminales de guerra.

Entonces, imaginen lo que significa declarar una plaza, una escuela, una calle, con el nombre de personas que, según los fallos de Nuremberg, son criminales de guerra.  Yo no me puedo imaginar eso. Más aún, el abuelo del presidente Zelenski luchó en la Segunda Guerra Mundial, como lo hizo mi padre, quien participó desde el asedio a Stalingrado hasta la llegada a Königsberg.

Entonces, para nosotros, para la parte rusa, lo que es absolutamente necesario es que Ucrania vuelva a ser un país neutral, que no pertenezca a ningún tipo de bloque militar, pues eso es una amenaza para la seguridad de nuestro país.

El presidente norteamericano también conversa con Kiev en procura de poner fin al conflicto. ¿Esa participación facilita o perjudica la idea de llegar a un acuerdo duradero en la región?

Antes que todo, no tenemos conversaciones con Kiev desde el 2022. Entonces, no las habrá hasta que se presente su delegación en la cita ya convocada. En cuanto a la postura del presidente Trump, aquí hay que recordar un aspecto: durante el período de Biden en la Casa Blanca, nosotros no tuvimos prácticamente ningún tipo de diálogo con los americanos.

Tendiendo puentes

Por el contrario, cuando llegó Donald Trump, este sí inició el diálogo. Algo que hay que reconocer es que empezó a moverse en dirección a crear puentes de conversaciones y buscar soluciones a ese conflicto entre nuestros países hermanos, Rusia y Ucrania. La parte rusa contestó de inmediato: estamos listos a buscar soluciones que puedan resolver ese conflicto.

Ahora, en cuanto a las tierras raras, Trump lo ha dicho en diferentes ocasiones, en su postura como empresario: hemos entregado a Kiev una enorme cantidad de armamento, de financiación, que parece un regalo, pero es dinero de los contribuyentes americanos y eso no podemos seguirlo permitiendo. Como empresario insistió en que “debemos encontrar una posibilidad de que ese dinero regrese a nuestras manos”. Ahora, para nosotros, esto de las tierras raras no es un obstáculo insuperable.

El presidente Trump dijo que la guerra en Ucrania no debió ocurrir nunca. En contraste con esa posición, la Unión Europea habla de enviar tropas a Ucrania, de continuar la guerra. Sorprende la posición de Francia, de Alemania, de Gran Bretaña. ¿Por qué tanto odio?

Es difícil explicar esta situación si uno no mira hacia atrás, al pasado, porque el deseo de derrotar al imperio ruso, luego la Unión Soviética, ahora a Rusia, no es que haya cambiado mucho. Es un asunto genético en los Estados occidentales.

No olvidar el pasado

Y ahora, con el pretexto del conflicto con Ucrania, ellos en su mayoría, a excepción de algunos países como Hungría, como Eslovaquia, están prácticamente unidos en su apoyo a Ucrania, y ahora cuando uno mira la situación y observa que Estados Unidos apoya la paz, la Unión Europea está en otra posición: apoya la continuación de la guerra, como se dice, hasta el último ucraniano.

Es absurdo intentar derrotar a Rusia con tropas ucranianas, sin tener soldados occidentales, que continúan empujando a las autoridades ucranianas a continuar esa guerra.

Macron no se acuerda del destino de su compatriota Napoleón Bonaparte que casi conquistó toda Europa e incluso Rusia y que, en un momento, perdió todo contra nuestro país. Mejor no entrar en ese tipo de conflictos porque la derrota está garantizada.

En otro plano, de forma simultánea al conflicto en Ucrania, Rusia y Estados Unidos han intercambiado enviados especiales, buscando normalizar las relaciones, reabrir embajadas…

Perdón, debo corregir: nunca cerramos las embajadas. Estas siempre estuvieron abiertas. Cerraron algunos consulados generales, incluso donde yo trabajé, desde 1997 hasta 2002 como cónsul general adjunto en San Francisco. Este lo cerró Barack Obama.

Pero sí hay una negociación entre la parte rusa y la americana, para regularizar la interacción a nivel diplomático, porque, entre las partes, ellos tomaron la iniciativa, nosotros contestamos.

Estamos en conversaciones

Así que ahora estamos en conversaciones con los americanos y ya han dado algunos pasos en la normalización de la situación, pero estamos todavía en conversaciones y continuamos esas negociaciones bilaterales.

Fueron muchas las sanciones que impuso Estados Unidos, el daño que se causó, el embargo de cuentas bancarias. ¿Habrá, como decimos aquí, ‘borrón y cuenta nueva’, o eso significará un costo para Estados Unidos?

Normalmente, cualquier sanción que uno hace contra alguien es como un disparo por la culata, que también afecta al autor de la sanción. Entonces, sí, claro, tuvimos una gran cantidad de sanciones que aplicaron contra nuestro país.  Muchas compañías que trabajaban en Rusia abandonaron nuestro país y salieron con su producción. Ellos pensaron que con esas sanciones y esas medidas iban a provocar un caos económico, pero no pasó nada de eso.

No sé si ustedes lo saben, el año pasado, el Producto Interno Bruto, PIB, creció en 3,4 puntos porcentuales. Se produjo una sustitución de producción de las compañías que salieron, por una producción propia. Entonces es un proceso que ayudó a nuestro país a activar más la producción en sectores que antes estaban en manos de empresas extranjeras.

Ahora estamos produciendo nosotros y, en ese sentido, está lo que pasó por ejemplo con la Unión Europea. Ustedes probablemente conocen cuál es el precio de gas oil en Estados Unidos: cinco dólares por galón. Un galón son 3.8 litros. Dividimos cinco dólares por casi cuatro y tenemos 1.15 dólares por litro.

Cuando Rusia exportaba su petróleo, su gas a Europa, la región tenía una fuente garantizada de un producto barato a precios ya acordados a largo plazo. Firmaban el contrato y sabían que en dos o tres años iban a recibir esa cantidad de combustible para su economía.

Negociaciones entre Rusia y Ucrania, en Estambul, la semana pasada. Foto prensa Presidencial Ucrania

Rusia en foros recientes habló de la necesidad de construir un nuevo orden internacional, más justo, que respete la paz y la autodeterminación de los pueblos. En su opinión, ¿cómo marcha ese propósito?

La época en que existía una hegemonía internacional liderada por la Casa Blanca está llegando a su fin. El mundo ha despertado, está interesado en tener un desarrollo propio, no solamente económico, también político. Los pueblos no quieren vivir bajo un mandato exterior, quieren que se tenga en cuenta su posición sobre el desarrollo del mundo, También en el campo económico, científico y en otras áreas del pensamiento.

Oportunidad para los pueblos

¿Por qué, por ejemplo, los BRICS tienen tanto éxito? Muchos países ya ingresaron o quieren entrar, tocando la puerta, diciendo “queremos estar con ustedes”. Porque no es algo que haya sido creado contra alguien. No, fue creado para intensificar y desarrollar, primero, las relaciones económicas en interés de los miembros de ese organismo.

Cuando se empezó a entender a nivel mundial qué perspectivas tiene esa estructura para el futuro del mundo, ahí se empezaron a entender de verdad las ventajas que los BRICS ofrecen a sus miembros y a sus asociados. Esto se demostró el año pasado en Kazán, durante la cumbre de los BRICS, que ahora hay nuevos miembros plenos, también miembros asociados y socios.

Esto es algo que también se demuestra con cifras que los BRICS tienen más producción que los países del G-7, y al cabo de pocos años será también economía más fuerte no solo que el G-7, sino de los países de Europa, junto con Estados Unidos, Canadá y otras potencias.

Por eso, yo creo que esa es una oportunidad para distintos países del mundo de obtener su independencia económica del sistema de Bretton Woods, creado tiempo atrás, que hizo del dólar el Cristo Redentor de todo el mundo.

Por ejemplo, cuando aquí en Colombia hablo con representantes del sector privado, les pregunto si quieren comerciar con China. Reciben la mercancía desde allá, que después se vende en Colombia. También envían hacia allá sus productos: frutas, flores… ¿cómo pagan esas cosas? Me responden: “ah no, pagamos en dólares”. ¿Y dónde van esos dólares? Van otra vez a Nueva York, porque ahí está el centro del mundo financiero.

País amigo

Se van a cumplir 90 años de relaciones entre Rusia y Colombia. ¿Qué perspectivas le ve usted a esas relaciones?

Nosotros consideramos a Colombia un país amigo, tenemos varios decenios de relaciones diplomáticas, estamos tratando de promover un relacionamiento bilateral en distintos sectores. Para nosotros, las puertas están abiertas y nosotros estamos listos para ir adelante en un acercamiento con Colombia, hasta el punto donde quiera llegar la parte colombiana.

Para nosotros, no hay un tope, vemos esa oportunidad como una calle abierta, con movimiento en ambas direcciones, porque no funcionaría nada si fuera en una sola dirección.

Hay que tener un interés recíproco en promover ese acercamiento bilateral. Nosotros tenemos muchos sectores donde ya trabajamos con Colombia, por ejemplo, en brindar educación superior a estudiantes colombianos. Hay perspectivas de trabajar juntos en el sector farmacéutico, en el sector energético y otros que pueden ser de interés.

Consideramos que Colombia es un país amigo, siempre hemos apoyado el proceso de paz a nivel internacional y también como miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y nunca hemos cambiado nuestra postura. Estamos en el Consejo apoyando esos esfuerzos y auguramos al pueblo amigo de Colombia que resuelva esa situación difícil de guerra interna con las disidencias. Esperamos que pueda llegar a una solución lo más pronto posible.

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