En lo que va del 2025, se han registrado más de 79 feminicidios, lo que evidencia la violencia la brutal del patriarcado contra las mujeres. Esta cifra alarmante continúa en aumento, al igual que su impunidad
Valentina Bolaño Senior
@Vale_BoSe
Según el Observatorio Colombiano de Feminicidios, en 2024 fueron asesinadas 886 mujeres en el país, una cifra escalofriante que demuestra el recrudecimiento de la violencia patriarcal contra las mujeres.
Los datos alarmaron a todas las organizaciones defensoras de derechos y feministas, pues pareciera que una guerra se está desatando en contra de las colombianas.
Esta violencia no cesa. El 2025 comenzó un aumento alarmante de la de la brutalidad contra las mujeres. De acuerdo con los datos del mismo Observatorio, solo en enero se registraron 75 feminicidios en veintidós departamentos de Colombia, además de cuatro asesinatos de mujeres migrantes colombianas en Chile, España y Estados Unidos.
Suben los números, sube la impunidad
El feminicidio es el asesinato de una mujer simplemente por su condición de serlo. Representa la forma más extrema de violencia patriarcal. En Colombia, fue tipificado como un delito autónomo mediante la Ley 1761 de 2015.
Quien cause la muerta a una mujer por el hecho de serlo enfrentará una prisión de veinte a cincuenta años. No obstante, el 78% de los feminicidios queda en la impunidad judicial, según el informe de la Red Nacional de Mujeres, RNM, que destaca que las medidas de protección son insuficientes y los servicios de orientación tienen una cobertura limitada.
En este sentido, la RNM advierte que: “En el marco de los derechos humanos, esto evidencia una tolerancia institucional frente a las violencias contra las mujeres, es decir, una falta de capacidad o voluntad del Estado para sancionar efectivamente las violencias contra las mujeres y, así, progresar en la garantía del derecho al acceso a la justicia de las mujeres víctimas de violencias”.
La impunidad frente a la violencia contra las mujeres perpetúa una aceptación social de este flagelo, posibilita su repetición y constituye una forma de revictimización tanto para los familiares de las mujeres asesinadas como para su memoria, tal como lo señala la RND.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, Corte IDH, considera que la impunidad frente a las violencias contra las mujeres, prolonga la aceptación social de estos actos y fomenta la desconfianza de las mujeres en la justicia del país. En este contexto, la ONU Mujeres subraya que “resulta fundamental generar acciones integrales que incluyan leyes junto con su implementación decidida, para proteger a las mujeres y las niñas ante la violencia”.
“Vivas nos queremos”, se escuchaba a coro en la manifestación del 8 de marzo del 2025, en todas las ciudades del país, mientras los números de asesinadas sigue en aumento. La avanzada feminista continúa su lucha en todos los rincones, exigiendo el respeto y el fortalecimiento de las garantías de los derechos humanos de las mujeres.
Antes del feminicidio
El feminicidio es el final de un ciclo de violencia que sufre la mujer en manos del sujeto feminicida. Por tal razón, es importante mencionar que cualquier tipo de violencia puede ser un indicio de una vulneración más aguda en el futuro.
Los celos, intentos de control, humillaciones, limitaciones del uso del dinero, incumplimiento de las obligaciones económicas con los hijos e hijas, retención de pertenencias, manoseos, acoso, relaciones sexuales obligadas, empujones, patadas, cachetadas o ataques con armas blancas, son formas de violencia que pueden culminar en un feminicidio.
Estas violencias mencionadas son solo algunas de las muchas que existen. Es necesario estar alerta a los signos de abuso, denunciar tempranamente y alejarse de personas que puedan representar un riesgo de agresión.
Para ONU Mujeres: “El feminicidio hace parte de las múltiples y complejas violencias contra las mujeres, y no puede entenderse solo como un asesinato individual, sino como la expresión máxima de esa violencia, en la que el sometimiento a los cuerpos de las mujeres y extinción de sus vidas tiene por objetivo mantener la discriminación y la subordinación de todas”.
Caminamos inseguras
A marzo de 2025, Antioquia se posesiona como el departamento más violento para las mujeres, registrando más de dieciséis feminicidios. Le siguen Atlántico con ocho y Bogotá con seis.
Según el Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo de la Policía Nacional, Siedco, los casos de feminicidios se concentran principalmente en las localidades de Ciudad Bolívar, Fontibón y Kennedy.
El Plan Distrital de Desarrollo de la Alcaldía de Carlos Fernando Galán tiene como objetivo reducir en 30% el número de feminicidios en la ciudad, sin embargo, esto no se ha cumplido y la violencia contra las mujeres está en aumento.
Violencia contra las niñas
Por otra parte, los recientes hallazgos del cuerpo de Emily Villalba, una joven de quince años, en una zona boscosa en Chocontá, Cundinamarca, consternó a la comunidad nacional. La menor había salido a una cita odontológica,
Según el informe de las autoridades, su cuerpo fue encontrado con laceraciones y hematomas en el cuello. El principal sospechoso es Marco Antonio Parra Rodríguez, vecino de 44 años que era cercano a la familia. La Fiscalía General de la Nación anunció que fue enviado a la cárcel, aunque no aceptó los cargos.
Con el asesinato de Emily, la cifra de feminicidios de niñas asciende a diez entre enero y marzo de 2025.
Las organizaciones de mujeres exigen no más violencia contra las niñas y mujeres en Colombia. Además, solicitan no más tolerancia a feminicidios ni a ninguna vulneración. ¡Detengan la guerra contra las mujeres!
¿Dónde se puede llamar?
Si eres víctima de violencias basadas en género o se encuentra en peligro de sufrir un feminicidio, comuníquese a las líneas 115 o al 123, disponible las 24 horas del día, desde cualquier lugar del territorio nacional.
No estás sola.