“Ningún lugar en Gaza es seguro, ningún periodista en Gaza está a salvo, y la masacre no ha cesado. Reiteramos nuestro llamamiento urgente para proteger a los periodistas de Gaza”, ha dicho la organización Reporteros Sin Fronteras
Alberto Acevedo
El 3 de abril pasado se celebró el Día Mundial de la Libertad de Prensa, una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco. En esta ocasión, tanto la ONU como organizaciones no gubernamentales hicieron un balance del número de periodistas que en el mundo han perdido la vida en teatros de guerra. Estos han fallecido defendiendo la causa de la verdad y el derecho a la información. Como era de esperarse, la mayoría de los comunicadores sacrificados han caído en el conflicto entre Israel-Palestina.
La elevada cifra de víctimas, entre trabajadores de la prensa, llevó a algunos colegas sobrevivientes a asegurar que la celebración del 3 de abril debió hacerse con un brazalete negro. Otros simplemente dijeron: “ser periodista no es un delito, matar al periodista sí lo es”.
Como suele suceder en los escenarios de guerra, las cifras recopiladas por diferentes organizaciones interesadas no siempre coinciden. De acuerdo con el Comité para la Protección de los Periodistas ─CPJ por sus siglas en inglés─, con sede en Nueva York, hasta el 26 de abril pasado, las investigaciones preliminares mostraron que al menos 97 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación se encontraban entre los más de 35.000 muertos desde que comenzó la guerra en Gaza el 7 de octubre de 2023, caídos en la Franja de Gaza y Cisjordania, y 1.200 muertos en Israel.
Voces silenciadas
Por su parte, el recuento de Reporteros sin Fronteras, RSF, con sede en París, indica que al menos 103 periodistas han muerto por ataques de Israel en Gaza en los últimos cinco meses, “una de las guerras más mortíferas para los medios de comunicación”, según la organización.
Chirstophe Deloire, secretario general de RSF, expresó que esos 103 periodistas “no son cifras, son 103 voces que Israel ha silenciado, 103 testigos menos de la catástrofe que se desarrolla en Palestina, 103 vidas extinguidas”.
Si algo demuestran esos números es que, desde el 7 de octubre, “ningún lugar en Gaza es seguro, ningún periodista en Gaza está a salvo, y la masacre no ha cesado. Reiteramos nuestro llamamiento urgente para proteger a los periodistas de Gaza”, añadió.
El Comité para la Protección de Periodistas investiga todas las muertes y desapariciones, en la guerra, de periodistas y trabajadores de los medios de comunicación, “que ha provocado el período más mortífero para los periodistas desde que el CPJ empezó a recopilar datos en 1992”.
Desde la primera línea
Simon Adams, presidente del Centro para las Víctimas de la Tortura, CVT, quien trabaja con supervivientes de tortura y defensores de los derechos humanos en todo el mundo, dijo en declaraciones a IPS que cuanto más atroz es la atrocidad, mayor es la necesidad de enterrar la verdad bajo los escombros de los ataques aéreos o esconderla en una oscura prisión.
Israel ataca a los periodistas porque teme de estos su capacidad de denunciar los horrores que se producen en Gaza, afirmó Adams. “Durante demasiado tiempo, Israel ha podido actuar con impunidad en los territorios palestinos ocupados, lo que ha incluido el asesinato ocasional de periodistas, como el de la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh, en 2022”, añadió.
Pero, desde el 7 de octubre, señaló Adams, las Fuerzas de Defensa Israelíes han elevado la situación a un nivel completamente nuevo: bombardean, disparan o detienen en forma rutinaria a periodistas solo por informar desde la primera línea y ser testigos de crímenes de guerra.
Ante la CPI
En su opinión, muchas de estas muertes han sido consecuencia de ataques aéreos de precisión contra reporteros claramente identificados como tales.
“Con casi cien periodistas y trabajadores de los medios de comunicación muertos, afirmar que estas muertes son accidentales no solo es incrédulo, sino que es un insulto a la memoria de los profesionales que vivieron sus vidas al servicio de la verdad y la precisión”, dijo Adams, cuya organización tiene una serie de refugiados que son experiodistas y han sido detenidos y perseguidos en sus países de origen.
A su juicio, todos estos casos deben denunciarse ante la Corte Penal Internacional y los responsables deben rendir cuentas. “Ser periodista no es un delito, pero matarlos sistemáticamente sí lo es”, puntualizó.
La veterana periodista vasca Amparo Lasheras, autora de varios libros de ciencia política, habla de “141 periodistas palestinos muertos o asesinados por el Ejército israelí y de decenas de trabajadores de medios de comunicación heridos, detenidos o encarcelados por el gobierno genocida de Netanyahu”.
Libertad asesinada
“En Gaza ─dice Amparo Lasheras─, la libertad de prensa es asesinada cada día con bombas, pero también con el silencio selectivo de las informaciones, con la parcialidad, la manipulación y la frivolidad con que los grandes grupos mediáticos informan en un afán canalla por blanquear los verdaderos intereses económicos y políticos de Israel, la UE y de Estados Unidos.
»En Gaza, el derecho a la información, la humanidad y la libertad de expresión se pueden considerar los audaces supervivientes de una vieja profesión, el periodismo, que, a pesar de todo, merece la pena ejercer. Sobre este agitado y mágico oficio de escribir, el escritor Paul Auster, activista contra la guerra en Vietnam en su juventud, decía: «Ninguna otra ocupación exige a quien la desempeña que entregue el ser, el alma, el corazón y la cabeza sin saber si al final habrá recompensa»”.
El trabajo objetivo de los periodistas no solo se interfiere en Gaza y en general en toda Palestina. Con motivo del Día Mundial de la libertad de prensa, la organización Reporteros Sin Fronteras publicó un informe en el que advierte que la libertad de prensa a nivel global está amenazada por quienes deberían ser sus principales garantes: las autoridades políticas de cada país.
“Hoy en día las democracias están en riesgo porque vemos que hay una pérdida de confianza por parte de la sociedad en el rol de mediación social que tienen los medios. Eso genera un caos informativo que es capitalizado por grupos políticos de tendencias más autoritarias y extremistas, independientemente del espectro político”, señaló a medios de comunicación Artur Romeu, director de la oficina de América Latina de RSF.
Colombia y Argentina
Hay una lista de países que experimentan retrocesos, algunos de ellos muy notables, en materia de libertad de prensa y garantías para el ejercicio periodístico. Colombia es mencionada con más detalle por la Fundación para la Libertad de Prensa, Flip, la cual expresó su preocupación por la violencia que enfrentan los periodistas en el desarrollo de su ejercicio.
Las amenazas son la principal agresión contra los periodistas colombianos. Se han documentado, al menos, 56 casos en departamentos como Huila y Arauca.
Otra situación destacable, por sus particularidades y la frecuencia con que se presentan los casos, es la de Argentina. Para la celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa, es decir, a 142 días de haberse iniciado el gobierno de Javier Milei, se ha registrado un promedio de un ataque por semana a comunicadores, intelectuales y artistas.
Para Amnistía Internacional, que hizo la denuncia, esta ofensiva representa un intento claro de silenciar expresiones artísticas, agravado por la investidura de quien profiere los ataques, el primer mandatario de esa nación.
Dato alarmante
Una vez a la semana, el presidente Javier Milei “ataca a un periodista o a una personalidad de la cultura”, advierte Amnistía Internacional a partir de un seguimiento propio en el que indica que el jefe del Estado, durante su corto mandato, agredió al menos a 21 trabajadores de los medios lo que constituye “un dato alarmante”, subrayando que el Día Mundial de la Libertad Prensa “es una instancia más para reflexionar sobre la importancia de proteger este pilar fundamental de la democracia”.
La jornada conmemorativa del Día Mundial de la Libertad de Prensa se llevó a cabo este año en Santiago de Chile, donde el galardón más importante, el Premio a la Libertad de Prensa fue entregado por primera vez en forma colectiva a los periodistas de la Franja de Gaza.
Premio al heroísmo
“En estos tiempos de oscuridad y desesperanza queremos transmitir un firme mensaje de solidaridad y reconocimiento a los periodistas palestinos que están cubriendo esta crisis en circunstancias tan dramáticas”, declaró el chileno Mauricio Weibel, presidente del Jurado Internacional de Profesionales de los Medios de Comunicación.
Sin lugar a dudas, es un premio al heroísmo, la valentía y la entrega de los periodistas palestinos. Un reconocimiento a los caídos. Y de alguna manera, al heroísmo de las mujeres, los ancianos, los médicos, los muchachos y tantos sectores de población víctimas del genocidio israelí.
De alguna manera, podríamos evocar las palabras del médico del Hospital Jabalya, el doctor Mahmoud Abu Nujaila, quien, al presentir la llegada de su sacrificio, y en medio de los bombardeos sionistas, escribió con tinta azul en una pizarra del hospital: “Quien se quede hasta el final, contará la historia. Hicimos lo que pudimos. Recuérdennos”.
