El efecto de la violencia en las mujeres de la zona es devastador. Han perdido hijos, han sido desplazadas y algunas denuncian haber sido víctimas de abuso sexual y quedado embarazadas
Redacción VOZ
En el Catatumbo, la ofensiva del Ejército de Liberación Nacional, ELN, y actores armados ha cobrado decenas de vidas de mujeres, niños, firmantes de paz, defensores de derechos humanos y población civil.
Según cifras de la gobernación del Norte de Santander, el desplazamiento masivo ha llegado a más de cincuenta mil personas y podría generar una de las crisis humanitarias internas más graves en el país.
La violencia hacia las mujeres
“Las mujeres, además de huir de sus hogares dejando atrás sus medios de vida, enfrentan riesgos de vida, embarazos no deseados y mayores vulnerabilidades a la violencia machista”, menciona la Fundación Mujer y Futuro. Esta agrega: “Soportan la carga desproporcionada del cuidado de sus familias en condiciones extremas, sin acceso adecuado a servicios de salud, protección o apoyo psicosocial”.
Asimismo, señala que en los albergues para las y los desplazados, la situación no mejora para las mujeres, pues, siguen enfrentando riesgos, tales como violencia sexual, inseguridad alimentaria, agresiones por convivencia, falta de agua potable y enfermedades derivadas del mal manejo de alimentos.
La resistencia
La situación en el Catatumbo llama a la solidaridad y exige a los actores armados el respeto a la vida de la población civil. No más hijos para la guerra.
Asimismo, el respeto a la labor humanitaria debe ser fundamental para poder ayudar y construir una paz estable en la región. No al olvido del Catatumbo y su pueblo.
Es necesario que se garantice la protección de los derechos humanos de cada una de las personas afectadas por el conflicto armado interno.
La lucha de las mujeres en el Catatumbo es abrazada y admirada por todas las colombianas. La labor es seguir construyendo paz en los territorios y tejiendo redes para la justicia social.
Las catatumberas merecen vivir libres de sufrimiento, es una guerra ajena a ellas. Respeto a las vidas de las mujeres y toda la población civil.