Organizaciones campesinas del mundo conmemoran el día de sus luchas, recordando a sus mártires y reivindicando que la tierra, el agua y el territorio no son solo mercancías. Son la base de nuestras comunidades, culturas y soberanía alimentaria
René Ayala B.
@reneayalab
Cada 17 de abril, el mundo conmemora el Día Internacional de la Lucha Campesina, una fecha proclamada durante la II Conferencia de La Vía campesina. La jornada recuerda la masacre de 21 trabajadores rurales sin tierra en Eldorado do Carajás, a manos de la policía militar brasilera, en 1996. Desde entonces, ese día se ha convertido en un escenario de movilización del campesinado mundial.
Este día simboliza la resistencia de millones de campesinos y campesinas que enfrentan el despojo, la criminalización y la exclusión por la defensa de sus territorios y derechos.
En este contexto, el acceso a la tierra y el protagonismo de las mujeres en el campo, especialmente en las luchas del movimiento campesino en América Latina y Colombia, emergen como ejes centrales de las reivindicaciones que se agitan en la jornada del 17 de abril que recordamos este jueves de Semana Santa.
Las mujeres y el derecho a la tierra
Nettie Wiebe, profesora canadiense de la Universidad de Saskatchewan y trabajadora rural, sostiene que las mujeres campesinas son las más afectadas en las lógicas de tenencia de propiedad sobre la tierra y el modelo imperante. “La forma en que tradicionalmente se ha poseído la tierra es muy patriarcal, por lo que las mujeres que participan en la mayor parte de la producción en las zonas rurales enfrentan la violencia de la falta de recursos. Mientras están ocupadas cultivando la tierra y alimentando a sus familias, también enfrentan muchas dificultades”, afirmó Wiebe.
Las mujeres rurales desempeñan un papel fundamental en la producción de alimentos y la preservación de las semillas, pero enfrentan múltiples formas de violencia y exclusión. La Vía Campesina ha impulsado las Escuelas Continentales de Mujeres, espacios de formación y empoderamiento que fortalecen el feminismo campesino y popular.
Susan Owiti, integrante de la Comisión Coordinadora Internacional de La Vía Campesina, destaca que estas escuelas están empoderando a las mujeres para que conozcan sus derechos y comprendan las estructuras que perpetúan su explotación.
Así reflexionó sobre el tema esta lideresa de La Vía Campesina en una entrevista concedida para Prensa rural: “Siento que la Escuela Continental, al igual que otras escuelas que ya se celebran en todos los continentes, está empoderando a las mujeres, especialmente a las campesinas, que hacen mucho”.
En América Latina, Yolanda Areas Blass, de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC-LVC), resalta que las escuelas de mujeres han sido clave para alinear la ideología de la lucha de La Vía Campesina, especialmente en los movimientos feministas campesinos y populares.
Estas iniciativas buscan promover la soberanía alimentaria, la agroecología y la participación política de las mujeres en la construcción de un mundo libre de violencia. “Nosotras en las Américas tenemos esa diferencia o particularidad de que venimos haciendo escuelas de formación desde hace muchos años”, explica Yolanda.
“Hoy en día, creemos que definir una estrategia para el desarrollo de las escuelas de formación es un salto cualitativo que está dando la Articulación de Mujeres de la Vía Campesina a nivel internacional”.
La 8ª Conferencia de La Vía Campesina en Bogotá
Del 1 al 8 de diciembre de 2023, Bogotá fue sede de la Octava Conferencia Internacional de La Vía Campesina, reuniendo a más de 400 delegados de 185 organizaciones de 83 países. Bajo el lema “¡Frente a las crisis globales construimos soberanía alimentaria para asegurar un futuro a la humanidad!”, el evento reafirmó el compromiso del movimiento campesino con la defensa de la tierra, el agua y las semillas y reivindicó el papel de las mujeres campesinas como referentes de las iniciativas de La Vía Campesina.
Allí se destacó en su organización la lideresa campesina Nury Martínez, presidenta de la Federación Nacional Sindical Agropecuaria, Fensuagro. Martínez destacó el papel del campesinado en las luchas sociales: “Uno puede vivir desnudo, sin luz, pero sin alimentación no sobrevive nadie. El campesinado en el mundo es protagonista de la alimentación, es su labor social. El campesinado produce alimento para todos”.
Asimismo, ratificó cómo las mujeres rurales han abierto un escenario de reconocimiento con su lucha al lograr que Colombia acogiera los derechos del campesinado promulgados por la ONU y ganados al fragor de la lucha campesina.
“Al principio decíamos: nos quitaron mucho de lo que decía nuestra carta original y lo pensábamos en términos de derrota. Pero ahora yo veo que la declaración es muy significativa. Toca temas fundamentales como los derechos de las mujeres y los niños, soberanía alimentaria, agroecología, restitución de tierras, reparación, reforma agraria”, indicó la presidenta de Fensuagro.
La lucha continúa
El día internacional de la lucha campesina es una fecha para honrar la memoria de quienes han dado su vida por la tierra y para renovar el compromiso con la justicia agraria. El 17 de abril, las luchas campesinas reafirman con fuerza la dimensión de las mujeres del campo, la soberanía alimentaria en los territorios y el reconocimiento del sujeto campesino como expresión de resistencia a las crisis globales.
Este año se conoció que, gracias a la gestión del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Colombia fue designada por la FAO, después de su última convocatoria hace veinte años, como la sede de la Segunda Conferencia sobre reforma agraria y desarrollo rural en febrero de 2026 en Colombia.
Este evento, clave en la perspectiva de avanzar en la reforma agraria, como bandera central de las luchas campesinas de todos los pueblos del mundo, ha sido reconocido como una gran victoria para la lucha campesina. Treinta años después de la masacre de Eldorado do Carajás, la voz que retumba de esta resonará con más fuerza, por la vida y por la tierra.