Las comunidades campesinas e indígenas del corregimiento Puerto López, del municipio El Bagre, se expresaron a favor de la paz y han sido receptivos a las convocatorias hechas para la socialización del Campamento de Refugio Humanitario asentado en dicha población.
La violencia desatada contra las organizaciones sociales ha hecho que el Bajo Cauca entre en crisis humanitaria. El pasado 29 de junio en horas de la mañana fue asesinado Wilson Manuel Cabrera Mendoza, líder de los mototaxistas en El Bagre, Antioquia. Wilson cubría la ruta que comunica este corregimiento con la vereda La Corona, además era miembro de Aheramigua y el 27 de junio trasportó algunos de los asistentes a la marcha por la paz, la vida digna y la permanencia en el territorio. Lamentando lo ocurrido, las organizaciones sociales y los bagreños continúan en la constitución de un territorio de paz.
Las comunidades campesinas e indígenas del corregimiento Puerto López, del municipio El Bagre, se expresaron a favor de la paz y han sido receptivos a las convocatorias hechas para la socialización del Campamento de Refugio Humanitario asentado en dicha población.
Más de 500 personas se encuentran reunidas y se manifestaron frente a la situación de violación de los derechos humanos. En las reuniones previas, las comunidades expresaron sus inconformidades por la oleada de violencia vivida en la región, además hablaron del abandono estatal, de sus necesidades básicas no solventadas como el suministro de agua potable, alcantarillado, manejo de basuras, un centro médico y la priorización de carreteras que comuniquen el corregimiento con el resto del departamento y el país. De la misma manera hablaron sobre soberanía alimentaria y los derechos de los campesinos y mineros.
Al anochecer del mismo 29 de junio la comunidad estableció que todo el corregimiento se constituía como refugio humanitario. Cansados del constante asedio de los grupos armados, en particular de los paramilitares, los habitantes de Puerto López declararon su territorio como lugar de paz y reconciliación. Sin embargo la petición no es sólo para cesar el conflicto armado, también se exigen mejoras sociales y para ello piden la instalación de una mesa de trabajo con las entidades nacionales, departamentales y locales.
La comunidad espera que prontamente las autoridades competentes se acerquen a la población para atender sus exigencias, además esperan que el refugio sea un espacio reivindicativo para la construcción de paz y de política social que los beneficie a todos. La principal esperanza de los habitantes del corregimiento es vencer el miedo y la indiferencia.
