Estudiantes de secundaria, hacia su VII Congreso
La lucha por la educación pública, como derecho financiado por el Estado y de carácter laico, es y ha sido uno de los mayores pilares de toda sociedad que aspire a ser democrática y a vivir en paz; lucha que abarca diferentes ámbitos de la vida juvenil, y que en el caso colombiano particularmente ha trasegado por diferentes momentos.
Es por esto que estudiantes del Eje Cafetero, la Costa, el centro, sur y nororiente del país, han sumado ingentes esfuerzos para la realización del Congreso Nacional de Estudiantes de Secundaria, evento que se realiza desde 1994 logrando articular diferentes procesos estudiantiles, constituyéndose en el principal espacio de encuentro de estas luchas.
El congreso es producto de la toma y paros estudiantiles, realizados en ciudades como Bogotá donde la lucha por la democracia escolar es continua. Donde muchas veces lo humano de la ciudad queda relegado en discursos que no tocan la administración de los colegios. Pero también diferentes paros llevados a cabo en ciudades como Ibagué, Neiva, Jamundí, Bucaramanga, incluso tomas a alcaldías como la que se lleva a cabo en Cajibío (Cauca), sumados a las grandes movilizaciones, donde lo común a toda la situación de los estudiantes de secundaria es la ausencia de docentes, infraestructura, laboratorios, comedores y trasporte escolar, principalmente para zonas agrarias donde es necesario caminar hasta dos horas para llegar a las instituciones.
Pero también la ausencia de la democracia escolar y la incursión del militarismo, donde policías y militares ponen siempre a los jóvenes como carne de cañón en las zonas de conflicto, caso Arauca, Guaviare, Meta, etc.; también en zonas urbanas donde el estudiante obtiene el tratamiento de criminal, colocando incluso CAIs dentro de los colegios o generando requisas permanentes.
Nuestras escuelas desfinanciadas no son más que reclusorios juveniles, donde se cohíbe la creatividad del joven y se estigmatiza la organización estudiantil. No hay una política educativa alternativa que quiebre el confesionalismo escolar y que garantice un acceso real a la ciencia, el deporte y la cultura a los estudiantes de secundaria. En pocas palabras, no hay un sistema educativo que reevalúe el carácter de la calidad, elimine los estándares y las competencias para así tener una educación que forme para la paz y la democracia.
Retos
El VII Congreso tiene como meta desarrollar una propuesta de lineamientos para una política de educación alternativa, que pueda ir de la mano del movimiento pedagógico nacional y de los diferentes sectores que luchan por la financiación de la educación como derecho y por el Estado.
El movimiento estudiantil de secundaria, si bien tiene una característica y es su gran capacidad de movilización, esta movilización es invisibilizada por la dispersión del conjunto de la comunidad educativa y la negativa ya constante de algunos sectores del sindicalismo de reconocer a los estudiantes de secundaria como actores políticos y sus iniciativas.
Pese al autismo de muchos sectores que no logran ver la necesidad de ubicar los puntos comunes y potenciar así la movilización por la defensa de la educación como derecho y financiada por el Estado, el VII Congreso tiene como retos lanzar una propuesta de articulación tanto del movimiento estudiantil, como de la comunidad educativa.
Creemos que nuestra mejor herramienta es lograr entre los estudiantes actualizar la plataforma de lucha y establecer un pliego nacional que brinde las herramientas para la construcción de una agenda que pueda ser común en tanto recoge el interés del conjunto de la comunidad educativa, pero centrar las prioridades de los secundaristas para así desarrollar una agenda de movilizaciones que abra un amplio y gran debate sobre la educación y el papel de nuestras escuelas.
Escuela y sociedad
Pensarnos que una sociedad en paz implica redefinir los contenidos, relaciones y fines de la educación y la escuela. Pero ello parte también de tocar y discutir propuestas nodales como lo son la ley de reglamentación a la objeción de conciencia al servicio militar obligatorio, propuesta de movilización que frene las batidas, el reclutamiento forzado por parte del aparato estatal, la garantía del acceso a la educación en general y en particular en zonas rurales y de conflicto.
El VII congreso será el espacio propicio para lograr potenciar discusiones del movimiento estudiantil secundarista y desenmascarar la demagogia santista en favor de los sectores privados. La participación de 28 regiones del país, el desarrollo del campeonato interregional de fútbol, el concurso de poesía, y sobre todo los aportes de cada uno de los estudiantes que participarán de este magno evento, del 15 al 18 de agosto en la capital musical de Colombia, son la perfecta excusa para cantarle a la vida, a la esperanza por un país en paz con justicia social. Los estudiantes de secundaria en la escuela soñamos, en la lucha por una educación para la democracia y la paz.