El campesinado colombiano: gestor de vida, identidad y memoria colectiva
Verónica Luna Peña – Agencia Prensa Rural
La Cumbre Campesina de Paz fue el escenario donde cerca de 300 líderes de organizaciones campesinas de todo el territorio se encontraron para construir la agenda de paz desde el sector, de cara al nuevo escenario político que atraviesa el país. Bogotá fue la sede de este importante encuentro que se desarrolló los días 17 y 18 de noviembre del presente año.
Las delegaciones de Cundinamarca, Tolima, Santander, Norte de Santander, Arauca, Guaviare, Meta, Casanare, Caquetá, Arauca, Boyacá, La Guajira, Bolívar, Sucre, Atlántico, Putumayo, Eje Cafetero, Magdalena Medio, Cauca, Valle Del Cauca, Huila, Nariño, Antioquia y Amazonas hacen parte de la Cumbre Agraria: Organización Nacional Indígena de Colombia, Congreso de los Pueblos, Coordinador Nacional Agrario, Proceso de Comunidades Negras, Autoridad Nacional Afrocolombiana, Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria, Marcha Patriótica, Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina, Asociación Campesina Popular, Coalición de Movimientos y Organizaciones Sociales de Colombia, Movimiento por la Constituyente Popular, y Asociación Nacional Agraria y Campesina.
Esta XII Cumbre de Paz se desarrolló en el marco del estado actual de las negociaciones con el Gobierno nacional, los acuerdos de paz con las insurgencias y su implementación; además de las diferentes iniciativas de política pública que se adelantan desde el sector agrario, tales como: Proyecto de reforma de la ley 160/94, proyecto de acto legislativo de Reconocimiento del Campesinado como Sujeto Político de Derechos y la Economía Campesina, Étnica, Comunitaria y Agricultura Familiar.
Las jornadas se distribuyeron en, instalación, presentación del acumulado de las cumbres de paz regionales, paneles de contexto y trabajo por mesas: Economía propia y Cultivos de coca, marihuana y amapola; Tierra y territorio; Minería, Energía y Ruralidad; Derechos humanos y garantías; Identidad y cultura campesina y Participación; esto con el propósito de concretar líneas de acción y una ruta de exigibilidad y cumplimiento de cara a los avances y desafíos de la Mesa Única de Negociación y los Acuerdos de Paz.
Conclusiones
Para el campesinado, el blindaje legislativo funcional a los intereses del capital transnacional: Zidres, reforma tributaria, decreto 3080 del 2016; las políticas minero-energética y agroindustrial que apuntalan un modelo extractivista nocivo para la naturaleza y que liquida los planes de vida de los pueblos indígenas, las comunidades afrodescendientes, campesinas y populares urbanas; y la ausencia de garantías en materia de derechos humanos para construir una paz estable y duradera en los territorios, son los principales obstáculos que tienen las comunidades para la justicia social y vida digna en el país y, por ende, el principal motor de la desigualdad, el desplazamiento y la continuidad de la guerra.
Este contexto le plantea un desafío al campesinado y al pueblo colombiano para posicionarse como un actor social y político protagónico, que reclame y cope escenarios y mecanismos de participación vinculante y decisoria con enfoque territorial.
Así pues, la Cumbre Campesina de Paz ratifica la movilización como la principal forma de construir la unidad y de acción política y exigibilidad del cumplimiento de los acuerdos en las negociaciones entre el Gobierno nacional y la Cumbre Agraria en los temas de: minería, energía y ruralidad; territorios, territorialidad y reconocimiento del campesinado como sujeto político y de derechos; economía propia, cultivos de coca, marihuana y amapola; la construcción de la política pública de comunicaciones desde y para las comunidades; y garantías y derechos humanos.
Retos
El campesinado de la Cumbre Agraria reconoce la necesidad de articularse en torno a la identidad común, fortaleciendo la cultura y planteando escuelas juveniles de formación política; rescatando la memoria y la lucha a través de la investigación, sistematización y visibilización de las experiencias sobre el saber ancestral de la agricultura, la alimentación sana y la prevención de las enfermedades a causa del consumo de químicos presentes en el agua y los alimentos. Se plantea la articulación interregional y con otras organizaciones y sectores como una de las principales tareas a abordar y la consolidación de las agendas de las organizaciones en una agenda única y propia.
Así mismo, campesinos exigen la participación vinculante en la implementación de los acuerdos de La Habana y al Gobierno nacional que se disponga a iniciar la fase pública de los diálogos con el ELN y la fase exploratoria con el EPL.
Frente a los últimos acontecimientos donde la comisión de Derechos Humanos de la Cumbre Agraria Campesina, Étnica y Popular registra que en el año 2016 se ha evidenciado el incremento de los índices de violencia sociopolítica en contra de defensores de derechos humanos en el país, expresado en 71 asesinatos, 279 amenazas y 30 atentados; la Cumbre Agraria exige al Gobierno nacional las garantías a la vida, a la integridad y libertad personal para continuar ejerciendo los derechos a la organización y la protesta sin que esto le cueste la vida a líderes. De la misma manera, exige que se adelanten las investigaciones necesarias a fin de determinar las responsabilidades individuales y colectivas por la violación a los derechos humanos en Colombia.