Redacción Internacional
La Sala Penal Especial de la Corte Suprema del Perú, condenó el jueves de la semana pasada al expresidente Pedro Castillo a 11 años, cinco meses y 15 días de cárcel por el delito de conspiración para una rebelión, acusado de intentar dar un golpe de Estado cuando trató de disolver el Congreso de la República.
Durante el proceso de imputación de cargos, la Fiscalía de la Nación solicitó 34 años de prisión por los presuntos delitos de rebelión, abuso de autoridad y grave perturbación de la tranquilidad pública, pero a última hora redujo su pedido a 11 años, cinco meses y 15 días.
La modificación del quantum de la pena se produjo después de que Castillo fue absuelto de los delitos de abuso de autoridad y grave perturbación de la tranquilidad pública. Además, los jueces consideraron que, en vez de rebelión, dado que no hubo alzamiento armado, se produjo fue una tentativa liderada por altos cargos del poder ejecutivo.
Pido justicia
Desde el inicio, cuando comenzó el proceso en su contra, Castillo ha sostenido que es inocente, y así lo ratificó en noviembre pasado en los alegatos de conclusión del juicio oral. “Me culpan de un golpe de Estado tan solo por leer una hoja”, expresó. “Estoy acá, no por haber cometido actos delictivos, sino me juzgan por mis orígenes, por mi sombrero”, agregó.
Castillo, quien afronta también un proceso por corrupción negó que se haya apropiado de recursos del Estado. “Yo no vine para eso (…) si a mí me encuentran un indicio de corrupción no voy a pedir pena de cárcel, pido pena de muerte”. “Reitero: no he venido a pedir clemencia, menos absolución de mi caso, solamente pido justicia”, concluyó.







