El XVII Congreso Nacional de la Juventud Comunista estableció una de las tareas centrales en este período: la reconstrucción del trabajo agrario. No solo es una necesidad organizativa y política interna, sino de la transformación que vive Colombia
Laura Arévalo Espalza
La Juco ha definido la realización del Seminario Nacional Agrario como un escenario clave para la discusión, la cualificación política y organizativa de la cuestión agraria juvenil. Este es un espacio que busca fortalecer cualitativamente la militancia agraria, contribuir a la actualización de la plataforma de lucha de la Juco, construir las principales líneas de acción y aportar a la Conferencia Nacional Agraria del Partido, con las reivindicaciones juveniles.
Es una oportunidad para actualizar el Programa agrario de los comunistas, desde la visión de la juventud campesina, articulando teoría, práctica y realidad territorial. Se trata de una apuesta integral por la construcción de un proyecto de nación que dignifique la vida en el campo para la juventud, sitúe la juventud en el centro político, pero que reconozca la relación que existe con la ciudad y que incluya a esta en la reivindicación de la reforma agraria como una ruta para alcanzar la soberanía alimentaria.
La preparación ideológica
La Juco y el PCC desarrollan tertulias preparatorias de formación y discusión de cara a la próxima Conferencia Nacional Agraria del Partido. Estos escenarios formativos han cumplido el objetivo de auspiciar el debate y cimentar una base ideológica fuerte para la construcción del nuevo Programa agrario de los comunistas, integrando tanto los aportes de la teoría marxista clásica sobre el campo, como las experiencias concretas de luchas campesinas.
Los temas discutidos son, entre otros, geopolítica y sistema capitalista en el campo, donde se analiza el impacto de fenómenos globales como el imperialismo, los Tratados de Libre Comercio, la Revolución Verde y la ofensiva del neofascismo sobre la estructura agraria.
También se aborda la economía política en el campo, en la que se reflexiona sobre la división social del trabajo, el modo de producción agrario y las relaciones sociales que lo atraviesan, en el caso colombiano, donde la concentración extrema de la tierra ha sido producto del despojo, la violencia y el modelo agroexportador. Igualmente, se aborda las dimensiones del campesinado desde lo territorial, cultural, productivo y organizativo, haciendo énfasis en la dimensión ambiental.
El campesinado colombiano ha desarrollado una relación especial con la tierra, no solo como medio de subsistencia, sino como espacio de vida, cultura y resistencia. En las tertulias también se estudia la historia agraria de Colombia, distinguiendo entre las tipologías económicas, tipologías sociológicas y una tipología dialéctica de las reformas agrarias, desde la que se desprenden las estructuras marginales y convencionales, reconociendo las luchas por las territorialidades del campo y el papel del Programa agrario Comunista como horizonte estratégico.
Este proceso de formación y preparación apunta a desarrollar una táctica que permita configurar un movimiento juvenil agrario con capacidad transformadora y de proyección, en las que si bien la tenencia y uso de la tierra son ejes de disputa, no se trata solo de repartir la tierra, muchas veces en minifundios, sino de cambiar las relaciones sociales que las sostienen y de construir un modelo de desarrollo alternativo al extractivismo y la agroindustria capitalista.
Hacia una Plataforma de lucha juvenil
El Seminario Nacional Agrario, realizado el 24 y 25 de mayo, definió las líneas estratégicas de acción para el trabajo juvenil agrario. Estas directrices buscan responder a las problemáticas que enfrenta la juventud rural y sentar las bases para una reforma agraria realmente transformadora. Entre los ejes centrales se destacan la desmilitarización de la vida juvenil en el campo, el fortalecimiento de la educación rural, retomar y articular la experiencia de pioneros.
Asimismo, se enfatizó la importancia de participación política de la juventud a través del fortalecimiento de su incidencia en instancias como Juntas de Acción Comunal y Consejos de Juventud en la curul campesina. También se planteó la defensa de los derechos laborales y se lanzó la campaña de crecimiento “Jóvenes cosechando futuro y paz”, que incorpore estrategias comunicativas y de propaganda con el fin de expandir la organización amplia de la Juco en el campo.
Cada uno de estos ejes está pensado para articularse en una Plataforma de lucha del Frente Agrario Juvenil, teniendo en cuenta los desafíos actuales y en diálogo permanente. En este sentido, la Juco no solo se propone como fuerza de apoyo al campesinado, sino como parte activa del mismo, construyendo alternativas desde la raíz.
Un paso hacia la reforma agraria
No se trató de un evento más, sino de una herramienta concreta de construcción política, formación ideológica y la organización en el marco estratégico de la lucha por una reforma agraria también para la juventud. En un momento histórico en el que se abren oportunidades, pero también grandes amenazas ─la cooptación de las luchas, la dispersión del movimiento agrario y el avance del fascismo─, la Juventud Comunista Colombiana asume con decisión el desafío de reconstruir y fortalecer su trabajo agrario.
De la mano con el Partido Comunista Colombiano, la Juco recupera su papel en la batalla por la tierra, el territorio, el agua, la educación y la vida digna en el campo. Una lucha que no solo se libra con discursos, sino con organización, movilización y poder popular.
Es el momento de poner en marcha las orientaciones políticas y organizativas que nos permitan incidir en la agenda del movimiento agrario y avanzar en la construcción de un proyecto de nación que reivindique la identidad y los derechos de la juventud campesina.
* Responsable nacional agraria de la Juco