Privatizaciones y anarquía
Aunque a la derecha común y a los seudoizquierditas no les agrada que se relacione la crisis mundial con el capitalismo y su esencia -la gran propiedad privada-, la realidad es que la privatización que destruyó todo lo público, es decir, que se apropió ilegítimamente del patrimonio de los colombianos y lo convirtió en un negocio particular (empresas, salud, pensiones, etc.), esa privatización ha generado una total anarquía en la producción, el comercio y las finanzas, así como en los derechos esenciales de la población. Al atomizar los sectores económicos y sociales, bajo el pérfido argumento de su “democratización” para que pudiéramos optar por aquello que fuera más conveniente a nuestros “intereses”, se les convirtió en empresas de garaje y teléfono automático, colocándolas por encima del control de la ciudadanía y en contra de los intereses del pueblo. Privatizar, atomizar y anarquizar, constituyen el accionar de la oligarquía colombiana que, mientras grita que no permitirá que Nicaragua nos quite territorio, al mismo tiempo le entrega sin escrúpulos las riquezas nacionales y los derechos de los colombianos al sector privado, especialmente a las empresas norteamericanas y de otros países imperialistas. Esa es una de las raíces del conflicto y causa de las movilizaciones populares contra el modelo económico terrorista neoliberal. Claudio Rico (vía Internet).
Paro agrario
Cómo no vamos a protestar, los excluidos y marginados del campo, si pasan los años y el campo colombiano se viste siempre de pobreza, hambre y desempleo. Cómo no se van a quejar, los pequeños ganaderos y agricultores de la margen izquierda del bajo Sinú que ven con miedo y terror el cambio climático, que está llenando su territorio de un color triste y penumbroso, porque hace siete meses que no llueve, y eso que tienen sobre su riveras, el majestuoso rió Sinú. Bienvenido entonces, este levantamiento agrario, minero, sindical y popular, donde todos aquellos y aquellas que sientan el hierro candente del TLC sobre sus espaldas y el desprecio de sus eternos burgueses, tenemos la obligación de alzarnos en voces de protesta y repudio en contra del modelo neo liberal y las recetas de las locomotoras santistas. Johnny Puente Doria (vía Internet).
Una precisión
En la edición No 2701 de VOZ, el columnista José Ramón Llanos escribió una bonita reseña sobre Celina y Reutilio con ocasión del Festival de VOZ, sin embargo, me parece que es necesario para la memoria y por ende, para la historia de los festivales y del periódico mismo, hacer una precisión al respecto: el concierto del séptimo festival (15 de agosto de 1985) no se llevó a cabo en el Coliseo El Campín sino en el Coliseo Alfonso López de la Universidad Nacional, – desde luego que con lleno total, en particular de estudiantes de varias universidades de Bogotá que disfrutaron del concierto gratis- fue contratado por los sindicatos afiliados a Fenaltrase y esa misma fecha, por la noche, se presentaron en el Teatro Municipal Jorge Eliecer Gaitán también con el mismo éxito. Cordialmente. Yaneth Corredor C. (Vía Internet).
