Aunque las centrales obreras se mantuvieron un poco ausentes, el año que culmina fue de resistencia, organización y lucha, por la inclusión, la paz y la democracia
Alfonso Velásquez
Ex ejecutivo de la CUT
A finales de 2012, los trabajadores de la rama judicial desarrollaron una reclamación que no fue tomada en cuenta en el presupuesto de 2013, a pesar de que habían conseguido un acuerdo para su nivelación salarial desde años atrás. Por primera vez en muchos años, lograron realizar una parálisis de los operadores de justicia, con un enorme respaldo a nivel nacional e internacional; pelea que se dio en medio de algunas contradicciones en Asonal Judicial.
Al preguntar recientemente al presidente de esa organización, Luis Fernando Otálvaro, si se ha cumplido el acuerdo, la respuesta es afirmativa. Es decir, mantenerse alerta frente a cualquier vulneración de los acuerdos ha obligado al gobierno a cumplir lo pactado, a diferencia del incumplimiento en otros aspectos, como el denominado plan Obama-Santos en materia de formalización del empleo y en el derecho de libertad sindical, que siguen siendo negados por un gobierno populista y demagogo.
La más grande movilización efectuada en 2013 en los sectores urbanos fue sin duda la del 9 de abril, como recordación del crimen contra Jorge Eliécer Gaitán y para repudiar la actitud de los guerreristas que sueñan con aplastar la rebeldía de la ciudadanía frente a la aplicación de medidas neoliberales. Quedó establecido que el centro del debate en el año que acaba y el que comienza será sin duda la defensa de los diálogos y los acuerdos hacia una nación en paz con justicia social.
Minerales y profesores
Las enormes movilizaciones por la defensa del agua en Bucaramanga y otras regiones ponen al desnudo la necesidad de proteger la naturaleza y garantizar a las próximas generaciones un país proveedor de agua para todos. Las huelgas del Cerrejón, de la Drumond y Cerromatoso, desenmascaran la entrega de las riquezas de los colombianos a las empresas transnacionales, que dejan en mayor miseria y pobreza a las poblaciones circunvecinas a los yacimientos de carbón, níquel, oro, gas, etc.
Mientras tanto se embolsillan miles de millones de dólares y euros con la complicidad de los gobiernos neoliberales y corruptos que han pasado por el palacio presidencial, solo para satisfacer al imperio y las multinacionales.
El magisterio desarrolló importantes jornadas de movilización por sus reivindicaciones, pero no hubo suficiente coordinación con otros sectores para realizar simultáneamente esas batallas. Por ello, luego de lograr sus acuerdos de gremio con el gobierno han tenido que soportar las críticas desde adentro y afuera de Fecode, endilgándole a su dirigencia debilidad para profundizar la batalla contra el modelo de acumulación. También siguen en déficit en la lucha por la dignificación de la profesión docente, que unifique las condiciones del magisterio para que todos tengan estabilidad, empleos dignos y salarios justos.
Los usuarios y trabajadores de la salud han luchado todo el año, intentado lograr que el legislativo escuche a los damnificados de la Ley 100, han logrado avanzar en importantes iniciativas que pueden mejorar ese servicio público esencial. Pero han encontrado un Congreso absolutamente sordo (con excepciones, caso Gloria Inés Ramírez) y un gobierno que defiende las EPS y su corruptela, en vez de avanzar en la discusión del proyecto entregado por la Alianza Nacional por la Salud, ANSA, que es la mejor forma de dejar atrás tanto abuso que se presenta con el funcionamiento actual del servicio y de los medicamentos.
Transporte y estudiantes
Los camioneros, los transportadores urbanos que no están encuadrados dentro de los grandes negociados, se movilizaron en distintas fechas y dimensiones colocando el tema de la carestía de los combustibles y peajes en el centro de atención de la nación. Lograron un pronunciamiento de la Corte, respecto a los precios de la gasolina más cara del mundo y ordenando su congelamiento; mientras algunos congresistas lograron poner en discusión la rebaja de hasta un 50 por ciento, que hubiese sido un avance trascendental para los más pobres. Sin embargo, el debate pasó al congelador y ahí seguirá seguramente hasta después de la campaña electoral.
El estudiantado libra desde 2012 jornadas extraordinarias de movilización. Han sido un ejemplo en materia de la defensa de la educación pública y han acorralado a una ministra neoliberal incapaz, aun cuando Santos la sostenga. No obstante sigue sin resolverse el asunto de los recursos para la universidad pública que acumula déficit año tras año.
Los sectores minero y agrario redondearon una faena histórica mediante su movilización, con bloqueos y participación ciudadana, que hizo recordar el paro cívico nacional de 1977. Miles y miles de campesinos, jornaleros, propietarios de pequeñas porciones de tierra, medianos productores de café, panela, arroz y papa, salieron a confrontar los efectos de los tratados de libre comercio logrando hacer recular al gobierno que mediante subsidios, subida de aranceles provisionales y otras medidas pretendió apaciguar el incendio que llegó hasta la Casa de Nariño.
Santos jugó con Angelino Garzón, Lucho Garzón, sin lograr satisfacer a ese campesinado rebelde frente al modelo de acumulación. El paro nacional estuvo precedido del paro del Catatumbo, que hizo mirar al mundo cómo una región tan rica en hidrocarburos y otros minerales está sin servicios públicos domiciliarios, sin agua potable, sin vías de comunicación; mientras el gobierno demagogo pretende hacer creer que se llega al mundo desarrollado (ingreso a la OCDE).
Fue tan grande la movilización, que Santos asumió conductas fascistas y ordenó al ejército gubernamental agredir a una población inerme y al igual que en 1977 se produjo el crimen de varios manifestantes en nombre de su “democracia”.
La Unión Sindical Obrera, USO, encabezó varias movilizaciones en las regiones donde las transnacionales exploran y explotan riquezas y realizó importantes denuncias en el campo internacional sobre las condiciones a que someten a los compatriotas con la complicidad del Estado que las defiende.
En deuda
Quienes quedaron en déficit han sido las centrales sindicales, por un lado la CGT que defiende y auspicia el “contrato sindical” o el reemplazo de la CTA y las oficinas tercerizadoras. Queda claro que dejaron de ser sindicalistas desde hace rato. La CTC junto con la CGT marcharon en la Drumond, igual que en el Valle en la lucha de los corteros de caña, al lado de los patronos para levantar las huelgas y aplacar las protestas. Por otro lado, está la CUT en medio de las deficiencias demostradas en sus “elecciones”, en la lucha por asumir el control del aparato por parte de varios sectores sindicales, llegando hasta asumir actitudes que reprochamos a la burguesía.
Se han alejado de todas estas luchas, por lo tanto se requiere agilizar el debate sobre el papel del movimiento sindical en la actual coyuntura, lograr un acercamiento de las fuerzas clasistas para enrumbar a esa central por la senda de la lucha por los derechos y las reivindicaciones de las inmensas mayorías.
Además, las tres centrales por igual, no acompañan con determinación las conversaciones de paz que se desarrollan en La Habana. Es como si no fuera su asunto la construcción de un país con democracia, con justicia social, con soberanía que solo puede ser obra del propio pueblo.
Por todo lo anterior, invitamos a todos los colombianos a apoyar a los candidatos no untados con temas de corrupción, clientelismo y politiquería, los candidatos de la Unión Patriótica que vuelve a estar en elecciones después de ser sometida al más grande genocidio que conozca la historia política en el mundo. Sin embargo aquí estamos con dignidad, con compromiso, con ustedes.
