lunes, febrero 24, 2025
InicioInternacionalAmérica latina y el manifiesto de Trump

América latina y el manifiesto de Trump

Pietro Lora Alarcón
@plalarcon

“América Central y del Sur están entrando rápidamente en la esfera de Estados contrarios a los Estados Unidos – EU, junto a China, Irán y Rusia. Algunos países, como Venezuela, Colombia, Guyana y Ecuador, son cada vez más una amenaza a la seguridad regional por derecho propio, o son vulnerables a potencias extracontinentales hostiles”.

La afirmación consta en el “Mandato para el Liderazgo 2025: la promesa conservadora”, publicado por la Heritage Foundation y que constituye una versión, sofisticada y actualizada, de los Documentos Santa Fe de los 80, trazando orientaciones para cada agencia del gobierno Trump, acompañado de un manual estratégico para situaciones de crisis.

Incluida Colombia

También se recomienda, entre otras medidas, que “El Departamento del Tesoro retire del Senado la alteración de la Convención sobre Asistencia Administrativa Mutua en Materia Fiscal porque conducirá a un aumento sustancial del robo de identidad, la delincuencia, el espionaje industrial, el fraude financiero y la represión de oponentes políticos y minorías religiosas o étnicas por parte de gobiernos autoritarios y corruptos, incluidos China, Colombia, Nigeria y Rusia”.

Las alusiones directas a Colombia y otros países exponen la manera como los EUA reorganizan su agenda imperial. Para nadie es un secreto que las circunstancias del mundo variaron notablemente en tres semanas, especialmente para Latinoamérica.

Trump comienza su gobierno con el soporte republicano, que hizo moñona en Cámara y Senado, obedeciendo la lección de que “el poder de un presidente para implementar una agenda está en su apogeo durante los días de apertura de su Administración y para ejecutarlo se requiere una estrategia coordinada y un cuadro de personal capacitado y comprometido”.

Por eso apuesta en el efecto intimidador de su retórica y en sanciones que acorralan gobiernos vulnerables. Su diplomacia retoma la perorata cínica de la misión estadunidense de ser la vanguardia de la historia, que modifica el orden global por la justeza de sus principios. Mientras Latinoamérica debe asumir su “ignorancia deliberada”, aceptando incluso la militarización porque amenazada por potencias foráneas.

En la reedición de la Doctrina Monroe hay un rediseño de los enemigos. En el nuevo cuadro destacan los BRICS, los gobiernos progresistas, las iniciativas de integración regional y las instituciones del sistema internacional encabezado por la ONU.

El Manifiesto expresa ser inadmisible que 25 de los 29 países de América Latina tengan acuerdos comerciales con China, cuyos bancos estatales prestaron, desde el 2005, US$138 mil millones a la región; que el BRI (Iniciativa “Ruta de la Seda”) sea el mayor parcero comercial latinoamericano. Así, es objetivo geoestratégico de los EU desplazar a China de Latinoamérica.

Contra Venezuela

El 10 de enero, mientras Nicolás Maduro asumía la presidencia venezolana, Trump incrementó a 37.884 las sanciones unilaterales que pesan sobre 30 países, incluyendo a las petroleras rusas Gazprom Neft, Surgutneftegaz y Sovcomflot, alterando la distribución del mercado energético. Recordemos que Venezuela acumula, en 10 años, 1.027 sanciones por la OFAC, la oficina de control de activos financieros de los EU.

La USAID no escapa en el documento. Según sus autores, Biden la deformó, transformándola en un programa de prestaciones globales que enriqueció a la izquierda progresista. Se sugiere que la agencia reemplazante interfiera en el hemisferio, protegiendo a los grandes propietarios de tierras, promoviendo nuevas reformas laborales y pensionales, desregulando la economía para aumentar el comercio y la inversión estadounidense y combatiendo las ideas socialistas que capturaron gobiernos y a la juventud.

El Manifiesto se resiente de que los años de ayuda de los EU en Latinoamérica no lograron la paz y la prosperidad. Por el contrario, la pobreza y el desempleo condujeron a victorias electorales de la izquierda, desde México hasta Chile, con gobiernos hostiles a los EUA, calificados de corruptos y antidemocráticos, que ocasionan una migración constante en la frontera sur en los últimos dos años.

Aquí se entrelazan lo internacional y lo doméstico. Trump promueve internamente una política völkisch, obteniendo simpatías con un discurso demagógico, que estimula preconceptos primitivos, estigmatizando la migración y sustentando su deportación o expulsión por ser considerada culpable de la inseguridad y la incertidumbre sobre el futuro próspero de la “Gran Nación”. Así, la lógica del “our men inside” se trasladó al ser humano migrante, considerado un enemigo al cual se le retira el estatus de persona y que, cosificado, carece de los mínimos derechos.

Y claro, Cuba y Panamá

En este panorama, incluir nuevamente a Cuba en la lista unilateral de auspiciadores del terrorismo, incrementar el bloqueo y financiar opositores eran anuncios esperados. Pero es necesario estar atentos, redoblando la solidaridad ante el refuerzo presupuestal de la Oficina de Informaciones que controla TV Martí y que, bajo Elon Musk, a través de una campaña mediática de gran cobertura, se dispone a legitimar acciones extraterritoriales, especialmente las que constan en el decreto sancionador de los investigadores del Tribunal Penal Internacional.

Todo este escenario reaviva el debate sobre cómo combatir el imperialismo al desnudo. La Proclama por la Paz, firmada en el 2014 en el ámbito de la CELAC, implica acciones decididas para mantener Latinoamérica y el Caribe como región de paz. Este planteamiento no reporta a un pacifismo ingenuo, sino a priorizar las salidas por la vía del diálogo y la política ante eventuales divergencias regionales. Cuando la política no vence, la victoria es de la guerra impuesta por quien pretende dividir.

El imperialismo, como desarrollo del capitalismo, busca empobrecer la política. Amenaza a Panamá, coloca a los gobiernos progresistas como sus enemigos e intenta dejarlos en la impotencia, sin capacidad para construir su destino.

Es fundamental retomar las directrices del Consenso de Brasilia del 2023, para avanzar en la integración con soberanía. Y para eso necesitamos de gobiernos cohesionados, que reivindiquen la unidad de las fuerzas y sectores comprometidos con un proyecto emancipador y de profundo arraigo popular.

RELATED ARTICLES

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Most Popular

Recent Comments

Rodrigo en No hay dos demonios
Rodrigo en Petro en la mira
Rodrigo en 30 años sin Manuel
Rodrigo en ¿No se dan cuenta?
Rodrigo Carvajal en Elefantes blancos en Coyaima
Rodrigo Carvajal en No Más Olé
Rodrigo Carvajal en ¡A hundir el acelerador!
Rodrigo Carvajal en Semana contra el fascismo
Rodrigo Carvajal en Ucrania, ¿Otro Vietnam?
Rodrigo Carvajal en ¿Quién es Claudia Sheinbaum?
Rodrigo Carvajal en Odio y desinformación
Rodrigo Carvajal en La inflación y sus demonios
Rodrigo Carvajal en No cesa la brutalidad sionista
Rodrigo Carvajal en Putin gobernará hasta el 2030
Rodrigo Carvajal en De Bolsonaro a Lula