Los resultados de la primaria electoral consolidan al Pacto Histórico como la principal fuerza política del país. Contra viento y marea, la colectividad convocó a más de dos millones 800 mil personas. Ganadores y perdedores de una jornada atípica
Óscar Sotelo Ortiz 
@oscarsopos
El domingo 26 de octubre quedará en los libros de historia política como una fecha atípica. Sin ser un día electoral y contra viento y marea, el Pacto Histórico, PH, logró realizar su elección primaria con una destacable participación de más de dos millones de personas. Todo un éxito democrático.
Para el caso del Senado y salvo que pase algo extraordinario, la lista que se le presentará a la ciudadanía en marzo de 2026 ya tiene un orden consolidado y sobre ese hecho ya se pueden sacar conclusiones (Tabla 1).

Nacional del Estado Civil
Escenario diverso
La primera deducción es que el resultado plantea un escenario diverso. Por un lado, tenemos que los grandes electores de la jornada llegaron de las periferias. Desde el Caribe, el senador Pedro Flórez con 185 mil votos y la dirigente magdalenense Patricia Caicedo con 74 mil votos, así como Laura Ahumada, esposa del cuestionado alcalde de Barrancabermeja, que alcanzó 68 mil votos, representan un posicionamiento al interior del PH de estructuras políticas con una marcada agenda regional.
En segundo lugar, se encuentra el fenómeno de los “influencers” o creadores de contenido. Los 137 mil votos de Wally dejan en evidencia que hay nuevos repertorios y que la comunicación digital tiene un rol estratégico en la disputa política. Aunque es un tema que despierta controversia, lo cierto es que la victoria de estos liderazgos es un reconocimiento de la ciudadanía al trabajo constante, juicioso y bien elaborado.
Y finalmente, también se sitúan con fuerza las representaciones de la izquierda política comprometida con el proyecto del cambio. Esta conclusión se demuestra con los casos de Wilson Arias que alcanzó 171 mil votos y Alberto Benavides con 77 mil votos, ambos del Polo; Ferney Silva de Colombia Humana con 90 mil votos; Aída Avella de la Unión Patriótica con 50 mil votos, y María Eugenia Londoño del Partido Comunista con 35 mil votos.
Ganadores y perdedores
La jornada electoral también dejó victorias, derrotas y reflexiones que vale la pena considerar.
En primer lugar, el principal ganador es el presidente Gustavo Petro quien fue el gran promotor de la consulta. El resultado dejó claro que existe un núcleo duro que respalda positivamente la gestión del Gobierno nacional, superando la meta de los dos millones que desde un principio tenía la Casa de Nariño.
También gana la unidad del PH, que democratizó la representatividad y resolvió con tiempo el problema de las listas, tanto en Senado como en Cámara. De cara al 2026, ya hay un objetivo electoral y un instrumento organizado para dar con eficacia la batalla.
Finalmente, ganan las regiones. La masiva participación en el Caribe y Pacífico colombiano consolidan un mensaje. Son los pueblos que habitan las periferias quienes más están comprometidos con el proyecto político del cambio. Como tarea queda cruzar la posible relación de los lugares donde se viene implementando la reforma agraria con zonas de alta participación de la consulta.
En el campo de los perdedores hay que ubicar sin duda a la oposición, ya sea de derecha o de centro. Por un lado, salió mal la estrategia de capitalizar la tensión entre Trump y Petro para influir en la jornada electoral, y por otro lado, la no participación de los partidos del Establecimiento en la jornada de consultas los relegó notablemente de la discusión política.
También pierden las instituciones electorales que pusieron constantes palos sobre la rueda. Mención especial tiene el Consejo Nacional Electoral, quien saboteo hasta el final la realización de la consulta. Por el lado de la Registraduría y las múltiples denuncias sobre la mala organización de la votación, se ha generado una alerta democrática para no repetir errores en las elecciones de 2026.
Debate interno
Desde una perspectiva interna también hay ganadores y perdedores. Gana la paridad de género, que no es una concesión sino una deuda estructural. Hoy el PH es un espacio político que garantiza la participación real de las mujeres y diversidades. Un dato importante es que de las 10 mujeres más votadas, siete de ellas no son actuales congresistas, lo que evidencia una notable renovación de los liderazgos femeninos.
Asimismo, los resultados premian y castigan el buen desempeño en la gestión del Congreso. Sobre este punto, también es importante señalar que no fue exitosa la estrategia de varias candidaturas que venían de Cámara y que en esta oportunidad querían una curul al Senado. Salvo Alejandro Ocampo del Valle del Cauca y Agmeth Escaf de Atlántico, todas esas aspiraciones tuvieron ubicaciones relegadas en la lista final.
Por último, pierden las fuerzas políticas que se apartaron del ejercicio alegando diferencias con la estrategia de la lista cerrada. Aunque el PH insistió hasta el final en su participación en las elecciones primarias, estas no acudieron a la cita.
El futuro es nuestro
Los resultados dibujan un futuro esperanzador. El PH se fortalece como principal fuerza política del país y la candidatura presidencial de Iván Cepeda llega consolidada al debate democrático. Un escenario muy positivo para defender y darle continuidad al proyecto político del cambio y las reformas sociales.
Sin embargo, también existen retos prioritarios que deben trazarse. El principal es recuperar el trabajo en ciudades estratégicas como Bogotá. La baja participación de la ciudadanía capitalina en la consulta es un mensaje concreto para replantear con urgencia la estrategia.
Aunque nada está escrito, el presidente Petro y el Pacto Histórico han dado el primer golpe político para el convulso escenario de 2026. Por lo pronto, el viento seguirá a favor si la unidad prevalece. Es la única garantía para asegurar la victoria.
 
             
		