El peronismo obtuvo el 47% contra un 33% de La Libertad Avanza en las elecciones de la magistratura provincial de Buenos Aires. El gobernador bonaerense Axel Kicillof es hoy, la cara más visible de la oposición
Diana Carolina Alfonso
En la boleta aparecían 46 bancas de Diputados y 23 de Mil, además de intendencias y consejeros escolares. Pero lo que estaba en juego era otra cosa: si la sociedad convalidaba el rumbo del gobierno nacional o si encontraba en la provincia un refugio y un límite.
El padrón bonaerense habilitó a 13.361.359 personas, y entre 61 y 63% de ellas votaron: unos 9 millones de ciudadanos. Es cierto que la participación bajó respecto de elecciones anteriores, 72% en 2021 y 66,4% en 2023, pero la caída no se repartió parejo. El abstencionismo golpeó más fuerte al oficialismo nacional. En la Ciudad de Buenos Aires la desmovilización fue todavía más clara: apenas votó el 53,3% del padrón, 1.648.666 personas sobre un total de 3.088.750.
La comparación deja una postal conocida: un centro porteño distante y un conurbano que, con todos los problemas encima, sigue moviendo el amperímetro nacional.
Se reorganiza la lucha
La diferencia de 13 puntos en la provincia que concentra el 40% del padrón nacional es un mensaje directo al gobierno de Milei. El resultado recorta sus márgenes en el Congreso y fortalece a los gobernadores opositores, sobre todo a Kicillof, que llega a las legislativas del 26 de octubre como interlocutor obligado y con más legitimidad que nadie.
Este año Kicillof impulsó la estrategia de desdoblamiento, algo que no pasaba desde 1991. El objetivo fue poner el eje en su gestión y no cargar con el arrastre de la política nacional. La jugada salió bien: ganó con boleta propia, se despegó del ruido nacional y se mostró como un dirigente con peso propio.
La economía explica buena parte del resultado. Milei bajó la inflación de un 25,5% mensual en diciembre de 2023 al 1,5% en junio de 2025, el nivel más bajo en cinco años. Pero ese logro convivió con un costo social demoledor. La pobreza subió del 41,7% al 52,9% en apenas seis meses, con un pico del 57% en enero de 2024. La indigencia pasó del 11,9% al 18%. Se destruyeron 115.000 empleos privados y 50.000 públicos. Los salarios crecieron 9,6% en el primer trimestre de 2025 frente a una inflación acumulada de 11,6%. El poder de compra se achicó y lo notó cada familia.
Desindustrialización
A eso se sumó la desindustrialización. La apertura comercial y las importaciones baratas golpearon a las pymes. La paralización de más del 70% de la obra pública frenó la demanda de insumos. En la provincia, que concentra el 40% del empleo industrial y más del 35% del PBI manufacturero, las consecuencias fueron durísimas. Hubo cierres de plantas y suspensiones en automotrices, textiles y metalúrgicas.
El contraste con la gestión provincial fue claro. Mientras el gobierno nacional redujo la inversión pública en un 75% en el último año, y frenó más de 1.600 obras, la provincia sostuvo buenos niveles: cerca del 7% del presupuesto en infraestructura en 2024 y alrededor del 6% en 2025. Se destinaron más de 26.000 millones de pesos a programas habitacionales que alcanzaron a 33.000 hogares. Se inauguraron más de 200 edificios escolares en cuatro años, se modernizaron hospitales y se completaron rutas. La diferencia fue visible en los barrios y se capitalizó políticamente.
Cambia el mapa político
El mapa político mostró lo mismo. El peronismo ganó en 104 de los 135 municipios, una hegemonía comparable a las épocas de Duhalde y Scioli. Tener intendencias es tener anclaje territorial, logística, programas y movilización. La Libertad Avanza, sin ese entramado, volvió a mostrar su debilidad estructural en la provincia.
La elección funcionó como dos plebiscitos. Hacia adentro del peronismo, Kicillof demostró que podía ganar sin depender de Cristina Fernández de Kirchner, apoyado en intendentes y sindicatos. Con Sergio Massa debilitado y Cristina condicionada por causas judiciales, el centro de gravedad se corrió. hacia afuera, fue un referéndum sobre el ajuste. El electorado bonaerense rechazó la motosierra y respaldó la idea de un Estado presente.
El gobierno nacional también llegó a la elección golpeado por escándalos. El caso de la criptomoneda $LIBRA y las denuncias de coimas del 3% en la Agencia Nacional de Discapacidad, que involucraron a Karina Milei, impactaron fuerte. El 62,5% de la población consideró graves esas revelaciones. Es decir que, en las últimas semanas, la corrupción se emplazó en el centro de las preocupaciones, superando a la pobreza o la inseguridad.
Los mercados reaccionaron negativamente. El índice bursátil se desplomó casi el 20%, los bonos retrocedieron hasta 10%, el peso se depreció 5% y el ‘riesgo país’ superó los 1.000 puntos.
La conclusión es que Buenos Aires no solo resolvió su elección. Redibujó el mapa político nacional. Kicillof ganó con su boleta, consolidó la unidad peronista, mostró que se puede gestionar con inversión y se proyectó como candidato con peso propio para las presidenciales del 2027.