Las tarifas arancelarias del mandatario estadounidense “están rediseñando las relaciones económicas mundiales y empujando a los socios comerciales de Estados Unidos hacia otros mercados” New York Times
Ricardo Arenales
Las medidas arancelarias del presidente Trump, junto con las amenazas de guerra contra Rusia, China y otras naciones, el abandono de compromisos especiales en materia de cambio climático, control de armas nucleares, tasas de natalidad, freno a la emisión de gases de efecto invernadero, han contribuido a que la economía mundial enfrente un ‘momento crucial’, caracterizado por crecientes tensiones comerciales.
En estos términos concluye el informe anual del Banco de Pagos Internacionales, BNIS, un ente que agrupa a los bancos centrales de las principales naciones del mundo y que se conoció el pasado 13 de julio.
Agustín Carstens, saliente director de la entidad, hizo pública su preocupación por el hecho de que el contexto internacional está desgastando el orden económico establecido de vieja data y se corre el riesgo de provocar profundas fallas en el sistema financiero global.
El creciente proteccionismo ─manifestado particularmente en las recientes medidas adoptadas por la administración norteamericana─ y la fragmentación comercial ─que algunos prefieren llamarla por su nombre, guerra comercial─ son ‘particularmente preocupantes’, pues exacerban un declive de décadas en el crecimiento económico y de la productividad, indicó Carstens.
Menos resiliente
Por lo tanto, la economía mundial se encuentra a las puertas de una “nueva era de mayor incertidumbre e imprevisibilidad”, que pone a prueba la confianza pública en las instituciones, incluidos los bancos centrales, indicó el saliente director.
El informe bancario indica que hay evidencia de que la economía del planeta paulatinamente se vuelve menos resiliente a los ‘schoks’, pues el envejecimiento de la población, el cambio climático, la geopolítica y los problemas de la cadena de suministro contribuyen a un entorno más volátil.
Por su parte, Hyun Song Shin, principal asesor económico del BIS, llamó la atención sobre la fuerte caída del dólar ─cuyo valor bajó un 10 % desde principios del año─, que se encamina a convertirse en el mayor descenso de la moneda estadounidense en un primer semestre, desde que se inició el período de la libre flotación cambiaria, a principios de la década de 1970.
El informe anual del BIS es valorado como un indicador importante de los propósitos de los directores de los bancos centrales, puesto que, en ese organismo, con sede en Suiza, se reúnen regularmente quienes toman las decisiones políticas, indica un despacho de la agencia Reuters.
Rediseño global
En medio de la preocupación que entre banqueros, economistas y estudiosos despierta el informe de los bancos centrales, un extenso artículo del New York Times, publicado el pasado 8 de julio, se refiere al efecto bumerán de las medidas arancelarias del presidente Trump y de cómo las economías del mundo se distancian de Estados Unidos, por encima de la presión y de las amenazas del mandatario.
El rotativo se refiere a las recientes amenazas de la Casa Blanca de imponer aranceles más altos a los países del grupo BRICS y cómo estos, en vez de amilanarse, muestran su intención de fortalecer los lazos entre sí, lo que demuestra que las tarifas del presidente Trump “están rediseñando las relaciones económicas mundiales”.
Ante las amenazas de nuevos aranceles de Trump, los países de los BRICS refuerzan el comercio entre ellos para reducir su dependencia de Washington, informa el New York Times. El grupo, que representa alrededor del 40 % del PIB mundial, profundizará sus vínculos internos con el fin de reducir el número de barreras burocráticas al comercio.
Según la publicación, esto demuestra cómo las tarifas del mandatario estadounidense “están rediseñando las relaciones económicas mundiales y empujando a los socios comerciales de Estados Unidos hacia otros mercados”.
Un nuevo orden económico
Lo que no dice la nota del prestigioso rotativo ─ya sea por una visión limitada o no tiene la óptica necesaria para reconocerlo─ es que los BRICS son una coalición defensiva frente al imperio norteamericano. Esta alianza enfrenta a un modelo unipolar en decadencia y apuesta por la conformación de un nuevo orden económico global, más democrático, progresista e inclusivo.
Sin embargo, la actual administración norteamericana no parece advertir que con su guerra arancelaria podría terminar siendo un tiro en el pie. Persiste en su empeño sancionatorio. Un ejemplo reciente es la iniciativa que se discute en el Senado estadounidense, donde los senadores Lindsey Graham (republicano) y Richard Blumenthal (demócrata) han presentado un proyecto de ley que propone un arancel del 500 % a los países que compren petróleo y uranio rusos, en medio de la retórica antirrusa del inquilino de la Casa Blanca.
Propuesta arriesgada
Las nuevas sanciones están dirigidas no solo a Moscú, sino también a sus principales socios comerciales, que coincide, son algunas de las principales economías del mundo, entre ellas India y China.
Aunque el proyecto aún no se aprueba y avanza en su trámite parlamentario, expertos advierten que las medidas podrían no tener el efecto deseado y repercutir, no en Rusia, sino en toda la economía mundial. En ello coincide Ben Harris, vicepresidente y director del Programa de Estudios Económicos de la Brookings Institution ─que ayudó a elaborar un intento anterior de frenar los ingresos petroleros rusos, trabajando bajo la administración Biden─, quien califica la iniciativa de Graham de ‘arriesgada’.
“Las repercusiones económicas del proyecto de ley son duras y radicales”, indicó Harris. Además, aseguró que la aprobación del documento solo puede tener “tres resultados plausibles”: “una retirada de las fuerzas rusas, un colapso de los mercados mundiales de la energía, o una recesión mundial debido a la caída en picada del comercio mundial”.