Muchos de los inmigrantes hoy perseguidos, a quienes se acusa de graves delitos, no tienen antecedentes criminales y son en su mayoría padres o madres de familia
Ricardo Arenales
En medio del endurecimiento de las políticas antinmigratorias impulsadas por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y del aumento de redadas dirigidas a personas extranjeras de las que se sospeche que no han legalizado su estatus de residente, han comenzado a alzarse voces que, en tono irónico y crítico, proponen que la primera dama de la nación, Melania Trump, sea recluida en el nuevo centro de detención para migrantes conocido como Alligator Alcatraz.
Nacida en Eslovenia (antigua Yugoslavia), Melania obtuvo la ciudadanía estadounidense en 2006, según su biografía oficial publicada en la página web de la Casa Blanca. De acuerdo con los peticionarios, “lo que la convierte en la única primera dama que se ha naturalizado”.
Miles de ciudadanos han firmado la petición para exigir la deportación de la esposa del presidente. En la carta, que aparece en la página web MoveOn, se puede leer: “Dado que Trump quiere deportar a los ciudadanos naturalizados, creo que es justo que Melania y sus padres estén en el primer barco de deportados”. El documento ya ha reunido unas cinco mil firmas al momento de elaborar esta nota.
Sin excepciones
La carta aclara que es importante que esto se haga “para mostrar que no se trata de una cuestión de favoritismo”. Además, “Si realmente se trata de seguridad nacional, ¡Melania tiene que irse!”, comparten los firmantes. Junto con la primera dama y sus padres, la publicación incluye también a Barron, el hijo menor de Trump ─único que tiene con Melania─ de 19 años.
Los solicitantes alegan que “si es bueno para uno, es bueno para todos” y que “no debería haber excepciones”, por lo que reiteran que deben ser expulsados “en el primer barco o vuelo de salida” de este tipo de deportaciones. Entre quienes comparten esta idea, se destaca la congresista demócrata Maxime Waters, quien en marzo pasado sugirió, durante una protesta en Los Ángeles, que Trump debería investigar y potencialmente deportar a Melania.
“Cuando él (Trump) habla sobre el derecho de nacimiento, va a deshacer el hecho de que la Constitución permite que aquellos que nacen aquí, incluso si los padres son indocumentados, tienen derecho a permanecer en EE. UU. Si quiere empezar a mirar tan de cerca para encontrar a aquellos que nacieron aquí y cuyos padres eran indocumentados, tal vez debería mirar primero a Melania”, expresó entonces la congresista, citada por Newsweek.
Para los más despiadados
La alusión a Alligator Alcatraz hace referencia al hecho ya consumado de que, el pasado primero de julio, el presidente de los Estados Unidos inauguró el controvertido centro de reclusión con ese mismo nombre. La instalación se encuentra en una zona pantanosa de Florida, habitada por caimanes, serpientes pitón, mosquitos y fauna salvaje. El objetivo del Gobierno es recluir allí, lo antes posible, a unos dos mil inmigrantes considerados como ‘los más peligrosos’, para luego deportarlos a otros países.
El mandatario se refirió al sitio como: “Es muy apropiado. He mirado afuera y no es un lugar al que me apetezca ir de excursión… Estamos rodeados de kilómetros de pantanos traicioneros y la única salida es la deportación. Muy pronto estas instalaciones albergarán a algunos de los migrantes más amenazantes, algunas de las personas más despiadadas del planeta”.
Esta postura ha sido cuestionada por organizaciones defensoras de derechos humanos, organismos de apoyo a migrantes y por diversos sectores críticos del Gobierno, quienes consideran a Alligator Alcatraz como ‘un improvisado e inhumano campo de prisioneros’, localizado en un entorno hostil plagado de fauna salvaje.
Desapariciones
En cuanto a la supuesta peligrosidad extrema de estos migrantes, los resultados de las redadas ─intensificadas en la última semana─ indican que la mayoría de los retenidos son personas que no registran delitos graves o no presentan evidencia criminal. Lo más relevante es que muchos de ellos son padres o madres de familia, con hijos nacidos en EE. UU. y con sueños de redención largamente acariciados.
En algunos casos se emplean tácticas extremas para la captura, las que el periodista Jonathan Blitzer, de The New Yorker, califica de desapariciones. Explica que no hay documentación real sobre la evidencia que se utiliza contra la gente que se acusa de ser parte de pandillas y, agrega, “hemos visto a personas básicamente ser desaparecidas sin ninguna rendición de cuentas”. Algunos de ellos, afirma el periodista, ya estaban dentro del sistema de tribunales de migración y, de repente, se esfumaron de los registros… en tiempo real.
Esto sucede, según Blitzer, con personas sin ningún antecedente criminal, que ingresaron a EE. UU. bajo las reglas de instrucciones del momento, esperando una audiencia ante un juez sobre sus peticiones de asilo. “Pero el gobierno de Trump ha interrumpido dichas condiciones y propala que no les importa, que acusarán a quien sea ─con evidencia no demostrable─ de pertenecer a una pandilla criminal, y con ello justifican enviarte a una prisión a donde ya no veremos ni escucharemos más de estas personas.
Nadie se escapa
»Estamos entrando en un terreno que, pienso, no tiene precedente. Todo, sin importar la condición legal de cada acusado ni obedecer los tribunales o el debido proceso. Eso es nada menos que la suspensión del imperio de la ley… y eso, eventualmente, afectará a todo estadounidense… es espantoso”, comentó Blitzer.
Las afirmaciones del periodista no son paranoia, ni intención de sembrar terror dentro de la población latina o de otras nacionalidades que actualmente residen en Estados Unidos. En una mayor escalada de persecución a migrantes, el pasado 11 de junio, el Departamento de Justicia comenzó a aplicar una nueva política con el fin de anular la ciudadanía ya existente y comenzar a expulsar personas ‘naturalizadas’ que ya cuentan con ciudadanía estadounidense que, por cierto, les costó largos años de dispendiosos trámites.
En la lista de ciudadanos amenazados con ser despojados de su estatus legal figuran, nada menos, que el multimillonario Elon Musk ─a quien la administración señala por su postura crítica frente a los abusos de poder de Trump─ Zohran Mamdani, recientemente ganador en las primarias en Nueva York, acusado de ser una ‘amenaza comunista’ contra la sacrosanta democracia norteamericana y por impulsar un programa progresista e independiente.