miércoles, agosto 27, 2025
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Sáhara Occidental: Claves para comprender la resistencia a la ocupación marroquí

Fernando Torres Padilla

Entender lo que ha ocurrido durante el último medio siglo en un territorio del tamaño de Ecuador, ubicado al oeste del desierto del Sáhara, justo a orillas del Océano Atlántico, conocido como Sáhara Occidental, no es tarea fácil. Este ha sido un territorio históricamente disputado por potencias europeas, Francia y España, esto debido, principalmente, a su posición estratégica en el Magreb y sus abundantes recursos naturales, minerales e hidrocarburos.

Desde finales del siglo XIX este territorio estuvo bajo la dominación colonial de España y se mantuvo así hasta 1975 cuando dicho país europeo firmó su retirada. Desde la salida de España y hasta la actualidad, la mayor parte del territorio se encuentra ilegalmente ocupado por Marruecos. Sáhara Occidental es considerado actualmente la última colonia de África. Existen, además, múltiples denuncias por parte de organizaciones de derechos humanos respecto a casos de persecución, represión y violaciones tanto de derechos humanos como de la libertad de expresión por parte del régimen Marroquí.

El pueblo saharaui es gente valiente que carga a cuestas décadas de resistencia contra la colonización y el cerco mediático impuesto por gobiernos que se lucran con la explotación de los recursos que yacen en su territorio. La ocupación y las restricciones impuestas por Marruecos significan no sólo un obstáculo para la independencia y la autonomía de este pueblo, sino también, un condicionamiento para la cotidianidad de su gente, tanto quienes permanecen en el territorio ocupado como los que se han visto forzados al exilio.

El Frente Polisario, movimiento por la liberación saharaui, proclamó en 1973 la conformación de la República Arabe saharaui Democrática, RASD. Esta es reconocida por más de 80 países y es miembro de la Unión Africana de Naciones. La ONU por su parte, considera a Sáhara Occidental un territorio no autónomo pendiente de descolonización y la Unión Europea no reconoce la soberanía de Marruecos sobre el territorio saharaui. Lo cual dificulta aún más entender por que la ocupación se mantiene.

La ocupación: La retirada de España y la invasión marroquí

El Sáhara Occidental estuvo bajo dominio español desde 1884 hasta la firma del ilegal tratado de Madrid en noviembre de 1975. Este fue un acuerdo entre Marruecos, Mauritania y España que pretendía la descolonización del territorio saharaui. Sin embargo y a pesar del pronunciamiento de la Corte Internacional de Justicia de octubre del mismo año que dictaminó que no existía ningún vínculo de soberanía entre Marruecos y el Sáhara Occidental, España le entregó, tras su retirada, el territorio a Marruecos y Mauritania para su ocupación. 

Inmediatamente después de que España abandonara Sáhara Occidental, también en 1975, ocurrió la marcha verde, una invasión de civiles en apariencia pacífica, pero escoltados por soldados marroquíes que ingresaron al territorio. Desde ese momento inició la ocupación y miles de saharauis se han visto desplazados de su territorio y viven hoy en día en condición de refugiados en distintos campamentos en Argelia.

España retiró su presencia militar del Sáhara Occidental, sin embargo, jurídicamente continuó siendo la potencia administradora, por tal, principal responsable de las violaciones de derechos humanos que ahí ocurren.  También logró mantener la explotación de las minas de fosfato, que son las más importantes del mundo. Lo mismo ocurrió con recursos como el gas, el petróleo y la pesca, tanto por parte de España como de otras potencias, esto gracias al acuerdo de Madrid que le permitió al país europeo usar a Marruecos como una suerte de proxy para continuar beneficiándose con los recursos saharauis sin figurar como metrópoli colonizadora.

Posteriormente, en 1979, debido a problemas internos por parte de Mauritania y a la dificultad de sostener el enfrentamiento armado, firmó un acuerdo de paz con el Frente Polisario. Como consecuencia, cedió su parte de territorio a Marruecos y abandonó su reclamo sobre el Sáhara Occidental. Tras la retirada de Mauritania, en 1980, Marruecos inició la construcción de un muro para dividir el territorio saharaui en dos, al oeste está la parte ocupada, donde se encuentran las costas, las ciudades importantes como Aaiún y la mayoría de los recursos. Al este resta una franja “liberada” principalmente desértica y carente de recursos, esta es controlada por el frente Polisario. El muro de 2700 kilómetros fue finalmente terminado en 1987.

Años después, en 1991, la ONU estableció la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental, MINURSO, y se firmó un alto al fuego con la promesa de realizar el referendo por la autodeterminación del pueblo saharaui. Dicho referendo nunca se realizó, principalmente debido a objeciones de Marruecos respecto al censo y las condiciones. Este referendo debería permitir a los saharauis decidir entre la independencia y la anexión a Marruecos.

En 2007, en medio de un periodo de relativa calma, Marruecos presentó ante la ONU un plan de autonomía para el Sáhara Occidental pero este es rechazado por el Frente Polisario debido a que este contiene limitaciones y no respeta la independencia ni la autodeterminación del pueblo saharaui.

En la actualidad, dentro del territorio ocupado los saharauis resisten pacíficamente y denuncian la represión y la violación de derechos humanos por parte del régimen marroquí. Por otra parte, miles de saharauis viven y resisten, algunos, en la franja liberada y otros, la mayoría, en los campamentos de refugiados en Argelia, país que junto a Cuba y Venezuela han apoyado incondicionalmente al Frente Polisario y la causa saharaui.

Frente Polisario: Ejemplo de lucha y resistencia

Fundado en 1973, el Frente Popular para la Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro es reconocido por la ONU y por la Unión Africana de Naciones como el legítimo representante del pueblo saharaui. Es un movimiento de carácter socialista y arabista que lidera la resistencia y la lucha armada por la independencia y la autodeterminación de la RASD.

El Frente nació en primer lugar con el fin de librar una guerra de guerrillas contra la España de Franco, sin embargo, luego de la caída del Franquismo, la retirada de las tropas españolas y la consecuente ocupación, el Polisario enfiló su lucha contra las fuerzas invasoras de Marruecos y Mauritania.

Los enfrentamientos armados entre el Polisario y las fuerzas marroquíes fueron intensos, principalmente desde el inicio de la ocupación hasta 1991 cuando se firma el alto al fuego con mediación de la MINURSO. Dicho acuerdo incluyó una posterior liberación de rehenes y la antes mencionada promesa por parte de Marruecos de permitir llevar a cabo el referendo por la Autodeterminación del pueblo Marroquí que aún no ocurrió.

A partir de 1991 los enfrentamientos disminuyeron significativamente tanto en frecuencia como en intensidad, dándose únicamente uno que otro hostigamiento ocasional, la situación se mantuvo así hasta 2020 cuando el Polisario anuncio el fin del alto al fuego debido a un ataque del ejército marroquí en contra de activistas saharauis en Guerguerat, principal paso fronterizo de Sáhara Occidental con Mauritania.

Actualmente, si bien los enfrentamientos armados son esporádicos, el Polisario busca mediante diplomacia y campañas de concientización la denuncia de las violaciones a los derechos humanos por parte de Marruecos. Las máximas autoridades del frente permanecen en el exilio, principalmente en los campamentos de refugiados en Tinduf, Argelia.

Cerco mediático: La represión a la libertad de prensa

Marruecos desde el inicio de la ocupación ha impuesto restricciones al acceso de periodistas, observadores internacionales y de medios de comunicación independientes al Sáhara Occidental ocupado, esto dificulta y en ocasiones imposibilita la documentación de violaciones de los derechos humanos por parte del Gobierno Marroquí y sus fuerzas armadas.

A este impedimento del libre ejercicio del periodismo extranjero, se suma la constante vigilancia, persecución y represión contra los saharauis que intentan comunicar o denunciar el accionar del Gobierno Marroqui. Incluyendo detenciones arbitrarias, torturas, confiscamiento de equipos, destrucción de material y juicios con pruebas obtenidas bajo coacción.

El régimen Marroquí también ha implementado estrategias encaminadas a eliminar la identidad saharaui mediante prohibiciones de nombres, vestimentas, tradiciones e incluso restricciones en su idioma. A todo esto, se añade que la MINURSO es la única misión de paz de la ONU que no cuenta con un mandato para informar sobre las violaciones a los derechos humanos que ocurran en el territorio.

Estos elementos, además del apoyo de los aparatos mediáticos de las potencias occidentales, permiten que la narrativa dominante tanto al interior como al exterior sea la establecida por Marruecos. Esto tiene por objetivo, en primer lugar, garantizar impunidad sobre los crímenes cometidos por el régimen marroquí en contra del pueblo saharaui. Y por otra parte, este bloqueo informativo también funciona para evitar sanciones y señalamientos en contra de las potencias europeas, como España, que explotan los recursos del Sáhara Occidental.

Debido a esta criminalización, los periodistas saharauis se ven obligados a operar en la clandestinidad y a arriesgar constantemente su vida con el fin de dar a conocer las violaciones a los derechos humanos de las que son víctimas en medio de la ocupación.

La larga lucha por la autodeterminación

La comunidad internacional se encuentra dividida, mientras la mayoría de países africanos, algunos latinoamericanos y otros tantos asiáticos reconocen a la República Árabe saharaui Democrática y al Frente Polisario como el legítimo representante del pueblo saharaui, otros estados imperialistas y colonialistas como Estados Unidos, Francia e Israel han dejado ver su apoyo a Marruecos.

Cabe resaltar que Israel es un importante aliado de Marruecos y un apoyo fundamental en su proyecto expansionista. El ente sionista le ha brindado cooperación económica, diplomatica y militar al regimen Marroquí. Esto incluye intercambio tecnológico, adquisición de armamento y otros acuerdos comerciales. 

También es importante tener en cuenta que el Sáhara Occidental es un territorio rico en fosfatos, gas y petróleo. Estos y otros recursos son explotados activamente tanto por Marruecos como por multinacionales extranjeras con complicidad marroquí y sin consentimiento de las autoridades saharauis.

La lucha del pueblo saharaui es por su inalienable derecho a la autodeterminación, es decir, su derecho a decidir libremente sobre su futuro, su cultura, su territorio y los recursos que este posee. En declaraciones recientes de Malainin Lakhal, representante adjunto de la RASD ante Etiopía y la Unión Africana, afirmó que la resistencia saharaui contra la ocupación marroquí es un deber político e histórico.

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