La posibilidad de que Irán cierre la ruta estratégica podría elevar los precios del crudo y provocar una inflación a escala mundial
José Ramón Llanos H.
El Estrecho de Ormuz tiene 34 kilómetros de ancho en su punto más angosto y 161 kilómetros de largo. Esta vía fluvial comunica el Golfo Pérsico con el Golfo Pérsico, al norte está Irán y al sur los Emiratos Árabes Unidos y Omán.
Desde las costas de Irán se extienden 10,5 millas que corresponden a sus aguas territoriales, mientras que las otras 10,5 millas son aguas territoriales de Omán. Por lo tanto, cualquier buque que pase por allí debe consultar a ambos países para garantizar un tránsito sin problemas.
Su poca profundidad permite que los buques sean potencialmente vulnerables a las minas y la proximidad a tierra firme, especialmente a Irán, deja a los buques expuestos a ataques con misiles o a la interceptación por patrulleras y helicópteros.
El Estrecho es muy importante para el comercio mundial petrolero. Los buques cisterna transportan a través de él aproximadamente 16,5 millones de barriles de crudo y condensado por día, desde Arabia Saudita, Irak, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos e Irán, según informa Bloomberg.
El Estrecho también es esencial para el transporte del gas natural licuado (GNL), ya que más de una quinta parte del suministro mundial, especialmente de Catar, lo atraviesa diariamente.
Esta vía fluvial, ubicada en la desembocadura del Golfo Pérsico, soporta una cuarta parte del comercio marítimo mundial de petróleo. En consecuencia, si Irán llegara a restringir el tránsito a las naves que transportan petróleo y gas a China, Europa y otras regiones consumidoras de energía, los precios del petróleo se dispararían, lo que podría desencadenar una gran inflación.
Los envíos desde Irán se han disparado y la actividad de los petroleros en el Estrecho de Ormuz se ha estabilizado. Pero el Ministerio de Transporte Marítimo de Grecia sugirió el domingo 22 a los armadores del país que revisaran la utilización de esa vía.
Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos del mar
Para atravesar el Estrecho, las naves cruzan las aguas territoriales de Irán y de Omán en virtud de las disposiciones de tránsito de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Mar. Sin embargo, no todos los países la han ratificado, las naciones, incluso los Estados Unidos, aceptan estas reglas de navegación tal como están redactadas en el documento.
En abril de 1959, Irán modificó el estatus legal al expandir su mar territorial a 22 millas náuticas, además, dijo que solo reconocería el tránsito de naves comerciales a través del área ampliada. En julio de 1972, Omán hizo lo mismo mediante decreto. En consecuencia, ambos países habían delimitado las aguas territoriales del Estrecho de Ormuz.
Sin embargo, a lo largo de los años 70 ninguno de estos países intentó obstruir el paso de los buques de guerra a través del Estrecho, pero en 1980 cambió la situación, fue así como en 1989 Omán confirmó su Decreto Real de 1981, el cual solo permite el paso de buques con fines comerciales.
A su vez, en diciembre de 1982, Irán firmó una declaración en la que afirmaba que “solo los Estados que hacen parte de la Convención sobre el Derecho del Mar, se beneficiarían de los derechos contractuales creados en documento, incluido el derecho de tránsito, de naves comerciales”.
En agosto de 1989 al ratificar Omán la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, UNCLOS, validó el contenido de su decreto real de 1981, el cual expresa que solo permite a través de su mar territorial el tránsito de naves de carácter comercial. En cambio, los buques de guerra extranjeros solo podrán pasar por sus aguas territoriales de Omán si obtenían un permiso previo.
Disposiciones de Irán sobre el tránsito por el Estrecho
En mayo de 1993, Irán publicó una ley integral sobre áreas marítimas, algunas de estas disposiciones estaban en conflicto con la legislación contenida en la UNCLOS.
Estas disposiciones exigían que los buques de guerra, submarinos y cualquier transporte de propulsión nuclear debían obtener un permiso para realizar el uso de las aguas territoriales del país. Por el Estrecho de Ormuz hace tránsito el 20 por ciento de la producción global.
Consecuencias del cierre
El posible cierre de esta vía de comunicación lesionaría de manera grave las economías asiáticas, especialmente de China. Téngase en cuenta que el 84 por ciento del petróleo crudo y el 83 por ciento del gas licuado que hicieron tránsito por el Estrecho en 2024 estaban dirigidos a los mercados asiáticos.
China es el mayor importador de petróleo de Irán y, en el primer trimestre de este año, compró 5.4 millones de barriles diarios que hicieron tránsito por esta ruta. Por otra parte, India y Corea del Sur importaron 2,1 millones y 1,7 millones de barriles diarios, respectivamente. En cambio, EE. UU. y Europa apenas importaron 400.000 y 500.000 barriles diarios, respectivamente, en igual período.
Efectos de la elevación del precio del crudo
En el 2023, España consumió 1,2 barriles de petróleo diario y más del ocho por ciento procedía de Arabia Saudí. Los problemas allí elevan el precio del crudo internacional incluyendo el que España compra a Brasil, Estados Unidos, México, Libia y Nigeria.
Los países que se verían afectados son China, India, Japón y Cores del Sur, debido a su alta dependencia del petróleo y gas del Golfo Pérsico. También se afectarían los países europeos importadores de energía: Alemania, Italia, Francia por el encarecimiento de la energía y la inestabilidad económica que generaría.
Un analista árabe señaló que Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irak y Kuwait dependen en gran medida del Estrecho de Ormuz para exportar sus hidrocarburos. Por esa razón, el precio del petróleo ha aumentado un cinco por ciento desde que comenzaron los ataques a Irán por parte de Estados Unidos.
