Hacer política desde la visión de las mujeres implica superar las estructuras patriarcales, heteronormativas y capitalistas, garantizando la participación plena y equitativa de aquellas en la construcción de un proyecto emancipatorio
Martha Bolívar
@MarthaBolivarUP
¿Que implica hacer la política y las políticas desde la visión de las mujeres? ¿Somos el sujeto político visible y visibilizado que queremos ser? Son preguntas centrales que las mujeres en general y las militantes en particular nos hacemos frente a los retos de la unidad que significa la institucionalización formal del Pacto Histórico. ¿Cuál es la respuesta y la interlocución política que la ciudadanía está buscando? ¿Cómo acertar y dar respuesta a esta expectativa?
Superando los flujos y reflujos de la coyuntura política, este es un momento histórico que exige de las alternativas políticas, altura y grandeza en la lectura y comprensión de lo erigimos como propuesta a la sociedad en su conjunto, en búsqueda ─eso esperamos─ de la consolidación de un horizonte emancipatorio.
Un llamado a la persistencia
Teniendo en cuenta claramente la materialización de mecanismos de transición en la ruta de los cambios en los que podemos y queremos contribuir, pero que contribuyan sin titubeos (sin ambigüedades) a superar las experiencia patriarcal, heteronormativa, autoritaria y capitalista del poder y del Estado.
Uno de los principios de acción para responder a las preguntas planteadas debe seguir siendo la lucha por la paz, que implica el cumplimiento del enfoque de género. La lucha contra el imperialismo en el camino de la consolidación de una agenda multilateral por la defensa de la vida, los derechos humanos, los derechos de los pueblos, el enfoque de género y diferencial.
Así mismo, el reconocimiento y respeto permanente al derecho que tenemos las mujeres a decidir sobre nuestra vida y nuestros cuerpos, el derecho a maternidades conscientes y decididas, la materialización de los derechos sexuales y reproductivos, a la salud integral con enfoque preventivo, debida cobertura y calidad.
No desfallecer en la consigna por la erradicación de las formas arraigadas de violencia contra las mujeres en nuestra sociedad machista, institucionalizadas cultural y políticamente. Erradicar su impunidad. Igualmente, abordar y promover la eliminación de las múltiples formas de discriminación y sexismo que afectan a las mujeres, garantizar una inclusión plena y equitativa.
En búsqueda de la equidad
El reconocimiento y el desarrollo de políticas y programas que reconozcan nuestro aporte económico a la sociedad, el papel de nuestra fuerza de trabajo, las condiciones de pauperización y explotación en la que lo desarrollamos. Que se visibilice la economía del cuidado y se propugne por un sistema que iguale, distribuya y reconozca las cargas que pesan sobre las mujeres. La estimación aproximada del aporte que el trabajo del cuidado aporta al país es del 20% del Producto Interno Bruto, por lo cual el cuidado no es un asunto menor y es la base de la reproducción social de toda sociedad.
Necesitamos un partido que propugne por desarrollar y estabilizar una arquitectura institucional que garantice las políticas públicas en favor de las mujeres, que profundice en especial en ejercicios eficaces de justicia social, acceso a la educación con la integración de una perspectiva de género, la inclusión económica tanto en el campo y la ciudad. Es fundamental la transversalización de la política y un servicio público que reivindique a las mujeres en la construcción del Estado.
Otros procesos políticos a nivel mundial han avanzado en el debido abanderamiento y reconocimiento de estas agendas, para la muestra Morena en México, que ha logrado la consolidación de un proyecto progresista y profundamente democrático en cabeza de una mujer presidenta como Claudia Sheinbaum Pardo.
Por tanto, un punto fundamental está no solo en la agenda, sino en la representación política de las mujeres, es decir, un partido comprometido en la superación de las barreras de acceso y las formas de discriminación y violencia que sufrimos las mujeres en el ejercicio de nuestro derecho de participación política.
De modo que la política no debe ser entendida como un asunto plano, desprendido del trasfondo hegemónico y cultural que queremos transformar. La interlocución política y la representación de la institucionalidad gubernamental pueda acompasarse con la voz de las mujeres, en un diálogo colectivo e intergeneracional.
Participación del pueblo
Necesitamos una organización política unitaria en la que no desaparezcan las diferencias que nos constituyen. El proyecto unitario debe ser el acumulado, la reflexión y el potencial político de los feminismos, como condición de un proyecto de gobernanza democrática.
La militancia de las mujeres en el movimiento debe ser estimulada, promovida y garantizada en un contexto libre de violencias, con una adecuada financiación de los acciones y actividades que la promuevan, en especial las relacionadas con la formación y desarrollo de capacidades, así como con la implementación de lineamientos estatutarios que garanticen la paridad en su interior y la adopción de protocolos de prevención, atención y sanción de las violencias contra las mujeres y basadas en el género.
Por ello, es de vital importancia nuestra participación en el proceso, en este momento histórico, en este momento decisivo, para lo cual cualquier iniciativa será bienvenida. Para empezar, es necesario inundar con la voz y el sentir de las mujeres el proceso de consulta y construcción del @PactoCol como Movimiento Político, que se llevará a cabo virtualmente hasta el 30 de marzo.
Les invitamos ingresar a la web https://pactohistoricoparticipa.com y al siguiente Link consulta: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfQ5CEWZdiGw0ZbmitWDDCBwzap0VL122r1O7SXSKPKUjG3GQ/viewform