Juan Carlos Hurtado Fonseca
@aurelianolatino
El segundo consejo de ministros televisado y transmitido en vivo se llevó a cabo la noche del 3 de marzo, en la Casa de Nariño. En este, se trataron asuntos exclusivos relacionados con las medidas adoptadas para atender la crisis humanitaria del Catatumbo, en el contexto del estado de conmoción interior.
Asimismo, se estrenaron varios jefes de cartera luego del remezón ministerial del pasado mes, fichas con las que Gustavo Petro aspira terminar su mandato, ejecutar el Plan Nacional de Desarrollo y que se aprueben las reformas sociales en el Legislativo.
El primer ejercicio comunicativo y de transparencia gubernamental fue el 5 de febrero y causó fuertes polémicas por su evidente desorganización, las contradicciones, la autocrítica en términos de ejecución y porque le dio comidilla a la oposición al hablarle de frente a los electores y a la ciudadanía en general.
Como siempre, la oposición -medios de comunicación corporativos y partidos políticos de derecha-, encontró pretextos para criticar la experiencia comunicativa, llamada por algunos como un experimento de rendición de cuentas y transparencia gubernamental.
El ecosistema de las redes sociales mostró miles de mensajes a favor y en contra, y no cesaron desde las burlas hasta las felicitaciones por permitir conocer cómo, en qué obras y en qué tiempos se ejecutarán los recursos en esta subregión del país, azotada por la violencia y el abandono estatal padecido hace décadas.
Federico García, doctor en Estudios Políticos y analista político, comentó a VOZ: “Me parece que es un ejercicio positivo y saludable en términos de la transparencia institucional, que en condiciones normales sería una muestra de publicidad y de honestidad por parte del Gobierno para garantizar el derecho a la información de la ciudadanía”.
No obstante, también cree que es una medida muy arriesgada y audaz, que probablemente será estudiada en los libros de ciencia política en el futuro como un ejemplo de transparencia, “pero a corto plazo me parece que puede tener altos costos políticos, al menos, el primer consejo de ministros. Entonces, puede ser positivo porque se criticaba que el Gobierno no comunicaba y ahora que está comunicando también se le critica. Si es un contenido interesante, si es un tono constructivo, si puede dar una buena impresión del Gobierno, puede ser un bombazo, pero si vuelve a pasar lo mismo que el primer consejo, desorganizado o en confrontación, puede ser un arma en contra del propio Gobierno”.
Por su parte, el periodista, profesor universitario y analista de medios, Fernando Millán, comentó que es una oportunidad para que el país conozca lo que ocurre en la intimidad de un consejo de ministros. “Es una manera muy franca de contarle al país cómo se toman las decisiones. Y, puntualmente en el caso del Catatumbo, mirar la integralidad de las implicaciones de lo que se está haciendo para resolver las dificultades históricas que tiene esta región”.
Acerca de las críticas y burlas de la oposición, Millán expresa que son detalles menores: “Que si el presidente hizo mal un cálculo de matemáticas, que si entendió mal lo que dijo Bolívar o no, eso es menor porque hace parte de las dinámicas propias de estas reuniones, o de las reuniones empresariales para resolver los proyectos que están en camino. Lo realmente positivo es hablarle al país desde el escenario del consejo de ministros, que es donde se toman las decisiones sustanciales del Gobierno”.