El nuevo ministro de Defensa será Pedro Sánchez, alto oficial en proceso de retiro de la Fuerza Aeroespacial Colombiana. Sin embargo, su nombre abrió la polémica por una posible ruptura al principio de la subordinación del poder militar al civil. Al respecto, VOZ habló con Nathalie Pabón Ayala, experta en el tema
Redacción política
El presidente Gustavo Petro ha designado al general Pedro Arnulfo Sánchez como nuevo ministro de Defensa. De acuerdo con lo dicho por el mandatario, el alto oficial tiene el gran reto de “llevar a Colombia hacia la paz”.
Una vez se conoció la noticia, el general Sánchez inició el trámite de retiro de la Fuerza Aeroespacial Colombiana, rama militar a la que perteneció por cerca de 35 años y donde se destacó como piloto de helicóptero, con más de siete mil horas de vuelo. No obstante, la Casa de Nariño ha dicho que hasta no oficializar la baja, la cartera seguirá conducida por el saliente ministro Iván Velásquez.
El general Sánchez es oriundo de Boavita, Boyacá, fue comandante del Comando Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares, tiene un magister en Educación y Defensa Nacional de la Escuela de Guerra y un magister en Estudios Estratégicos de la Air University de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
En 2023 se hizo famoso por conducir la Operación Esperanza, despliegue militar que logró el rescate de cuatro niños indígenas sobrevivientes a un desastre aéreo en la impenetrable selva del Guaviare.
Balance
La designación de un oficial, hasta hace poco activo, al frente de la cartera que orienta la política de seguridad y defensa en el país, desató la polémica por cuenta de una posible ruptura al principio constitucional de la subordinación del poder militar al poder civil.
Para profundizar sobre este y otros temas, VOZ habló con Nathalie Pabón Ayala, politóloga de la Universidad Nacional de Colombia, maestría en Asuntos Internacionales de la Universidad Externado, miembro del grupo de investigación en Seguridad y Defensa de la UN, y coautora del libro Militares y guerrillas. La memoria histórica del conflicto armado en Colombia desde los archivos militares, 1958-2016.
¿Cuál es su balance sobre la gestión del saliente ministro de Defensa, Iván Velásquez?
La designación de Iván Velázquez tenía unos objetivos dentro de las Fuerzas Militares: consolidar un escenario de instrucción en términos de derechos humanos, revisar los problemas de corrupción y fortalecer el relacionamiento entre las fuerzas. Al respecto, existen avances interesantes que deben continuar.
Sin embargo, la principal crítica es que hizo falta una complementariedad y coordinación entre las fuerzas, para que se tuviera en los territorios una visión táctica y estratégica militar más especializada.
A propósito del nuevo ministro de Defensa, ¿cuál es su valoración con respecto a ese nombramiento?
Es un general con 35 años de servicio activo. Ha ocupado cargos que le han permitido liderar operaciones militares y comandos aéreos de combate. Es decir, tiene un conocimiento importante a nivel táctico y de conducción de las fuerzas castrenses.
Pero también resalto que tiene una importante experiencia de relacionamiento. Su buena calificación como comandante de operaciones especiales de las Fuerzas Militares, evidencia que ha tenido una trayectoria en términos de liderazgo, coordinación, conducción, operatividad y trabajo interagencial. Su nombramiento es un acierto.
Retos
¿Se está rompiendo con el principio constitucional de la subordinación del poder militar al poder civil?
Es importante tener a una persona que maneje el sector desde el conocimiento táctico, operativo, estratégico y político. Después de la Constitución de 1991, no es la primera vez que tenemos a una persona con este perfil. Claramente la renuncia a ser un miembro activo de las Fuerzas Militares lo que demuestra es que se mantiene la supremacía del poder civil y que el comandante en jefe es el presidente de la República.
Es bueno también tener una nueva perspectiva. En América Latina, por ejemplo, hay varios países que tienen la posibilidad de tener militares retirados ejerciendo este rol. Si las reglas son claras, como las tenemos acá con nuestra Constitución, no debería existir preocupación.
¿Cuáles son los principales retos que tendrá la cartera de Defensa en este nuevo periodo?
Son retos complejos para el año y medio que queda de Gobierno, sobre todo en un contexto político de elecciones. Sin duda uno de los temas prioritarios es el manejo del orden público, con especial énfasis en territorios como el Cauca, el Catatumbo y otras zonas del país, que requieren de una estrategia y táctica militar más consolidada.
Otro de los retos es seguir el proceso de consolidación de la Paz Total, un tema ligado al ámbito político y a otras variables como los cultivos de uso ilícitos y al narcotráfico, donde seguramente existirá presión por parte de la nueva administración de los Estados Unidos. Otros puntos de la agenda será combatir el contrabando y la minería ilegal.
Internamente tendrá el reto de seguir robusteciendo la interagencialidad dentro de las fuerzas y darle continuidad el proceso de fortalecimiento de los derechos humanos en la institución.
Sin ruido de sables
Finalmente, ¿cómo ha sido la relación entre el Gobierno de Gustavo Petro con las fuerzas armadas?
En general, las Fuerzas Militares han hecho caso de la estrategia y de la conducción política que se le ha dado al tema de seguridad y defensa en el país. Yo pensé que este relacionamiento iba a ser un poco más tenso, pero hasta el momento no ha existido una situación de alta tensión, como un ruido de sables donde se evidencie un inconformismo por parte de las fuerzas frente a la conducción del poder civil.
Creo que eso es en parte al liderazgo que tuvo Iván Velázquez en sus treinta meses de gestión. Es importante decir que el hecho que el general Sánchez no tenga alguna afiliación política, puede ser un factor positivo para la conducción del sector, sobre todo considerando las difíciles condiciones de orden público que existen hoy en el país.
