El 70% de los procesos civiles en el país son por créditos hipotecarios. Los bancos prefieren a los extraños que ofrecen comprar las casas en dificultades, y no a los deudores.
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Pazífico NoticiasTV
En el Juzgado 11 Civil del Circuito existió un proceso ejecutivo hipotecario que debía durar máximo entre cinco y seis años y estuvo en ese juzgado 20 años. Tal fue la morosidad del proceso, que el abogado José Alcides Quintero, defensor de deudores, se fue con otros colegas a las puertas del Palacio de Justicia con pastel y vino para «celebrarle» el vigésimo aniversario a ese proceso. Era su manera de protestar ante el alto grado de morosidad de este caso y de visibilizar la forma como muchos jueces engavetan procesos similares para no fallar en favor de los deudores, víctimas del sector financiero.
Todo comenzó con el tristemente célebre UPAC y siguió con el UVR. Los procesos ingresaron en circuitos perversos.
En toda Colombia hay por lo menos 850 mil procesos hipotecarios que amenazan a igual número de hogares que no pueden dormir tranquilos. ¿Cómo llegaron las demandas?
El 70% de los procesos civiles en el país son por créditos hipotecarios. Los bancos prefieren a los extraños que ofrecen comprar las casas en dificultades, y no a los deudores.
Por nada del mundo les aceptan a los deudores una rebaja, ni en el capital ni en los intereses.
Para este abogado y contador público la conclusión es clara.
De esta forma, los deudores están en medio de una tenaza. Por un lado, el banco y por el otro, las organizaciones de los remates. A estos dos actores se suma otro: los constructores. ¿Cuál es su papel? Lo explicaremos próximamente.