En 2013 se registraron 46 mil casos de maltrato contra mujeres en el país. En medio del conflicto armado, el 87% de las denuncias corresponde a abusos sexuales. Caribe, Orinoquia y Amazonia dieron un paso atrás en la educación de las mujeres
Aradia
Un informe del Instituto Nacional de Salud para el Sistema de Vigilancia en Salud Pública de Violencia contra la Mujer, Violencia Sexual y Violencia Intrafamiliar sostiene que en 2013 se registraron 46.177 casos de maltrato.
La violencia física con 18.471 casos ocupa el primer lugar, seguida por actos de privación y negligencia con 12.006 casos, la violencia sicológica 8.312 episodios y la violencia sexual 7.388 casos.
En medio del conflicto armado, sostiene el informe, el fenómeno de la violencia sexual está en primer lugar con el 87% de las denuncias.
Del total de la población colombiana el 51,2% son mujeres y el 48,8% son hombres. Las mujeres representan mayor proporción de la población en todos los grupos poblacionales excepto en el grupo de 0 a 14 años, donde el 51% son hombres y el 49% mujeres. La jefatura femenina en las zonas urbanas es del 35.5%. En el 84,2% de los casos es una jefatura femenina sin cónyuge.
La jefatura femenina en las zonas rurales es del 21,5%. En el 83,5% de los casos es una jefatura sin cónyuge. El 9,38% de las mujeres son gobernadoras, 9,81% alcaldesas, 17,94% diputadas, 16,08% concejalas, 12,6% representantes a la Cámara y 16,6% senadoras.
Educación es la solución
A pesar de los esfuerzos que se han hecho por parte de varios sectores para mejorar las condiciones de las mujeres en el país y a pesar de que se han visto avances en algunas cosas importantes para el desarrollo de las mujeres como sujetos integrantes de esta sociedad, Colombia está lejos de brindar garantías reales y concretas que ayuden a minimizar los índices de violencia, falta de educación y la implementación de oportunidades que garanticen su en el mundo laboral de manera digna y competitiva. Con mejores opciones de educación, mejores opciones laborales.
La investigación sobre fecundidad adolescente de la serie de Estudios a Profundidad (Encuesta Nacional de Demografía y Salud 1990–2010), identificó algunos elementos que vale la pena ser tenidos en cuenta por los académicos y académicas, para que el tema del desarrollo de la mujer no se quede solo en teoría.
Uno de ellos es la identificación de factores de riesgo que aumentan la probabilidad de un embarazo a temprana edad. Por ello este capítulo específico tuvo como sujeto de estudio a aproximadamente 50 mil mujeres en edad fértil de 15 a 49 años.
Las adolescentes constituyen el 18% de las entrevistadas. Las mujeres de 45-49 años solamente representan el 12% y las mujeres solteras representan el 32%. Las mujeres urbanas representan el 79% del total.
Esta investigación muestra que el 24% de las mujeres encuestadas tienen educación superior, el 25% terminó la secundaria, el 26% no terminó sus estudios de bachillerato, el 10% no culminó la primaria, el 12% sí culminó sus estudios de primaria y el 2% no tiene educación. En 2005 solo el 20% tenía educación superior. Cabe resaltar que el aumento se registró en todas las regiones a excepción del Caribe, Orinoquia y Amazonia.
En las zonas urbanas del país el 29% de las mujeres tiene educación superior, mientras que en las zonas rurales solo el 7%.
Entre 2005 y 2010 los aumentos en la educación superior ocurrieron en las regiones de Boyacá-Cundinamarca-Meta (del 13% al 20%); en Bogotá (del 27% al 39%); y en los Santanderes (del 16% al 21%). En algunos departamentos disminuyeron los porcentajes como La Guajira, Atlántico, Sucre, Vichada y Amazonas.
Deserción escolar
En Colombia el 51% de las mujeres de 15 a 24 años están aún estudiando, 54% en la zona urbana y 41% en la rural. Tres de cada cinco mujeres (63%) con educación superior están aún estudiando.
Las mujeres que no continuaron con los estudios porque quedaron embarazadas constituyen el 8%. El 10% de abandono por embarazo se da entre las mujeres que tienen secundaria completa. El 5% de deserción se da especialmente en la zona rural con mujeres que no terminaron la secundaria por haberse casado.
Las razones para no asistir a clases son variadas como que no quiso estudiar (31%), no podía pagar la pensión (11%), quedó embarazada (6%) y porque la familia necesitaba ayuda (6%).
Entre quienes han completado la primaria sólo 17% estudia, en tanto que el 22% no quiso seguir estudiando y el 17% tuvo que salirse de la escuela por no poder pagar la pensión. Estas razones se observan tanto en las áreas urbanas como en las rurales.
Entre las que han terminado la secundaria 27% está todavía asistiendo a la escuela, pero las que la han abandonado argumentan la falta de dinero para pagar los estudios (28%), la necesidad de ganar dinero o haber quedado embarazada (10%). Entre quienes tienen educación superior, 63% está estudiando y el 10% abandonó la institución porque se graduó o completó suficiente estudio. El 8% no podía pagar la pensión y otro 8% necesitaba ganar dinero.
A pesar de que los cambios son lentos se empiezan a ver resultados al menos en el acceso a la educación superior para mujeres: Entre los años 2004 y 2010, las mujeres colombianas fueron beneficiarias de los créditos universitarios Access en mayor medida que los hombres. Durante el año 2010, fueron aprobados 42.003 créditos universitarios, de los cuales el 55% (23.307) fueron utilizados por mujeres.
Males heredados
Lo importante es disminuir los índices de violencia contra las mujeres. El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses registró durante 2013 848 homicidios contra mujeres entre 18 y 79 años de edad, siendo la población más afectada aquella cuya edad oscila entre los 25 y los 34 años, con un total de 432 hechos.
Las regiones en donde se presentaron más casos fueron el Valle del Cauca con 250 (equivalentes al 29,5%), Bogotá con 131 casos (15,5%) y Antioquia con 129 registros (15,2%). Las cifras reflejan una reducción del 35,6% en comparación con el 2012, cuando el total de muertes violentas en mujeres fue de 1.316.
El año pasado, según el DANE, la tasa de desocupación para el sexo femenino fue del 24,2%, mientras que para los hombres fue de 17,1%. El número de hombres ocupados en junio de 2013 para las siete principales áreas metropolitanas fue de 3.206.000 y el de mujeres de 2.596.000.
El llamado es a las mujeres y a los hombres que han logrado cargos públicos, que tienen cierta injerencia en las instituciones para impulsar cambios que beneficien a las millones de mujeres que quieren estudiar y no lo han podido hacer por falta de recursos, oportunidades y falencias estatales. Es hora de un cambio real. Una mujer con educación es una víctima menos.