¿Seguridad democrática?
Produce dolor de patria el conocer las escandalosas cantidades de hombres y costos que pagamos los colombianos por la seguridad del ex mandatario Uribe Vélez y su familia. El cubrimiento lo ejercen 357 personas y su costo llega a 18.181 millones de pesos anuales, según informes de prensa. Indigna la manera simplista y soslayada de explicar su situación: “estoy muy preocupado por el costo de la seguridad que paga el Estado”. No se refirió al alto costo, ni al número de personas que lo protegen, que su seguridad se diseñó bajo su gobierno. Desde 1994 tiene seguridad estatal. Imagínese, amable lector, cuántos beneficios a la comunidad se podrían efectuar con estos dineros y otros que se gastan en seguridad burocrática, desde hace décadas, por eso de la prolongada e inútil guerra. Nunca creímos las aberrantes dimensiones y componentes que hacen parte de la muy defendida por su gestor, Seguridad Democrática. Entendible su vehemencia y consecuencia en mantenerla. La seguridad tiene que ser para todos los colombianos porque la inseguridad ha llegado a extremos en el país. Sea la conclusión: la paz, además de ser un derecho y un deber, es un gran negocio para los colombianos, esa es la gran apuesta y la invitación está abierta para el uribismo y los escépticos. Omar León Muriel Arango (vía Internet).

¡Basta ya!
El pueblo colombiano también lo hará. El hermano pueblo argentino y su campesinado son conscientes de lo que producen para ellos y para varios países en el mundo. El campesinado y el pueblo colombiano también saben y son conscientes de lo que han producido para sí y para muchos otros países en el mundo en toda nuestra historia, ahora con un embeleco que se ha elaborado el capitalismo y sus modelos de globalización, es decir los tales TLC o Tratados de Libre Comercio, que ni son libres ni tampoco permiten hacer intercambios en igualdad pues nunca se podrá hacer este ejercicio económico entre países y pueblos llenos de desigualdades frente a otros que todo su producto es subsidiado, amparado y tienen toda una suerte de privilegios. El agro y el campesinado colombiano nunca antes estuvo tan lleno de miseria y de atropellos como ahora lo está. Y si el pueblo y el campesinado argentino ha dicho ¡Basta ya!, nosotros no seremos inferiores a lo que nos quieren imponer y tendremos que labrar nuestra propia agenda agraria y campesina, como pueblo y como consumidores de lo que producen nuestros campesino y también diremos ¡Basta ya! oligarquía colombiana. Atentamente. Óscar Moreno (vía Internet).
¿Quién los financia?
Una señora, junto a otros oportunistas que pretendieron arrebatar la representación de la Unión Patriótica a sus legítimos representantes, está dedicada por las redes sociales a calumniar y señalar de forma policiaca a dirigentes del Partido Comunista, de la Unión Patriótica y de Reiniciar de forma burda y sin ningún fundamento. El mismo grupo provocador terminó peleando entre ellos mismos, porque ahora despotrican de quien habían designado “presidente de la UP” en el “Congreso” fracasado del mes de septiembre, con participación de menos de 30 personas. Así terminan los provocadores. La señora que no vale ni mencionarla, porque no lo merece, es la misma que acusó a Ómer Calderón ante los directivos de la Universidad Distrital de estar interviniendo en política. ¿Para quién trabaja esta gente? ¿Quién los financia? Son las preguntas pertinentes. Vale la pena esclarecerlo porque en el pasado, en casos similares, así actuaban los provocadores de los agentes de la seguridad y los chulavitas infiltrados en la izquierda. Camilo López Tavares (vía Internet).