Carlos A. Lozano Guillén
La vida de Nelson Mandela, legendario héroe de la resistencia contra el racismo y el criminal régimen del apartheid en Sudáfrica, apoyado por el Reino Unido, Estados Unidos y otras potencias europeas y países satélites, se está agotando. Son 95 años de existencia, la mayoría de ellos de luchas clandestinas y persecuciones y, desde 1990, de éxitos y conquistas, porque logró celebrar el fin del racismo y el apartheid, objetivo de su lucha tenaz de tantos años. Fue protagonista de la victoria de su pueblo y de las mieles del poder, nunca en beneficio propio sino de los suyos, la mayoría negra de esa poderosa nación.
Obama acaba de estar en Sudáfrica y visitó la pequeña celda donde Mandela pasó 18 de los 27 años que estuvo en prisión, después de la condena a cadena perpetua por la minoría opresora blanca, que lo calificó de terrorista con el aplauso del mundo capitalista. En la prensa burguesa, que jamás protestó por el criminal régimen racista, aparecen ahora largos textos sobre la vida y obra del líder sudafricano, contadas a su manera y con valoraciones subjetivas, la mayoría de ellas alejadas de la realidad. Son lágrimas de cocodrilo. Jamás levantaron la mano para unirse a la campaña mundial por la libertad de este hombre extraordinario, al que le rinden tributo hipócrita en el fin de sus días.
Nelson Mandela pronto cumplirá 95 años. Nació el 15 de julio de 1918 en Mvezo, pequeña aldea en la ribera del río Mbashe. Recuerda él que nació en el año del fin de la “Gran Guerra, el de una epidemia de gripe que mató a millones de personas en todo el mundo y el de la presencia de una delegación del Congreso Nacional Africano en la Conferencia de Paz de Versalles para exponer las quejas del pueblo negro sudafricano (…)”.
Se integró muy joven al Congreso Nacional Africano principal fuerza de resistencia al racismo y por la independencia nacional con el apoyo del Partido Comunista. Fue un largo recorrido hasta la victoria, con dificultades y sufrimientos. Muchos camaradas fueron asesinados en esa larga resistencia heroica. La barbarie de los blancos no tuvo límites.
Su autobiografía es un texto apasionante. La primera edición en Colombia se conoció en 2010 con el título de: La autobiografía de Nelson Mandela. El largo camino hacia la libertad. Comenzó a escribirla en 1976 en prisión. En ella cuenta su vida, la lucha clandestina no exenta de dificultades, no solo por la persecución policiaca que lo asedió de manera permanente, sino también la confrontación con los divisionistas que lo cuestionaban por “pacifista”.
Fue ese largo camino con todo tipo de luchas de masas, el que condujo a su pueblo a los días de gloria. Mandela no se dejó seducir por los tramposos halagos. Su historia es la de un luchador revolucionario y popular. Nunca la entendieron los capitalistas ni los divisionistas.
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