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“La movilización popular tiene la palabra”

Declaración Política del Comité Central del Partido Comunista Colombiano, reunido en Bogotá los días 11, 12 y 13 de diciembre de 2015

Movilización del Partido Comunista en Bogotá. Foto archivo.
Movilización del Partido Comunista en Bogotá. Foto archivo.

Colombia vive momentos que anuncian un punto de viraje de su historia. El horizonte de un final de setenta años de guerra interna, de persecución a quienes luchan por la justicia social, la posibilidad de un cierre definitivo al terrorismo de Estado, la opción de hacer camino a la democratización de la vida nacional, a las postergadas reformas que mantienen la desigualdad extrema y al fin de la exclusión política, parten en dos la historia reciente y dan la partida a una nueva situación en el país.

Los comunistas saludamos este momento y llamamos al pueblo colombiano a defender la culminación exitosa de los diálogos de La Habana, a justipreciar sus acuerdos en sus alcances y limitaciones, a exigir su cumplimiento estricto y su implementación sin dobleces por el Estado, a rescatar y a trabajar unitariamente desde ahora por su refrendación y aplicación. Hoy más que nunca se impone el diálogo oficial con el ELN e iniciarlo con el EPL en la vía de una política integral de paz.

La movilización popular tiene la palabra en esta coyuntura decisiva, en la lucha por el cese al fuego bilateral, el desmonte pleno del paramilitarismo, la concreción de los territorios de paz para la normalización democrática y las garantías para las nuevas expresiones del ejercicio político.

Aportar a la verdad

La paz democrática, justa y duradera será el resultado de la acción consciente del pueblo en el marco de un proceso constituyente y de la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente que ponga el norte en la construcción de la democracia y de la justicia social. El movimiento popular y las fuerzas democráticas tienen propuestas de reforma agraria, estatuto de la oposición, reforma electoral, ley de medios, reforma laboral, etc. que deben estar en el corazón del debate. La desmilitarización del país, el debate nacional para el cambio de la doctrina de la seguridad y del enemigo interno hacen parte de las definiciones indispensables para poner fin a la contrainsurgencia como fuente de despotismo. Hay que crear las condiciones de un Gran Acuerdo Democrático nacional para consolidar la justicia social como puntal esencial de la paz.

El PCC expresa su decisión de aportar a la verdad como contribución a la construcción colectiva de una identidad democrática del país y de una nueva cultura de mente abierta, crítica, despejada del miedo, de la censura y la hegemonía mediática impuesta por el guerrerismo. La batalla de ideas histórica por la reparación y la no repetición demanda de los revolucionarios rescatar, valorar y defender el acumulado democrático que se expresa en los acuerdos de La Habana para desarrollarlo y avanzar más allá en la construcción de un país soberano sin intervencionismo extranjero, desmilitarizado, amable y socialmente seguro para todos sus integrantes. Reafirmamos que todas las víctimas de la contrainsurgencia y de la confrontación tendrán que ser justamente reparadas y la reconciliación deberá tener el rostro de las libertades, del derecho a la vida, de la coexistencia en lucha de proyectos de sociedad transformadores.

Unir voces y rebeldías

Para este nuevo momento se impone unir todas las voces y todas las rebeldías, despejar todos los caminos y aportar todas las herramientas que permitan levantar, coordinar, reunir y armonizar las luchas en un bloque popular unido en torno al Proyecto Democrático de Paz con Justicia Social, a su plataforma de cambios urgentes, a la construcción conjunta de su programa y de su estrategia de poder. Nuestra política de unidad de Frente Amplio ha contribuido y deberá seguir contribuyendo a acercar fuerzas y construir confianza. UP y MP hacen parte de los acumulados convergentes para el también nuevo momento de la unidad y asumimos un compromiso con sus Congreso y Consejo Patriótico. La unidad de los comunistas y de los revolucionarios es esencial para empujar este proceso.

El objetivo es avanzar a la más amplia unidad del pueblo en el aprendizaje de ser gobierno y de construir poder popular para enraizar la paz en una democracia real y no simplistamente formal. La unidad de la clase obrera, el fortalecimiento de las Cumbres agraria y minero energética hacia una gran Cumbre Popular, son tareas centrales de este momento político. De hecho, el gobierno persiste en sus proyectos antipopulares que descargan el peso de la crisis en el salario, las pensiones, los ingresos de las economías populares, en los despidos, las privatizaciones y en las regresivas reformas rural, pensional y tributaria. La dinámica, la unidad y la coordinación de las luchas son indispensables.

Además, la unidad ahora es imperiosa en un continente donde se han recompuesto las corrientes neo conservadoras, aliadas del imperialismo y de la derecha mediática transnacional que pretenden articular un partido de la contrarrevolución.

La revolución bolivariana

Vivimos una compleja coyuntura de los procesos democráticos en Argentina, Brasil y Venezuela donde en diversos grados están amenazadas importantes conquistas sociales. La revolución bolivariana atraviesa un punto crítico, resultado de la guerra económica, los efectos de la crisis del capitalismo y las fallas interiores que obstaculizan la profundización del proceso. Cuba, escenario de los diálogos de paz ha restablecido relaciones con Estados Unidos pero prosigue su lucha contra el bloqueo y la legislación extraterritorial. La búsqueda de la paz justa y duradera en Colombia hace parte de la lucha liberadora continental, donde además del deber de la solidaridad, reafirmamos el compromiso internacionalista de batallar sin pausa, con todas sus consecuencias.

En un mundo que presencia atónito los golpes de la crisis mundial del capitalismo y sus horrores, las condenables respuestas en términos de terror y dolor en París al intervencionismo de Francia, EE.UU., la OTAN e Israel para derrocar al gobierno de Siria muestran la acentuación de la amenaza de guerra en la proliferación de agresiones imperialistas localizadas, junto con el incremento del racismo y la xenofobia. Rechazamos el vergonzoso envío de mercenarios colombianos al Oriente Medio para justificar los convenios intervencionistas del gobierno colombiano con la OTAN. Todo ello nos obliga a estar alerta y visibilizar nuestra lucha por la paz en un contexto mundial. Tienen un importante papel en 2016 la realización del Congreso Internacional de la FDIM, en septiembre, en Bogotá la reunión del GT del Foro de Sao Paulo en Bogotá en el marco de la jornada de movilización del 9 de abril de 2016, el Congreso constituyente por la paz y otras iniciativas de paz en curso. Saludamos los logros de las fuerzas de la izquierda en Portugal, España y Grecia en la confrontación con la derecha y contra el deterioro de las garantías sociales.

El 22 Congreso del PCC

El 22 Congreso del PCC convocado del 14 al 17 de julio de 2016 en Bogotá se enmarca en este contexto de cambios, de unidad estratégica y de renovación profunda para asumir las responsabilidades que se corresponden con el nuevo momento en la gloriosa tarea de actuar como constructores (as) del nuevo país, con apertura, audacia, respeto, solidaridad y con el espíritu alerta. El Cincuentenario de la caída en combate del cura revolucionario Camilo Torres motiva escenarios de unidad. Los exitosos seminarios sobre el Ciento Cincuenta Aniversario de El Capital y su próximo capítulo de octubre; las actividades en torno a la recuperación de la Verdad Histórica y la Memoria, el debate de ideas hacia el Centenario de la Revolución de Octubre en 2017 y sobre el contenido anticapitalista de los movimientos en defensa del Agua y el Cambio Climático motivan afinar espacios de confluencia con otras corrientes.

Nuestro llamado, saludo y voz de aliento a los activistas, a los aliados de la campaña electoral, a los integrantes del Frente Amplio por la paz, la democracia y la justicia social, a la Veeduría Social, a Clamor, a los militantes, a los luchadores (as) del movimiento obrero y agrario, a los y las jóvenes comunistas, al movimiento juvenil y estudiantil en su conjunto, a los compañeros de UP y MP, a los y las combatientes por la nueva Colombia, al senador Iván Cepeda amenazado de sanciones por el Procurador, a los presos políticos: David Rabelo, Húbert Ballesteros, Marino Grueso, Feliciano Valencia, Miguel Ángel Beltrán, a los y las prisioneros de guerra de Sumapaz y el Meta; a todos ellos y ellas les invitamos a actuar en sintonía con el momento histórico y a asumir el compromiso con las convicciones comunes por una patria renovada.

Comité Central
Partido Comunista Colombiano

Bogotá D. C, diciembre 13 de 2015.

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