jueves, marzo 28, 2024
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Caballería ligera: Verdad total

¿Quiénes deben confesar su responsabilidad en los hechos desencadenantes del conflicto armado? Los políticos que presidieron el Gobierno desde los inicios del Frente Nacional, sus ministros, los generales de las Fuerzas Armadas y de Policía, los financiadores de los paramilitares y de los sicarios.

Foto: Día 59: #GiraDeLasSoluciones via photopin (license)
Foto: Día 59: #GiraDeLasSoluciones via photopin (license)

José Ramón Llanos

Defino la verdad total como el proceso que permite que todos los actores participantes en la violencia que ha deteriorado la convivencia, la tolerancia, la riqueza de la nación, los derechos humanos y comprometido seriamente la soberanía nacional, faciliten la verdad y la reparación. Para construir esa verdad se necesitan acciones radicales y valientes de los protagonistas responsables de la violencia que azota el país desde los años sesenta del siglo pasado. Ya las FARC-EP se han comprometido a expresar la verdad y a reparar las víctimas. Por tanto se espera que los otros responsables hagan lo propio.

¿Quiénes deben confesar su responsabilidad en los hechos desencadenantes del conflicto social armado? Los políticos que presidieron el Gobierno desde los inicios del Frente Nacional, sus ministros, los generales de las Fuerzas Armadas y de Policía, los empresarios financiadores de los paramilitares y de los sicarios asesinos de los líderes sindicales, los comunistas y los exterminadores de la Unión Patriótica y los intelectuales progresistas.

Los miembros del empresariado responsables intelectuales y financiadores de los paramilitares que no confiesen serán penalizados hasta con veinte años de cárcel, al tenor del acuerdo sobre Justicia firmado recientemente en La Habana. Igual suerte correrán los miembros del generalato que intenten ocultar sus crímenes de guerra y actos de lesa humanidad.

Sin embargo, a pesar de la re­vic­timización de los afectados y la privación de la verdad a la sociedad y a la historia, por la conducta de empresarios y militares antes señalados, estas acciones tienen menos gravedad que la actitud deshonrosa y cobarde de los expresidentes que sistemáticamente evaden su compromiso de esclarecer la responsabilidad que les cabe por haber sido partícipes en la barbarie que ha padecido la sociedad colombiana desde la mitad del siglo pretérito.

El expresidente Belisario Betancourt, debe confesar todo lo que sabe sobre el golpe de estado que durante cuarenta y ocho horas le dio la cúpula militar en el evento de la toma del Palacio de Justicia. De igual manera el exmandatario Álvaro Uribe Vélez tiene que confesarle al país la verdad sobre sus relaciones con los paramilitares desde el tiempo en que desempeñó la gobernación de Antioquia.

Y otra cuestión de singular importancia, es determinar si los calificados como falsos positivos son obra de militares criminales descarriados o son ejecuciones determinadas por políticas de gobiernos o de Estado. Por tanto, el presidente Juan Manuel Santos debe abrir los archivos de las instituciones militares y civiles para que examinados por los investigadores nacionales se establezca esta cuestión de suma importancia. Es la hora de la verdad, la comunidad debe exigirle al Gobierno la pronta apertura de los archivos oficiales.

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