Hasta ahora, el Estado de Palestina ha sido reconocido como nación soberana por 147 de los 193 Estados miembros, es decir, algo más del 76 por ciento de la membresía de la ONU
Ricardo Arenales
La torpeza con la que Israel actuó al atacar varios edificios en Doha, la capital catarí, con la intención de eliminar al equipo negociador de Hamás, que en una ronda de diálogo con mediadores buscaba no solo una fórmula para liberar a un grupo de rehenes israelíes y dar pasos en dirección a una tregua definitiva, y de ser posible, a un acuerdo de paz duradero en el conflicto en Palestina, provocó un sentimiento generalizado de rechazo contra el régimen sionista, que se extiende por los más variados escenarios del mundo.
Ese rechazo, en lo inmediato, se traduce en un acelerado proceso de asilamiento del régimen israelí, que se manifiesta en el cambio de postura de potencias europeas que ahora, con más fuerza, reclaman el cese del genocidio en Gaza, y le retiran el apoyo al régimen de Netanyahu.
Al mismo tiempo, en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas que se adelanta a lo largo de la presente semana, al menos diez países de reconocido liderazgo en el hemisferio occidental, oficializaron el reconocimiento de Palestina como Estado soberano, lo que refuerza la idea, defendida por algunos, de la necesaria cohabitación de dos Estados en la martirizada región, para poner fin a la confrontación bélica.
Contubernio Israel-EE UU
Algunos de esos países habían anunciado ya su reconocimiento a Palestina, antes de la reunión de la ONU. Entre estos figuran, Reino Unido, Francia, Canadá, Australia, Portugal, Malta, Bélgica, España, Irlanda y Noruega.
Según reporte de la cadena de televisión CNN, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel ‘rechazó’ las peticiones de reconocimiento de los países europeos, calificándolas de ‘recompensa a Hamás’, que socavan los esfuerzos por alcanzar un alto el fuego, mientras que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha criticado duramente tales peticiones.
Se da por descontado que Estados Unidos, incondicional aliado de Israel, ejercerá su derecho al veto en el Consejo de Seguridad contra cualquier intento de reconocimiento de un Estado palestino como ‘miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas’.
Hasta ahora, el Estado de Palestina ha sido reconocido como nación soberana por 147 de los 193 Estados miembros, es decir, algo más del 76 por ciento de la membresía de la ONU. Actualmente mantiene el estatus de “Estado observador no miembro” de la Asamblea General de la ONU, desde noviembre de 2012.
Riesgo de aislamiento político
Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, afirmó al The New York Times: “Les dijimos a todos estos países (europeos) que, si hacían esto del reconocimiento, todo sería falso, ni siquiera real. Si lo hacen, van a crear problemas. Habrá una respuesta”. Coincide con la reacción de Netanyahu, quien anunció ‘duras represalias’ contra los países que han reconocido a Palestina como Estado soberano.
A pesar de sus declaraciones bravuconas, Netanyahu se vio forzado a reconocer que su administración enfrenta el riesgo del aislamiento político y económico, si prosperan las sanciones y restricciones a la importación de armas que anuncian las potencias europeas.
La preocupación del líder sionista no es para menos. La Unión Europea ha suspendido la ayuda financiera a Israel, en respuesta a su ofensiva militar en la Franja de Gaza, anunció el pasado 17 de septiembre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Situación insostenible
La medida se produce tras el bloqueo israelí a la ayuda humanitaria dirigida a Gaza, que ha llevado la situación en el enclave palestino a un “nivel sin precedentes e insostenible”, señala el comunicado oficial. El colapso de los servicios básicos, los continuos bombardeos e incursiones militares israelíes y los desplazamientos masivos de población agravan aún más la crisis humanitaria, destaca el texto de la UE.
“Los horribles acontecimientos que tienen lugar a diario en Gaza deben cesar. Es necesario un alto el fuego inmediato, el acceso sin restricciones a toda ayuda humanitaria y la liberación de todos los rehenes retenidos por Hamás. La Unión Europea sigue siendo el mayor donante de ayuda humanitaria y una defensora inquebrantable de la solución de dos Estados”, declaró Von der Leyen.
En otro escenario, en la ciudad de Doha, capital de Catar, los pasados 14 y 15 de septiembre se reunió una cumbre de emergencia de países árabes e islámicos para evaluar el asunto de los recientes ataques de Israel contra una comitiva del Movimiento de la Resistencia Islámica de Palestina, Hamás, dejando un saldo de seis víctimas mortales y daños materiales considerables.
Proporcional al genocidio
En un comunicado dirigido a los ministros de Asuntos Exteriores de los países asistentes, Hamás afirmó que el intento de asesinato de su delegación negociadora en Doha y el fracaso de los esfuerzos para detener el genocidio en Gaza requieren que los países árabes e islámicos boicoteen a Israel política y económicamente y lo aíslen a nivel regional e internacional.
El movimiento ha subrayado la necesidad de trabajar para aislar a Israel en proporción a la escalada de crímenes cometidos por la ocupación sionista contra el pueblo palestino. Además, afirmó que se debe obligar al régimen israelí a respetar el derecho internacional y responder a los derechos legítimos del pueblo palestino a la libertad, la independencia y el retorno.
El reconocimiento que los países del viejo continente hacen del Estado Palestino constituye un formidable rechazo al genocidio en Gaza y Cisjordania. Pero es una solidaridad tardía. Tuvo que producirse una verdadera catástrofe humanitaria, con más de 65.000 muertos, 165.700 heridos, 432 muertos por hambre, de los cuales 146 son niños, mientras las potencias miraban para otro lado; para que muchos de estos países se pellizcaran y reconocieran la barbarie.