La comunidad que se siente acorralada y atemorizada le ha solicitado insistentemente al gobierno que les brinde las condiciones de seguridad que requieren para el libre desarrollo de sus actividades. Sin embargo, a pesar de las denuncias el gobierno sigue sin responder
Las comunidades de campesinos y pescadores en Cacarica (Chocó) siguen a merced del accionar paramilitar. El viernes 15 de enero al menos un centenar de hombres pertenecientes a las estructuras paramilitares transitaron por el predio llamado Bochinche, perteneciente a la comunidad de Teguerré, territorio colectivo de Cacarica en el departamento del Chocó.
El avance paramilitar proveniente del norte del golfo de Urabá, transitó por Tumaradó y por el punto conocido como Sautata en dirección a la comunidad de Bijao Cacarica y la Zona Humanitaria Nueva Esperanza en Dios.
La comunidad que se siente acorralada y atemorizada le ha solicitado insistentemente al gobierno que les brinde las condiciones de seguridad que requieren para el libre desarrollo de sus actividades. Sin embargo, a pesar de las denuncias el gobierno sigue sin responder, situación que ha sido capitalizada por las estructuras paramilitares que recientemente retuvieron a cinco miembros de la comunidad en la cuenca del río Salaquí, de los cuales uno fue asesinado, se trata de Walter Cartagena.
En un informe emitido por la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, la comunidad señala que, de acuerdo con testigos, Walter, habitante de Balsagira en Cacarica, fue torturado antes de ser asesinado.
Los autodenominados Gaitanistas cruzaron por el entorno de las Zonas Humanitarias y se han asentado en cercanía de la comunidad negra de Bijao Cacarica.
Aproximadamente 120 paramilitares de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia ingresaron a los territorios colectivos de las comunidades afro tomando el control de la región.
Esta zona del Chocó ha sido constantemente golpeada por la presencia paramilitar que viene desarrollado proyectos de tipo paramilitar luego de la Operación Génesis en 1997.
