Redacción Política
Los miles de marchantes que participaron en el primer día de paro nacional y en las jornadas de movilización en todo el país, tenían como objetivos claros el rechazo a la reforma laboral que avanza en la Comisión Cuarta del Senado, por considerar que tiene aspectos regresivos y otros que no cambian en nada lo relacionado con la sobreexplotación laboral; además, la exigencia de que como constituyente primario puedan participar en la Consulta Popular para decidir sobre aspectos neurálgicos de la economía y la salud.
Asimismo, salieron a dar un espaldarazo al Gobierno nacional en cabeza de Gustavo Petro, y a los parlamentarios del Pacto Histórico y otros congresistas progresistas que han respaldado las iniciativas que permiten recuperar derechos sociales.
Con batucadas, muestras artísticas, pancartas, disfraces y megáfonos llamaban la atención del público al que invitaban a participar, y explicaban a los participantes el porqué de las 16 preguntas de la segunda versión de Consulta Popular presentada por el presidente de la República.
También, rechazaron “las triquiñuelas” de la senadora Angélica Lozano, a quien acusaron de aliarse con el Centro Democrático para hacerle el favor a los grandes empresarios.
Varios dirigentes sindicales de entidades estatales y del magisterio coincidieron en afirmar que lo aprobado en primer debate de Comisión Cuarta del Senado, no soluciona los graves problemas de sobreexplotación laboral y tampoco da solución a las peticiones de los miles de aprendices del Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA.
Omaira Eslava, docente del magisterio bogotano, tiene claro que el proyecto que se tramita en el Congreso: “No es una reforma, es una contrarreforma, es una posibilidad de sabotear al pueblo, de engañarlo porque esa reforma viene peluqueada. Viene con una apuesta que realmente no permite profundizar los derechos de la clase trabajadora. Hay que rechazarla y hay que insistir que si hay una reforma que sea la reforma que se presentó inicialmente y la que radicó la senadora Aída Avella, que busca realmente tener la esencia de la apuesta inicial”.
Como docente y como luchadora social, la profesora Eslava dice que desde las aulas se debe propender por un pensamiento crítico y libertario, por lo que como sindicato tiene el compromiso de hacer jornadas pedagógicas que expliquen a estudiantes y padres de familia los beneficios de una reforma laboral y la importancia de participar en la Consulta Popular.
“Esta semana se ha venido orientando trabajar en las escuelas y dar a conocer qué es una consulta popular, por qué está dentro del marco de la Constitución Política de nuestro país y por qué es importante que el constituyente primario pueda debatir por encima de los intereses de cierto sector de senadores”, explica la docente de la Capital.
Por otra parte, en la Plaza de Bolívar de Bogotá estuvo el ministro del Trabajo. Ante los argumentos de la oposición para no aceptar en la reforma laboral la contratación directa de los trabajadores por parte de las empresas, cuando aseguran que esa carga laboral quebraría a muchas pequeñas y medianas, además, que no hay recursos para aumentar la planta del Estado; Antonio Sanguino argumentó cómo el Estado puede ayudarlas.
En primer lugar, dejó claro que esos recursos saldrán del presupuesto general de la nación: “A pesar de las dificultades fiscales, ayer en la Comisión Cuarta del Senado, el Ministerio de Hacienda presentó el certificado de aval fiscal y demostró de dónde saldrán los recursos para atender estas nuevas necesidades que surgen de una apuesta por la formalización laboral, en particular con estas poblaciones que han sufrido la inclemencia de la inestabilidad laboral y de la precarización, como las madres comunitarias”.
Y, en segundo lugar, sobre los auxilios para el sector privado, expresó: “Lo que quiebra a esa pequeña empresa y a esa microempresa no son los costos laborales. Hay que preguntar en la Costa Caribe cuánto tienen que pagar de energía eléctrica y cuánto tienen que pagar por crédito del gota a gota, o de la usura con la cual tienen que sobrevivir porque no tienen acceso al mercado de crédito. Y en la reforma están previstas acciones hacia la pequeña y mediana empresa. Lo que pasa es que aquí no se puede proteger la producción en pequeña o en gran escala, sobre la base del trabajo que no sea digno y decente”.
Los manifestantes tenían claro que no aceptan la reforma laboral que cursa en el Senado, porque no mejora nada de fondo, que solo aceptan una consulta popular en la que puedan decidir de manera directa, además, porque en la nueva proposición hay aspectos relacionados con el sistema de salud, que tanto sufrimiento ha causado a los colombianos.
Por lo anterior, con base en las arengas, los comunicados que entregaron a los transeúntes y las pancartas para los participantes del paro, convocado por el movimiento social, la consigna con la que parecían coincidir las diversas organizaciones sociales fue: “No a la contrarreforma laboral, sí a la Consulta Popular”.
La mayoría de los Colombianos apoyamos la Reforma Laboral y la Reforma a la Salud, presentadas por el Gobierno Nacional.
Ante la negativa de los congresistas sinverguenzas, apoyamos decididamente la Consulta popular