El Parque Nacional fue el punto de encuentro de estudiantes de las universidades publicas y privadas y de los profesionales de la salud. A las 9 de la mañana lentamente la multitud envuelta en sus batas blancas comenzó a movilizarse hacia el centro de la capital. Las consignas y los gritos de “histeria” no se hicieron esperar.
El primer alto fue frente al Ministerio de Trabajo, en la carrera 7 con 32. Con los brazos en alto y saltando gritaban: “la salud no es un negocio, es un derecho” otros coreaban “no queremos clientes, queremos pacientes”. En un cartel que se agitaba por el viento se leía “somos el cartel de los buenos, Anestesiólogos”. De los balcones de los pisos de Mintrabajo por un lado y por el otro de la Secretaria de Integración Social de la Alcaldía cayó papel picado saludando a los marchantes; la emoción por la solidaridad recibida se generalizó en los manifestantes.
Risas, saltos y consignas era el estado de la marcha que llegó al Centro Internacional y a su paso el papel picado caía como nieve de los balcones. La carrera 13 los vio pasar rumbo a la calle 19 donde se hizo un giro hacia el oriente para tomar nuevamente la carrera 7 y continuar hacia la plaza de Bolívar.
El ingreso a la plaza fue apoteósico. Quienes se apostaron frente a la Catedral Primada aplaudían la llegada de cada grupo de manifestantes mientras quienes se encontraban en la Tarima, micrófono en mano solicitaban a los grupos que llegaban que continuaran hacia el centro y el sur de la Plaza de Bolívar. Poco a poco un manto blanco fue cubriendo la Plaza y los gritos de “ahí están, esos son los que roban la nación” inundaron el lugar mientras manos y brazos señalaban el edificio del Capitolio Nacional, sede del Congreso de la República.
“Este es el comienzo de la lucha contra la reforma a la salud” expresó uno de los asistentes mientras se cubría con una sombrilla de los fuertes rayos del sol que caían al mediodía de este 29 de octubre que pasará a la historia como una gran jornada por la defensa de la salud de todos los colombianos.
